Edward Meyer es un empresario maduro, simpático y tranquilo, cualidad ésta que no parecería del todo coherente con su posición como presidente y CEO de Grey Global Group (un holding de comunicaciones de marketing que factura alrededor de US$ 9.000 millones al año) y de Grey Worldwide, la mayor agencia de publicidad en el mercado estadounidense. Ejerce esas funciones desde hace 30 años, algo realmente poco habitual en ese negocio. “Lo debo haber hecho bien”, manifiesta ante la sorpresa de sus interlocutores; “aunque también habrá ayudado el hecho de que soy el dueño de 25% de las acciones”, concluye con ironía.
Lo cierto es que, durante su gestión, la facturación se multiplicó por 30, y en la última década Grey se transformó en un grupo de empresas especializadas en servicios de comunicaciones y marketing que atraviesa todo el espectro de los multimedios, con oficinas en 158 ciudades de 90 países.
“Si tuviera que definirnos hoy, diría que somos una compañía de comunicaciones completa y global”, dice Meyer. Al planteo crítico que se suele hacer a las cadenas que crecieron a babuchas de sus grandes clientes, abriendo oficinas en lugares remotos, Meyer contrapone su propia experiencia: “Es cierto que uno sigue a sus grandes clientes, pero la cuestión es cómo; cuando Procter & Gamble se radicó en Alemania no abrimos una filial, detectamos que había una agencia excelente y la compramos, la integramos a nuestra red. De alguna manera, en la Argentina hicimos algo similar al asociarnos en su momento con Hugo Casares”.
El desafío
Meyer vino a Buenos Aires a poner en funciones al nuevo presidente local, Eduardo Arrocha, quien acaba de dejar el mismo puesto en McCann-Erickson, organización para la que trabajó durante los últimos 20 años. ¿Por qué lo eligieron? “Porque tiene el perfil de ejecutivo que buscábamos, con gran experiencia internacional y conocimiento del mercado argentino”, explica Meyer. “Además, se dio la circunstancia de que justamente estuviera disponible”.
Para Arrocha, el pase llegó en un momento justo: “Hay etapas que uno va cumpliendo y, además, me gustan los desafíos; he sido mucho más productivo en circunstancias emprendedoras que administrando con piloto automático. En la Argentina, Grey tiene recursos humanos de talento superlativo, no sólo en la agencia de publicidad, sino en todas las otras empresas del grupo. Y después está el plus muy importante del clima, de las relaciones personales; tanto cuando estuve con ellos en Nueva York como en los pocos días que llevo aquí, siento un trato familiar, un ambiente cálido y emprendedor. Y, claro, yo deseaba profundamente quedarme a vivir en este país”.
El paisaje que acoge a Arrocha es sin duda atractivo: Grey facturó US$ 90 millones en el último ejercicio, fue laureada en todos los grandes festivales de publicidad y elegida como Star Office de la red mundial por la revista Advertising Age.
¿Cuál es el desafío? “En menos de tres años tenemos que ser la mejor organización de empresas de comunicación del país”, apuesta el nuevo timonel.