El jurado de fílmica estuvo integrado por 21 miembros de diversos países: Bélgica, Brasil, Gran Bretaña (2), España (2),
Argentina, Italia (2), Holanda, Noruega, Canadá, Japón (2), Dinamarca, Alemania, Australia, Francia, Estados Unidos (2),
Suiza y Taiwán. Pero no fue casual que la falta de ganadores de los premios más importantes ocurriera en el año en que
Frank Lowe, un hombre conocido por su postura intransigente en cuanto a los niveles de creatividad, presidiera tanto este
cuerpo como el encargado de juzgar las piezas gráficas.
A primera vista, Lowe distaba de ser el candidato más natural para ello. Nunca trabajó como redactor publicitario o director
de arte, y en una entrevista insistió en que ésta iba a ser la primera vez que asistiría a Cannes: Nunca voy a ninguna
entrega de premios. Creo que son principalmente para la gente creativa: escritores, directores de arte, productores de TV.
No es lo que hago yo.
Sin embargo, son pocos los que tienen un pedigrée creativo tan importante como el suyo. Como fundador y presidente del
Grupo Lowe, lidera una de las redes de publicidad internacional más dinámicas del mundo, y durante más de 20 años ha
sido el motor impulsor de campañas que han conmovido y deleitado al público en el Palacio del Festival. Como ésta no fue
la primera vez que se lo habían pedido, ¿por qué aceptó presidir el Jurado? En primer lugar dijo, varios colegas me
solicitaron que lo hiciera. En segundo término, Cannes se ha vuelto mucho más importante que lo que solía ser. Es
preeminente entre los festivales internacionales de publicidad.
A pesar de admitir que Estados Unidos y Gran Bretaña siguen arrasando con los Leones, cree que hay un declive en los niveles de
calidad de esos mercados. Las agencias tienen tanto miedo de perder a sus clientes que están dispuestas a hacer cualquier aviso que
éstos aprueben con tal de retenerlos. No demuestran estar interesadas en llevarlos a hacer cosas audaces e innovadoras.
© Lions News
El Festival de Cannes
Como el Mediterráneo, cada año se contamina un poco más
Gabriel Dreyfus*
Un comercial no es mejor ni peor después de ganar o perder un premio. Es el mismo. En todo caso, lo que se puede discutir
es la capacidad y honestidad del Jurado y, a través de él, la imagen de un festival y el valor de sus premios.
En Cannes, los jurados siempre le dieron preferencia a las piezas provenientes de Estados Unidos y Europa y fueron
particularmente severos con los comerciales latinoamericanos. Por eso, yo estoy más que satisfecho con mi desempeño político en
Cannes: por primera vez en su historia, la publicidad argentina obtuvo cinco Leones, compartiendo la cuarta posición con Holanda
y Brasil, detrás de los 25 Leones de Estados Unidos, los 12 de Inglaterra y los 8 de España.
Además de ser uno de los mercados más importantes del mundo, sin duda la publicidad inglesa es la mejor. Que la
Argentina haya obtenido 41% de los Leones de Inglaterra es, no nos engañemos, un mérito del jurado argentino más que un
reflejo de la realidad.
Sin embargo, es cierto que nuestra creatividad y, sobre todo, la calidad de algunas producciones, han mejorado mucho desde
que nuestro talento es el mismo pero un peso vale un dólar. Aunque esto pueda parecer tan irreal como nuestra cuarta
posición en Cannes, sin duda es fundamental para poder producir comerciales de calidad y, sobre todo, para retener en el
país al mejor talento creativo. Si la estabilidad continúa, si el mercado se acrecienta, si el valor de los profesionales
publicitarios pesa más, ante las empresas anunciantes, que la capacidad de obtener descuentos o financiación en los medios,
seguiremos progresando. Pero no sobreestimemos nuestra situación actual: la calidad creativa de la publicidad argentina no
es hoy mejor que la de 1992 cuando, con una producción tan buena como la de este año, pero sin ningún jurado en el
Festival de Cine, no obtuvimos ningún León.
Por supuesto, la mayor producción asegura el surgimiento de más comerciales competitivos y el número de inscripciones en Cannes
garantiza la permanencia de un miembro en el Jurado. Si éste comienza por respetarse a sí mismo y sabe hacerse respetar por los
demás, si domina el inglés y no se deja dominar por los ingleses y si, sobre todo, sabe que no hay nada peor que ganar un León para
su agencia y nada mejor que obtener varios para las de sus más encarnizados enemigos o competidores, es probable que la
publicidad argentina pueda repetir, o aun mejorar, la actuación de este año. Que no pasará a la historia por los cinco Leones que
ganamos en Cine, sino por la ausencia de un Grand Prix en esta categoría y, especialmente, por la incomprensible decisión del
Jurado de Gráfica, que dejó desierto el primer premio en todas las categorías.
Pero, a pesar de todo, el Festival de Cannes sigue siendo el más importante del mundo. Solucionar sus problemas es tarea de
ellos. La nuestra es seguir elevando el nivel creativo de nuestra publicidad. Porque si bien es cierto que los premios no son
una garantía de ventas, la falta de ellos lo es menos aún.
* Presidente de X Latina y jurado argentino en Cannes 95.