Grupo Monarca
Acortar la distancia entre el sector y el mercado de capitales
Fue una de las primeras empresas que pesificó todos sus productos en uno de los momentos más críticos de la última década y la única dentro del sector inmobiliario que certificó la norma ISO 9001:2008. La visión de su director, de cara al futuro, y los proyectos que lanzará este año.
Por Lorena Obiol
Gonzalo Monarca
Lleva en las venas el espíritu emprendedor, la visión para convertir una oportunidad en negocio y la pasión por armarlo y verlo crecer. Seguramente, Gonzalo Monarca heredó ese instinto de su abuelo paterno Héctor, quien comenzó vendiendo comida en la playa y llegó a tener una cadena propia de sandwicherías en Mar del Plata en la década de los 70. “Somos una compañía que se dedica a los negocios inmobiliarios, que tiene más de 10 años de trayectoria, y ha desarrollado hasta el año 2015 más de 450.000 m2, estableciéndonos como líderes del segmento residencial. Somos la primera y única compañía del mercado inmobiliario –hasta ahora– que certificó la norma ISO 9001:2008, que especifica el cumplimiento de los estándares para un Sistema de Gestión de Calidad en la búsqueda, análisis y evaluación de terrenos para nuevos desarrollos inmobiliarios.
“Este certificado nos fue otorgado por Bureau Véritas en Julio de 2013”, dice el presidente de Grupo Monarca a modo de presentación. En su discurso hace pesar esa década ganada y todos los logros obtenidos que nunca son solo propios sino de un nosotros inclusivo. “Hoy somos una compañía líder en el sector inmobiliario porque supimos cómo acompañar las fluctuaciones del mercado y aplicamos nuestra experiencia en el sector para idear alternativas creativas. Somos una de las primeras compañías que tomó la decisión de pesificar. Somos la primera desarrolladora que colocó un fideicomiso de oferta pública con excelentes resultados. Generamos productos de calidad con amplia gama de posibilidades de financiación, que incluyen planes de pagos de hasta 60 cuotas. Tenemos clientes activos y exigentes que buscan aquellos proyectos diferentes, ya sea por su ubicación privilegiada, calidad de amenities, planes de pagos especiales o simplemente porque buscan un concepto innovador”, continúa.
Grupo Monarca fue fundada en 2004 y, si bien incursionó en otros segmentos como el de la hotelería, su foco está puesto en el mercado residencial. Con su propia empresa constructora, DI Construcciones, y una comercializadora creada para vender sus productos, Winterra, Monarca rápidamente hizo crecer su negocio en la Zona Norte del Conurbano Bonaerense, desparramando condominios de media y alta densidad en San Isidro, Martínez, Nordelta y Pilar, entre otros. Con 55 empleados, la compañía hoy se dedica a hacer crecer sus marcas premium ya posicionadas. “Estamos trabajando en futuros lanzamientos en el interior del país con nuestras marcas Lagoon y Pasionaria. Durante 2016 lanzaremos nuestro segundo desarrollo con playas y lagunas, Lagoon Hudson y proyectamos tres grandes negocios más con amenities diferenciales”, anticipa Monarca.
La herramienta esperada
Analizando el sector, de cara al futuro, el empresario considera que lo que más afectó al sector fue la falta de créditos hipotecarios y confía en que este nuevo Gobierno nacional posibilitará un cambio favorable. “Sin dudas el crédito hipotecario es la herramienta que está esperando todo el mercado para activar la demanda que sin financiación a largo plazo no puede acceder. El sector inmobiliario requiere del desarrollo de un marco eficiente que permita financiar proyectos a través de la estructuración de deuda a largo plazo y hoy tenemos las herramientas para lograrlo. Somos optimistas sobre lo que ocurra con el mercado de aquí en adelante.
Esperamos un 2016 con un crecimiento marcado en la actividad inmobiliaria e inversión promovida por medidas impulsadas por el nuevo Gobierno. Creemos que hay que seguir trabajando para acortar la distancia que existe entre este sector y el mercado de capitales”, enfatiza Monarca. “Nos encontramos en un nuevo escenario de transición y ajuste, político y económico. En nuestra empresa confiamos y estamos convencidos de que este proceso es necesario para crecer y construir un país solido en el que se pueda invertir. Inevitablemente, se generará un efecto de contagio impulsando mayor actividad y nuevos desarrollos”, concluye el presidente del Grupo.
Jorge Dorado
Las retenciones fueron un castigo para el sector
Se posicionó fuertemente como bróker rural y luego abrió también una división urbana para atender los segmentos residencial y corporativo. Si bien apuesta al cambio, cree que todavía hay resquemores y que es necesario profesionalizar el sector inmobiliario para que gane confianza.
Por Lorena Obiol
Jorge Dorado
Desde 1977, año en que Jorge Dorado fundó la compañía que lleva su nombre, la inmobiliaria funciona en el mismo lugar: un luminoso y amplio departamento de estilo en la esquina de avenida Córdoba y Libertad. “Comenzamos explotando tierras en Santiago del Estero y pasamos luego a comprar y vender campos allí. Después nos trasladamos a Buenos Aires para continuar con la compraventa rural. Años más tarde incorporamos la parte urbana por insistencia de un cliente muy importante. Nos alentó esa confianza que nos tenía y empezamos alquilando bungalows en Bariloche y una casa en Martínez. Así fue que contratamos a una persona especializada y abrimos esta nueva división dedicada al segmento residencial, actualmente también corporativo. No nos dedicamos a barrios cerrados ni a hoteles o industrias porque no es donde está nuestra pericia”, comenta Dorado, quien define como familiar a su empresa conformada por 14 personas y recuerda la década de los 90 como el boom de los negocios inmobiliarios con crédito. “Entre 1995 y 1997 llegamos a vender más de 1.000 departamentos por año, varios años seguidos. Eso fue un hito para nosotros”, agrega.
Hoy, sucede todo lo contrario: 2015 fue el peor de los 10 últimos años de su empresa. “Pasamos esta última crisis con mucho sacrificio y mucho endeudamiento. Tuvimos que reinvertir ahorros para poder seguir funcionando. Pero eso nos despertó también la creatividad y así generamos negocios que antes no hacíamos. Por ejemplo, varios loteos en la provincia de Buenos Aires que logramos desarrollar con éxito. El esquema fue el de comprar la tierra nosotros y lotearla o asociar al dueño del terreno en el negocio y fraccionarla. Así logramos la multiplicación del valor inmobiliario”, explica Dorado, para quien el cepo al dólar detonó la crisis de este mercado.
Decisiones demoradas
“Todas las operaciones de nuestro sector se manejaban en dólares y eso frenó totalmente la intención de compra. A medida que el dólar se fue moviendo, la gente creía que tenía un patrimonio creciente para hacer valer y sentía que la espera los beneficiaba. Así se demoraron decisiones y se perdieron negocios. El cepo fue terrible pero también, la falta de buenos parámetros institucionales y la falta de seguridad. Recién ahora quizá podamos tener un país ordenado. Aunque todavía la gente está expectante y hay mucho ruido pero pocas nueces. Quiero decir que en el plano de los negocios, no se nota el cambio pero hay una demanda retenida muy significativa. De hecho, en enero tuvimos una actividad muy superior al promedio de todos los eneros, con muchas consultas”, agrega Dorado.
“Por otro lado, las retenciones fueron un castigo para el sector, lo han dejado sin rentabilidad. Puedo citar varios casos. Justo ayer un hombre me contó que tuvo que cerrar su tambo donde tenía 2.300 cabezas para ordeñe además de mucha inversión y tecnología puestas en ese campo. Esa es una situación que no podemos perdonarnos. No hubo criterios sustentables en el tiempo. Y un campo no se pone a trabajar de un día para el otro. Un rodeo ganadero lleva cuatro o cinco años para funcionar. ¿Cómo me voy a animar si no se qué va a pasar mañana? Mi aspiración es que tengamos un país previsible. No necesitamos que nos regalen ni que nos cuiden nada, ni los precios ni nada. Que dejen funcionar a la Argentina. El campo es el mejor ejemplo: cuando lo dejan trabajar, funciona. Llueva, truene, valga mucho o poco la soja, siempre hay chacareros sembrando a las 4 de la mañana. Pero no hay que complicarle la vida ni interferir los mercados, hay que darle la libertad para poder hacer”.
Para ejemplificar este momento, el bróker cita la frase de otro cliente: “Mirá Jorge, este Gobierno nos gusta, nos parece prolijo, profesional… pero todavía no le creemos del todo. Y creo que pasa un poco por ahí. La confianza tiene que asentarse sobre el mercado. Continúan algunos resquemores y las ofertas siguen siendo duras. El que tiene dólares todavía quiere tener el poder en una oferta de contado”, agrega Dorado, también preocupado por la profesionalización del sector inmobiliario. “Estoy asociado en casi todas las instituciones gremiales de mi sector porque nuestro métier tiene una muy mala fama bien ganada. Hay mucha gente que no trabaja con los mínimos parámetros profesionales para hacer las cosas bien. Tenemos la obligación de lograr un nivel de profesionalización mucho más acabado que el que tenemos”, concluye esperanzado de que así suceda.
O’Reilly, Torrado & Sanguinetti
Muchas consultas pero las operaciones no aumentaron
Juan Pablo Sanguinetti, socio de esta firma inmobiliaria, analiza el segmento de countries y barrios cerrados. Si bien espera un primer semestre tranquilo, participará con su empresa en el lanzamiento de varios proyectos residenciales luego de la segunda mitad del año.
Por Lorena Obiol
Juan Pablo Sanguinetti
En 2003, Michael O’Reilly, Gonzalo Torrado y Juan Pablo Sanguinetti decidieron sumar sus experiencias en diferentes empresas del sector inmobiliario y fundar una compañía dedicada especialmente al asesoramiento para la compra y venta de propiedades en barrios cerrados. Hoy, luego de más de 12 años trabajando en este segmento, O’Reilly, Torrado & Sanguinetti cuenta con diferentes equipos de asesores divididos por zonas y distribuidos en Tigre, Escobar, Pilar y la costa, desde donde gestionan una cartera de alrededor de 1.500 propiedades y atienden cerca de 1.000 consultas mensuales.
“El sector de countries y barrios cerrados estuvo afectado, como el resto del mercado, debido al contexto económico. Sin embargo, dentro de esta situación adversa, hubo algunas propiedades que tuvieron bastante movimiento, como los terrenos y los proyectos lanzados desde el pozo y en pesos. Para los lotes dentro de barrios cerrados cuya tasación no superaba los US$ 100.000 continuó habiendo demanda. Fundamentalmente los compradores fueron familias que buscaban construir una casa con las comodidades y seguridades de un barrio cerrado. Los proyectos de pozo y en pesos también salieron airosos ya que muchas personas decidieron invertir sus excedentes en moneda local en activos inmuebles para protegerse de la inflación y poder pasarlos a dólares cuando quisieran”, analiza Juan Pablo Sanguinetti, socio de O’Reilly, Torrado & Sanguinetti.
Caída abrupta
“A partir del cepo al dólar la caída en las ventas fue abrupta. Desde ese momento, nuestra estrategia consistió en concentrarnos más en la venta de nuevos proyectos y terrenos, trabajando con desarrolladores y pequeños inversores, que era el segmento en donde veíamos que había una oportunidad. La falta de crédito y de dólares hizo que mucha gente se volcase a la compra de las propiedades que se ofrecían en pesos y en cuotas… y nosotros logramos hacernos fuertes en ese segmento gracias a la capacitación de nuestros equipos y la inversión en tecnología”, continúa O’Reilly.
Un valor agregado que la compañía incorporó en estos últimos años fue el mix de marketing inmobiliario que les permitió llegar a una mayor cantidad de personas, publicando las propiedades en portales inmobiliarios y compartiéndolas en redes especializadas, publicando avisos en revistas locales y también utilizando Internet para ello (Google Addwords, redes sociales, web propia). El chat online disponible las 24 horas para hacer consultas y el canal de videos en YouTube con filmaciones de los barrios cerrados son dos de las herramientas a las que apostó la compañía.
“En los últimos meses, si bien nosotros no hemos visto un incremento en las operaciones, sí notamos una fuerte aceleración en la cantidad de consultas. Por eso, nuestro pronóstico para el sector en este 2016 es que tendremos un primer semestre tranquilo y un segundo semestre con mayor actividad. Si el Gobierno logra alcanzar los objetivos que se propuso, bajando el déficit y la inflación, atrayendo inversiones y fijando un nuevo índice para los créditos hipotecarios, el mercado estará lo suficientemente sólido como para que haya mucha oportunidad de crecimiento futuro”, confía O’Reilly.
En cuanto a proyectos, la inmobiliaria continúa trabajando con desarrolladores de diferente escala, asesorándolos en la gestión y promoción de los nuevos desarrollos y ejecutando el plan comercial. “Este año vamos a participar del lanzamiento de varios emprendimientos residenciales, tanto de lotes como de departamentos, sobre todo en la segunda mitad del año”, anticipa el bróker.
Bullrich Campos
“Aun con los altibajos, el campo es imbatible”
Sebastián Bullrich, sucesor de una empresa que cumplirá 150 años, defiende al sector rural como una de las pocas inversiones seguras en el largo plazo. En esta nota, explica los pormenores de su actividad de acuerdo a los vaivenes políticos y económicos de la Argentina.
Por Lorena Obiol
Sebastián Bullrich
Bullrich Campos es la continuación del sector rural de Rodolfo Bullrich y Compañía, empresa próxima a cumplir 150 años en 2017. “En 1992, debido a una reorganización societaria, nos hicimos cargo del Departamento de Campos de Rodolfo Bullrich y así comenzamos. En su inicio, los fundadores fueron mi padre, Enrique Bullrich (presidente, entonces, de la compañía de la que veníamos), Roberto Frenkel y Luis Clusellas. Luego de la muerte de Enrique, quedamos Roberto y yo con un grupo de personas en esta oficina que se dedica a los trabajos técnicos y luego tenemos representantes en algunas ciudades del interior que consideramos relevantes: Salta, Venado Tuerto, Córdoba y Tandil. Además, trabajamos con colegas del rubro”, sintetiza Sebastián Bullrich.
Dedicada exclusivamente al sector rural, ya sea a la compraventa de tierras como a los servicios relacionados (tasaciones a bancos y particulares, divisiones familiares y algunos análisis productivos), Bullrich Campos “es una empresa bien posicionada, con mucha clientela y con mucho conocimiento del mercado, por lo cual siempre tuvimos negocios. Es cierto que con el cepo nos ayudaron en el día a día las tasaciones y las sucesiones, por eso no sentimos tanto el golpe como sucedió con otras empresas. Si bien es número difícil de determinar, hicimos entre 10 y 15 compraventas por año en el último tiempo. Suena a poco, pero lo que importa es el monto de cada operación que, además, conlleva un proceso complejo y largo. Puede durar, en promedio, entre 3 y 6 meses aunque alguna transacción se puede hacer en un mes y otra puede demorar un año”, desmenuza Bullrich su quehacer.
“Un tema fue el cepo, que restringió el movimiento en general porque las tierras en nuestro segmento siempre estuvieron dolarizadas. Y otra cuestión fueron las retenciones, que afectaron directamente a la renta del campo y movieron los precios de las propiedades. Cuando el valor internacional de la soja bajó tanto, la retención se llevaba la ganancia de ese campo.”
Mirar el largo plazo
“Paradójicamente, el año pasado tuvimos una cosecha histórica, excepcional, y aun así no conozco a alguien que haya ganado dinero”, cuenta mientras agrega que al campo no hay que medirlo por año para entenderlo, hay que ver que en el largo plazo hay pocas inversiones tan buenas como esta.
“Nosotros estamos en el campo hace casi 150 años y somos muy optimistas respecto de él. Sabemos que ha sufrido altibajos pero que es casi irrompible. Nunca alguien que entró en el campo comprando a precios normales perdió plata. En 70 años de historia han subido, estadísticamente, entre 3 y 4% anual en dólares fijos y esa es la renta de capital solamente. Luego está la renta de producción. En 2000 se revalorizaron entre 300 y 400%. Fue un reacomodamiento del precio a valores internacionales. Sucedió que llegaron compradores extranjeros al país que le dieron el real valor a la tierra. El campo argentino, en lo que hace a cuestiones tecnológicas y costos, es casi imbatible. También en cuanto a productividad, infraestructura y a comercialización. Por lo cual, la gente que llegó de afuera vio una gran oportunidad. La diferencia es que en los años 2000 vinieron las corporaciones a comprar campos.
Si bien el sector de campos en la Argentina demostró siempre ser un muy buen resguardo del capital, reconoce que los últimos dos años no han sido buenos. “A partir de 2008 todo se tranquilizó, pero seguimos en valores internacionales hasta 2014. Recién ahí se notó una baja cercana a 20% en los campos de la pampa húmeda, debido a la caída de la renta. Antes no habían bajado porque los valores de la renta rural eran buenos. E invertir fuera del campo, para el que quería salir, era imposible. Entonces, se quedaban dentro del sistema, no vendían y mantenían los precios. Los precios todavía se mantienen y el mercado está bastante paralizado aún. Habrá que darle un tiempo al Gobierno para que cumpla su promesa, aunque para el campo ya cumplió muchas: la quita de las retenciones, ahora se puede pensar en hacer distintas producciones y no solamente soja. Esperemos que este Gobierno nos de un lapso prolongado de estabilidad y podamos saber qué va a pasar mañana”, concluye Bullrich.
FV S.A.
Crisis: hubo que desplegar habilidades para adaptarse
José Rodríguez, gerente comercial de la firma, comenta las estrategias de la empresa para hacer frente a las complicaciones del sector. Nuevas líneas de productos acordes en precio y diseño y nacionalización de partes y piezas que antes importaban, fueron las claves.
Por Lorena Obiol
José Rodríguez
Fundada en 1921, FV S.A. es una empresa que provee grifería con sus accesorios para baños y cocinas, además de soluciones que satisfacen necesidades relativas a la conducción y control de agua y gas, brindando confort e higiene en forma segura y estética. “Buscamos ser elegidos por la calidad, diseño y confiabilidad de nuestros productos y servicios. Para ello, trabajamos cuidando el medio ambiente, con alta tecnología, garantizando nuestros productos e innovando continuamente. En la Argentina, contamos con un establecimiento de 70.000 m2 cubiertos cercano a Pilar, a 60 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, donde se diseñan juegos de grifería que comprenden cerca de 3.500 artículos distintos. Además, contamos con 9.500 m2 de oficinas comerciales en la localidad de Florida, Buenos Aires, y con sucursales en las ciudades más importantes del interior del país”, detalla José Rodríguez, gerente comercial de FV S. A.
El directivo no solo enfatiza en conceptos como calidad, diseño y servicio sino que sustenta el discurso con una cantidad de cifras que apabullan: 94 años en el mercado, 1.700 empleados en el país, nueve oficinas comerciales, 60 líneas lanzadas desde el inicio de la compañía y 32 actualmente en comercialización, 25 países a los que llegan los productos FV, 2.000 distribuidores activos, 1.555 consultas atendidas por mes por el Centro de Atención al Usuario FV Responde, 175 jornadas de capacitación a profesionales e instaladores realizadas anualmente y más de 10 líneas de productos que obtuvieron premios nacionales e internacionales por sus diseños. “Somos una de las pocas empresas argentinas con un Departamento de Diseño Industrial, dedicado exclusivamente a la creación de nuevos productos”, agrega.
Crisis y adaptación
“Durante los últimos 25 años, ha quedado demostrado que la inversión en el mercado de la construcción es el mejor refugio de valor para las inversiones, ganándole a cualquier otro tipo de inversión, ya sean dólares, plazos fijos e, incluso, a la bolsa. En los últimos años hemos sufrido crisis que afectaron el nivel de actividad y otras que restringieron el libre comercio internacional. En las distintas crisis, tuvimos que desplegar nuestras habilidades para adaptarnos. Frente a las primeras, realizamos lanzamientos de productos acordes, en diseño y precio, a la nueva realidad económica del mercado. Ante las segundas, incorporamos más personal y tecnología, que al día de hoy mantenemos, para nacionalizar partes y piezas que traíamos de afuera”, explica Rodríguez para quien la paralización del sector inmobiliario por el cepo cambiario y la caída de las economías regionales afectadas por el precio del petróleo y el volumen de exportación de los granos fueron los ítems que más complicaron.
En el último trimestre del año pasado FV presentó nuevos productos para cocinas y la línea de baño Tríades. “Bajo la marca Novum, primera grifería de lujo argentina de reciente lanzamiento, hemos incorporado Buzz, la primera línea monocomando de esta marca. Para el mes de marzo tenemos planificado, dentro de la categoría de alta gama, el lanzamiento de la Línea Urbano y durante este 2016 presentaremos varias líneas más en las distintas gamas de producto”, anticipa el gerente comercial. “En relación a proyectos industriales, hemos obtenido recientemente la certificación de sistemas de gestión de Seguridad y Salud Ocupacional OSHAS 18001, certificación que se suma a las de gestión de la calidad, la ISO 9001, y medio ambiente, la 14.000, obtenidas anteriormente. Otra cuestión que quiero resaltar es que hemos completado nuestra planta de tratamiento de efluentes líquidos y gaseosos con una inversión de US$ 5 millones y que para fortalecer la nacionalización de productos hemos invertido US$ 7,5 millones en una planta de fundición, pulido y cromado de piezas producidas en zamac”, enfatiza Rodríguez y agrega un último punto, que “estamos trabajando fuertemente en la expansión de las exportaciones de nuestros productos a todos los países de América latina y el afianzamiento de la marca Novum en Estados Unidos”.
Pinturas Alba
“2015 no fue un año de crisis. Más bien, todo lo contrario”
El gerente general de AkzoNobel Pinturas Decorativas pondera las políticas de incentivo al consumo con planes como Ahora 12, que acercaron el crédito a pequeños y medianos revendedores. La otra cara de la moneda para él estuvo protagonizada por los problemas derivados de las limitaciones para importar materias primas.
Por Lorena Obiol
Rodolfo Seró
En el barrio porteño de Pompeya, en 1925, Alba instaló su primera fábrica de pintura dedicada a la elaboración de productos para industrias y hogares. Por entonces, producía cerca de 300 toneladas anuales de pintura, cifra que hoy alcanza en un solo día de trabajo en su moderna planta de 55.000 m2 en Garín, Provincia de Buenos Aires. La revolución del color llegó en 1992 cuando la empresa lanzó el sistema tintométrico, que permitió preparar más de 8.000 colores en el acto en las pinturerías. En 1996 Alba fue adquirida por Grupo ICI (Imperial Chemical Industries) pero desde enero de 2008 pertenece a la Unidad de Negocios de Pinturas Decorativas de AkzoNobel, tras la venta por parte de ICI a la compañía holandesa que hoy está presente en 80 países.
“El consumo de pinturas para uso decorativo creció durante 2015, recuperando la caída del año anterior. Independientemente de ello, estamos convencidos de que aún tenemos un gran margen para incrementar la demanda debido a que el consumo por habitante continúa siendo bajo si lo comparamos con otro país de poder adquisitivo semejante. 2015 no fue un año de crisis para la industria. Por el contrario, el mercado en el que actuamos se mostró vigoroso reflejando una evolución sobre el año anterior. No perdemos de vista la perspectiva de que este crecimiento recuperó la caída del 2014. Sin dudas, las políticas de incentivo al consumo con planes de financiamiento accesibles, como el plan Ahora 12, tuvieron un efecto positivo sobre la demanda de este tipo de productos, asegura Rodolfo Seró, gerente general de AkzoNobel Pinturas”.
“Estas medidas acercaron el crédito a pequeños y medianos revendedores que, de otra manera, no podían ofrecer financiación a sus clientes. La otra cara de la moneda estuvo protagonizada por los problemas derivados de las limitaciones para importar materias primas. Si bien esta situación no nos impidió crecer, significó un esfuerzo adicional y la asignación de recursos extras para afrontar el contexto”, analiza, de forma ecuánime, el ejecutivo.
El desafío de 2016
Para él, 2016 será un año desafiante que, posiblemente, enfrente al sector a una retracción de la demanda en este primer semestre. “Esperamos que en la segunda mitad del año la confianza de los consumidores haga retomar el camino del crecimiento, una vez que las cuestiones económicas, que hoy nos preocupan a los argentinos, se encuentren encaminadas. La oferta de créditos accesibles para la construcción y el consumo serán un motor importantísimo para aumentar la demanda en nuestra industria y retomar así un fuerte ritmo de crecimiento, incluso por encima de años anteriores. Creemos fervientemente en la Argentina. Sabemos que es un país con un inmenso potencial tanto por sus características naturales, como por los talentos de quienes lo habitan. Estamos convencidos de que si se crea un marco económico de confianza, nuestra industria tendrá un desarrollo destacado de la mano del aumento de la construcción y el consumo en general. Continuaremos trabajando día a día no solo para esperar que los próximos años sean positivos, sino para hacer desde nuestro lugar que ello suceda”, enfatiza Seró.
Con respecto al crecimiento de la compañía, durante 2015 hubo lanzamientos dentro de las marcas Alba y Cetol. El nuevo Duralba presentó una fórmula renovada que lo hace impermeable por más tiempo, manteniendo sus características principales. Por otro lado, se relanzó la línea de sintéticos 2 en 1, tanto para el esmalte brillante Albalux como para el satinado Satinol. Dentro de este segmento, Alba también presentó el esmalte convertidor Albalux con terminación forja y martillado. Por su parte, Cetol presentó DeckVintage Balance, un recubrimiento blanco traslúcido que realza la veta de la madera y reduce la temperatura en – 5° al entrar en contacto. “Estamos convencidos de que el color tiene un poder transformador muy positivo en la vida de las personas. Creemos en el potencial de esta industria e invertimos para estar atentos a las necesidades de los consumidores actuales y futuros y ser capaces de atender su demanda”, concluye Seró intentando sintetizar la trayectoria de más de 90 años de trabajo y desarrollo ininterrumpidos en el país.
Haydée Burgueño & Asociados
En Pilar, hay mucho por crecer
A pesar de ser el área de countries por excelencia, el mercado inmobiliario de la zona está lejos de saturarse. Con más acceso al crédito, inversores y primeros compradores podrían verse tentados por las ofertas de desarrollos verdes en la zona.
Por Florencia Pulla
Haydée Burgueño
“Hay que ser baqueano”, dicen de los lugares en donde solos los locales conocen los caminos; los que, sin una brújula, pueden encontrar la vuelta a casa. Algo parecido pasa en el mercado inmobiliario: hay que conocer bien la zona. Aquellos que conozcan las calles, a los dueños o sepan qué emprendimientos tienen mayor o menos salida, logran un diferencial. Es el caso de Haydée Burgueño que nació y se crió en la zona de Pilar, donde ha desarrollado gran parte de su negocio y al que ahora sus hijos, Cecilia y Ãlvaro Castro, le han dado una impronta más moderna.
“Nuestra base es y va a seguir siendo Pilar. Nacimos acá, tanto mis padres como mis hijos somos de Pilar de toda la vida. Conocemos la tierra y a sus dueños. Ese conocimiento ayuda mucho en el negocio inmobiliario porque se compra o se vende en base a tener y ofrecer buena información. Y nosotros la tenemos. Por eso crecimos”.
Aunque Burgueño se extendió a otras zonas de influencia –Luján, Tortuguitas– lo esencial de su negocio, que se centra en countries, condominios y barrios privados, sigue teniendo capital en Pilar. Y, aunque sorprenda, según Burgueño todavía hay mucho por crecer en la zona que supo dar el puntapié inicial a la oleada de desarrollos residenciales verdes.
“Hay cantidades de hectáreas sin desarrollar en una zona que ya no sirve para cultivo, porque el valor de la tierra se ha disparado. No hay producción capaz de justificar tener cambios en esta zona dedicados a la producción agropecuaria. A menos que esas tierras las conviertan en clubes de polo o de golf, no hay negocio. Entonces hay mucho espacio para seguir desarrollando emprendimientos. Todos los desarrollos de otras zonas, como Canning o Luján, son posteriores a Pilar y copian un poco cómo se hizo acá. Cuando el mercado empezó a desarrollarse, todos pensaban en Pilar y si buscaban otras opciones era porque necesitaban terrenos de menor valor para que la inversión redituara más”.
Pone como ejemplos los condominios. “Los departamentos en la zona ocupan pequeños espacios y las hectáreas que ocupan son relativamente chicas, hablamos de tres o cinco hectáreas. Y hay miles de ese tipo sin desarrollar todavía”, dice.
Actores, los inversores
En el centro de la cuestión está, como siempre, el dinero. O, mejor dicho, la falta de él. Es que los desarrollos en la zona se vieron congelados hace unos años, por el cepo cambiario y la inflación. De existir más acceso al crédito, dice, las perspectivas serían otras. Hoy el grueso de las compra-ventas tienen como protagonistas a los inversores.
“La persona que en los 90 compraba un terreno de 800 metros para hacerse su casa, por el precio del metro cuadrado, ahora se puede comprar solamente un condominio. Hace 20 años, 80% de las operaciones en Pilar se realizaban con crédito hipotecario: se compraban un terreno y con ese dinero se hacían su primera casa. Hoy eso no existe. Desde el 2000 la situación es muy distinta. Pero las ganas de mudarse a lugares verdes –con más seguridad, más espacios de esparcimiento, pero con buena infraestructura– no mermó nunca. Entonces se cambió de producto, se achicaron los proyectos. En lugar de vender terrenos se empezaron a vender condominios. Incluso dentro de countries o barrios cerrados ya consolidados se le dio espacio a los departamentos que, a pesar de ser más pequeños y compartir el espacio, podían acceder a las mismas amenities”.
Pero sin créditos y con un cepo cambiario en el medio, la situación se complicó. Especialmente, dice, para quienes deseaban acceder a una primera vivienda, los proyectos que más entusiasman a Burgueño. “Los jóvenes no pueden acceder a nada. Es más probable que compre un condominio un inversor y lo ponga en alquiler. Pero incluso eso se ha revertido porque el precio del metro cuadrado subió y la rentabilidad de un alquiler bajó muchísimo. El que solo sabe invertir en ladrillos sigue comprando pero no se ve el mismo dinamismo que hace unos años.
Es, sin embargo, optimista. Aunque considera que el cepo “mató al sector”, la salida del chaleco de fuerzas cambiario y el rumor cada vez más fuerte de que volverán los créditos hipotecarios a pagar en cuotas aceptables, cambió el clima de negocios. “Con un mercado con crédito y ofreciendo un buen producto, la realidad puede cambiar rápidamente. Si hay créditos, la gente con esperanza, reactiva el mercado. Dinero hay. Lo que falta es animarse”.
Dypsa
Lo que viene: mercado doméstico para familias de ingresos medios
Para Danilo Antoniazzi, gerente comercial de la firma, volverán las inversiones extranjeras al real estate argentino aunque el motor principal será la clase media que accederá al segmento residencial gracias a la vuelta del crédito hipotecario a largo plazo.
Por Lorena Obiol
Danilo Antoniazzi
Como empresa, Dypsa existe hace 20 años. Ya sea en forma directa, o por medio de otras empresas, llegó a desarrollar más de un millón de metros cuadrados. Entre sus emprendimientos más conocidos hay que nombrar las Torres Renoir en Puerto Madero (dos edificios finalizados en dos etapas con 200 departamentos de plantas completas), la Torre Mayor (con 100 departamentos en el Puerto de Olivos), el Dock 7 de Puerto Madero (con 100 lofts y locales comerciales), Young & Stones en San Telmo (60 lofts y un área comercial en Chile y Piedras) y el San Justo Shopping Center con 120 locales, además de dos barrios privados con 550 casas, con sistema de housing en Canning y un barrio privado en Escobar.
Actualmente, está construyendo un hotel en Mar del Plata y otro en Neuquén, desarrolla un barrio privado en Ezeiza (ya funciona un hotel y planea un polo educativo además de viviendas y condominios), está por iniciar la construcción de un proyecto en Parque Lezama y considera otros proyectos que mantiene en cartera de acuerdo a la evolución del mercado en los meses venideros.
“La empresa efectuó emprendimientos o participó en desarrollos de viviendas de alta gama, construyó productos para el sector de ingresos medios, barrios privados suburbanos, centros comerciales y hoteles, no solo en Capital y Conurbano Bonaerense, sino también en el interior del país, como por ejemplo, Mar del Plata y Neuquén. Durante su trayectoria, Dypsa recibió diferentes premios nacionales e internacionales: en dos oportunidades obtuvo el International Property Award, también el Premio MDI 2007 y el Premio FIABCI a la Excelencia Inmobiliaria en 2008 en la categoría Emprendimiento Residencial Urbano por las Torres Renoir”, describe Danilo Antoniazzi, director comercial de Dypsa (Desarrollos y Proyectos S.A.).
Si bien buena parte de su inventario fue colocado gracias a compradores extranjeros, “no vemos que en el corto plazo reaparezcan en forma individual, como ocurrió en 2006 y 2007. Pero en la medida en que el país vaya regularizando sus relaciones con el mundo, aparecerán seguramente inversores institucionales y globales que se orientarán a activos de renta (comerciales, hotelería, logística) y a infraestructura. De todos modos, el mercado que viene va a ser esencialmente doméstico, de familias de ingresos medios. La próxima aparición del crédito hipotecario a largo plazo, con una nueva unidad de cuenta (ajustada por costo de vida), posibilitará el acceso de estos sectores a la vivienda. Esto será una oportunidad para una empresa integrada verticalmente con Dypsa, que puede dar respuesta en el AMBA y en el interior, con productos de calidad certificada, y muy alta tecnología en el proceso constructivo”, opina el ejecutivo, quien detalla el sistema de construcción basado en una matriz tridimensional computarizada en la que cada elemento posee su propio ID. “Lo que hacemos es reproducir esa maqueta virtual en la realidad. Los baños y cocinas se fabrican en nuestra planta industrial de Isidro Casanova y se trasladan armados completos. Luego se montan con grúas ad hoc, posicionándolos en su ubicación definitiva. Así, la calidad es muy superior a la de los baños y cocinas de otros desarrollos que se construyen in situ en forma artesanal en las obras”, amplía Antoniazzi.
Dos factores
“Pasada la primera mitad del año, y una vez que se acomoden las principales variables económicas y comience a ceder la inflación, creemos que el sector comenzará a revitalizarse, fundamentalmente como consecuencia de dos factores.
Primero, y a medida que vuelva a restablecerse la confianza, el reingreso de capitales que han salido de los bancos en los últimos años. Luego, como comenté, la aparición del crédito hipotecario a largo plazo (20 o 30 años), con la utilización de un método análogo al chileno de UF (unidad de fomento), que actúa como unidad de cuenta o moneda de referencia con actualización por coeficiente de variación salarial o índice de precios.
Para esto es necesario que primero esté normalizado el Indec y se cuente con un IPC confiable. Estos créditos, que los desarrolladores venimos proponiendo desde hace más de una década, posibilitan el acceso a la vivienda de sectores medios. Esto permitirá que un gran número de personas que hoy está alejado de la posibilidad de contar con una vivienda propia (en especial las familias jóvenes), puedan acceder a ellas en propiedad en lugar de alquilar. Dado que las autoridades económicas y monetarias tienen en estudio su implementación, creemos que cuando esto ocurra, serán los sectores de ingresos medios quienes motoricen la demanda del sector inmobiliario”.
Adrián Mercado
“Desde diciembre a hoy, las consultas casi se triplicaron”
Con tres décadas dedicadas a las subastas, el empresario decidió hace un lustro abrir una nueva división en su empresa: la de Gestión Inmobiliaria. En un momento crítico, invirtió en publicidad y marketing y así logró no solo pasar el momento, sino posicionarse en el sector y generar más operaciones de las previstas.
Por Lorena Obiol
Adrián Mercado
La vertiginosa carrera de Adrián Mercado comenzó en 1982, cuando ingresó como martillero en la empresa De Noia Hijo S.A. De relevar y clasificar los productos a subastar y supervisar las entregas de lo vendido, rápidamente escaló posiciones hasta lograr fusionar la marca De Noia en 1998 con la suya, convirtiéndola en una misma compañía.
“En cuanto a subastas presenciales, cubrimos todo el espectro y contamos con un equipo para cada una de las etapas: verificadores y tasadores de bienes, clasificadores y exhibidores de lotes, promotores de bienes, subastadores y liquidadores. Además, agregamos el servicio de las subastas online, que permite vender o comprar en tiempo real desde cualquier punto del país, e incorporamos las subastas de recuperos prendarios, que es un servicio que prestamos a bancos y financieras. En este caso, nos ocupamos de subastar los vehículos recuperados que fueron comprados con financiación y que no se pudieron terminar de pagar. En promedio, estamos subastando 500 automóviles por mes bajo esta modalidad”, detalla Adrián Mercado.
Luego de 30 años atendiendo a empresas, industrias, mineras, petroleras y particulares en el área de remates, Mercado decidió complementar su conocimiento en las subastas y hace cinco años abrió una nueva división dedicada a la Gestión Inmobiliaria que cuenta con seis áreas: Industrias, Parques Industriales, Oficinas, Locales, Residencias y Desarrollos e Inversiones.
“Comenzamos atendiendo a industrias y rápidamente pudimos liderar la actividad de real estate aplicada a la producción y logística. Una de cada tres empresas de las 200 que más facturaron en la Argentina son clientes de este sector. En nuestros tres primeros años comercializamos 2.750.000 m2 de terrenos y depósitos, triplicando el promedio de nuestros competidores. Luego abrimos Parques Industriales para satisfacer las tendencias de relocalización o ampliación de las empresas nacionales e internacionales e incorporamos también oficinas y locales. En el segmento residencial, hacemos operaciones de compraventa y también de alquileres, y en el área de desarrollos trabajamos tanto con proyectos nuevos como con emprendimientos ya terminados”, clasifica Mercado.
Apuestas fuertes
Su empresa cuenta hoy con 60 empleados y más que abrir sucursales su preocupación pasa por conseguir trabajar cada vez en más provincias. “Podemos operar de acuerdo a nuestras matrículas. Hoy, a escala nacional, si no se está matriculado en distintos lugares no se puede trabajar como corresponde. Somos los únicos que podemos operar tanto en Buenos Aires como en Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, San Juan y Neuquén. Además, estamos tramitando, y están por salir, las matrículas para Mendoza, Chubut y Santa Cruz. Queremos abarcar la mayor cantidad de provincias dentro de lo posible”, espera Mercado.
Sus apuestas siempre son fuertes: abrió el área de Gestión Inmobiliaria en un momento crítico e invirtió fuerte en marketing y publicidad para dar a conocer y posicionar su nueva división. “Sabíamos que nos metíamos en un terreno difícil, porque el sector se fue complicando con el cepo y el dólar blue que se iba disparando. En ese momento, más que recaudar pusimos capital para posicionarla. Aunque parezca increíble, abrir la inmobiliaria en ese momento nos favoreció muchísimo. Lo que no sabíamos es que al invertir tan fuerte en publicidad nos iba a explotar el trabajo. Porque llamaban por la fábrica, pero nos ofrecían venderles oficinas, y luego locales. Por ese motivo crecimos mucho y seguimos creciendo. Continuamos invirtiendo para estar cerca de toda la gente, tanto del empresario como de la señora que quiere vender su casa. Próximamente, abriremos un canal de Comercio Exterior. Con las medidas del nuevo Gobierno, tenemos expectativas en el sector minero y petrolero”, anticipa Mercado.
“El contexto económico y político es algo que no podemos manejar y era de prever que se iba a complicar cada vez más. El año va a comenzar con suerte, si arranca, en el segundo semestre. Pero nosotros ya empezamos a contratar más personal porque tenemos muchos llamados, muchas consultas y más tasaciones. Diría que desde diciembre a hoy se duplicaron y casi triplicaron, aunque las operaciones no se empezaron a hacer. Recién ahora se están gestionando”, finaliza Mercado.
Narvaez & Cia
Reinventar el modelo de negocios
Comenzó hace más de 20 años en el segmento residencial. Profesionalizó su compañía, se especializó en los segmentos corporativo e industrial. Ahora vuelva a pisar fuerte en los desarrollos inmobiliarios multifamiliares premium en la zona Norte del Conurbano Bonaerense.
Por Lorena Obiol
Narvaez & Cia fue fundada por Fabián Narvaez en 1994 luego de desarrollar una larga trayectoria en el sector financiero argentino. Durante los tres primeros, acompañado por un grupo de amigos sin demasiada experiencia en el rubro, se dedicó a la venta de viviendas familiares en el corredor norte de la provincia de Buenos Aires. “Hoy, continuamos con la actividad inicial pero nos especializamos en lo comercial e industrial y brindamos servicios integrales a empresas nacionales y extranjeras de primera línea. Nos ocupamos tanto de la compraventa de bienes para el desarrollo de la actividad como de los planes de expansión de compañías de diversos rubros: supermercados, cadenas de comidas rápidas, bancos, cadenas de indumentaria deportiva, farmacéuticas, AFJP e industrias en general. Con ellas logramos una cartera corporativa activa de más de 100 clientes con ventas anuales que rondan los $80.000 millones en estos últimos tres años en volumen de propiedades”, detalla el propio Narvaez, para quien la ventaja competitiva de su compañía es la capacitación continua de su equipo de ventas y profesionales (corredores inmobiliarios, martilleros públicos nacionales, abogados, arquitectos, contadores, licenciados en Marketing y Administración), conformado por más de 20 personas.
Optimizar recursos
“A pesar de los vaivenes de la economía argentina durante estos años, hemos podido sortear las diferentes crisis y las sobrellevamos orientándonos al mercado de las locaciones en todas nuestras especialidades. Optimizamos nuestros recursos, redujimos costos sin tener que reducir nuestra planta permanente de profesionales, ya que son ellos los que generan el valor de la compañía. La disparidad de criterios sobre el tipo de cambio desvirtuó el marco referencial que suelen brindar los valores de mercado en dólares estadounidenses. Los precios de venta quedaron, en parte, sujetos a las condiciones establecidas entre vendedor y comprador, en función de la moneda de pago y el tipo de cambio acordado. Todo esto hizo que los valores registraran oscilaciones aún mayores a lo usual, según las necesidades o expectativas de las partes involucradas en la negociación. Por otro lado, las altas tasas de inflación y una banca más concentrada que en los 90 no permitieron la generación de créditos hipotecarios (en 2014 se entregaron solo 80.000 créditos para vivienda). Todo esto impactó en el ritmo de ventas de los inmuebles y dificultó sobremanera el cierre de las transacciones”, analiza Narvaez los años que pasaron.
“A raíz de la apertura del cepo y la liberación del dólar, habrá dos mecanismos operando. En primer lugar, la devaluación deprimirá el valor de las propiedades pero, en segundo lugar, la eliminación de la restricción multiplicará las operaciones y debería permitir una rápida recuperación del mercado. Por otro lado, según estudios de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF), en nuestro país el mercado hipotecario representa solo 1,5% del PBI. Normalizar la situación financiera e inflacionaria en la Argentina permitiría entonces multiplicar entre tres y 12 veces el financiamiento bancario para la vivienda. Por último, la baja de las tasas también impactará positivamente en el valor de las propiedades puesto que aumentará la rentabilidad comparativa del alquiler, haciendo más atractiva la compra de propiedades”, vislumbra.
En los últimos dos años, Narvaez & Cia incorporó la búsqueda de tierra para emprendimientos inmobiliarios residenciales multifamiliares para el desarrollo de condominios y barrios cerrados. “Asesoramos a nuestros clientes de forma global. No nos quedamos en la compra venta del bien, sino que nos ocupamos de los aspectos jurídico, gubernamental, arquitectónico y comercial del proyecto”, agrega. En los próximos meses, estará lanzando algunos barrios cerrados premium y abrirá el área Emprendimientos, tanto para proyectos desde pozo como en construcción en Zona Norte de la provincia de Buenos Aires. “Con la tecnología nuestro crecimiento fue exponencial. Pudimos incorporar nuevos clientes, ampliar nuestros mercados y lograr un alcance nacional. Creo que aquí es donde está el gran desafío: tenemos que reinventar el modelo de negocios del sector inmobiliario”, avizora Narvaez.
Toribio Achával
Más accesibilidad para potenciar el mercado
Conocidos por su buen posicionamiento en el segmento Premium, la inmobiliaria no rechaza desarrollos más masivos en diferentes lugares de Ciudad de Buenos Aires y apuesta a distintas unidades de negocios, de mayor valor agregado. Para seguir creciendo, dicen, se necesita de la mano del Estado.
Por Florencia Pulla
Toribio Achával
Toribio Achával es una marca establecida; de esas que se repiten sin cesar por las calles del corredor Norte de la ciudad de Buenos Aires. Pero además es una persona que ha llevado adelante una de las inmobiliarias más importantes del país, agregándole valor a un sector que muchas veces se apolilla.
La marca nace hace 30 años, cuando los fundadores y primos –Toribio padre e Iván– decidieron separarse. Es que a pesar de su tamaño eran, en un principio, una compañía familiar. De los ochenta a esta parte han recorrido un largo trecho y, fundamentalmente por los grandes desarrollos en zonas premium de Ciudad de Buenos Aires, se asocia a Toribio Achával con la calidad. No le dan la espalda a su posicionamiento de inmobiliaria VIP pero, dice Achával hijo, son mucho más que eso. “La marca se independizó de los lugares tradicionales en donde trabajábamos, que era el corredor Norte. Podemos vender en Canning un lote por $500.000 y en Recoleta por US$ 2 millones. En ese sentido creo que, como marca, hemos superado ese posicionamiento: estamos para todo”.
Aunque cepo cambiario y crisis inflacionaria mediante se cree que los pocos compradores se apalancan en el segmento Premium, Achával estima que hay muchos lugares interesantes en Buenos Aires que todavía están subvaluados. “Está lleno de lugares interesantes donde vender y, la verdad, mucha gente necesita del servicio inmobiliario”, reconoce. Caballito no es un lugar premium, por ejemplo, y es una de las zonas más calientes de compra-venta de la Capital Federal.
La clave para pasarlos a valor, dice, está en la accesibilidad. Y ese es un rol que el Estado puede cumplir y que va más allá de los créditos hipotecarios. “El corredor verde Donado-Holmberg, por ejemplo, está creciendo muchísimo y eso tiene que ver con la llegada del subte. Todas las zonas aledañas al Metrobus también han crecido, se revalorizó mucho la zona de Microcentro y Constitución, lo que se conoce como 9 de Julio Sur. El soterramiento que conecta a Coghlan también ayudó a esa zona. Y hacia las afueras, es impresionante cómo creció Canning. La cantidad de autos, de emprendimientos, de infraestructura que se creó alrededor de proyectos inmobiliarios… de hecho, estamos por poner ahí una sucursal. La realidad es que en Ezeiza hubo una decisión política de mejorar la accesibilidad y la seguridad y tuvo un repago”.
Un mercado estancado
A pesar de que la empresa tiene más de 100 proyectos de desarrollo en la actualidad, Achával no niega que los últimos años han significado un duro golpe para la actividad.
“En algunas unidades de negocios tenemos un 50% de la actividad que teníamos en 2011. Pero si se las mantiene activas, hay que trabajar para sean rentables. Hay que estar continuamente tratando de generar nuevos negocios, mirando bien la rentabilidad. Mucha gente piensa que los desarrolladores se llenan de plata pero hay un riesgo que corremos que no hay que desestimar. Invertimos mucho e invertimos más”.
La inflación, dice, es un problema, especialmente en proyectos de largo plazo. “Es más difícil, en términos de costos, mantenerse competitivos. En estos años ha sido difícil construir. Porque se necesitan otros elementos, además de los tradicionales. Por ejemplo, un buen financista que maneje los recursos. Existía, y todavía existe por el momento, una incertidumbre que no ayuda a que existan muchas operaciones. Saber cuánto van a valer las cosas es un misterio y entonces hay mucha volatilidad respecto al valor del metro cuadrado”, explica.
Pero, en definitiva, es en estos tiempos locos en donde se ven los mejores jugadores del sector; aquellos que han podido profesionalizar la actividad. “La inflación a veces es una herramienta de muchos para no hacerse cargo del buen trabajo. Cuando las cosas no funcionan entonces la culpa es de la inflación. Se pueden conseguir más materiales, más obreros… trabajar más profesionalmente. Hay organizaciones que no están preparadas para dar una buena construcción y eso se nota”.
O’Keefe
El pozo sigue siendo atractivo
Inicialmente abocada a la compra-venta de campos y haciendas, la inmobiliaria característica de Zona Sur amplió sus horizontes y creció gracias a los desarrollos de barrios privados y condominios, ofreciendo un atractivo escaso en nuestros tiempos: financiación.
Por Florencia Pulla
Ignacio O’Keefe
El trébol de la suerte es el logo de O’Keefe inmobiliaria rural y urbana y algo de la proverbial suerte irlandesa –the luck of the Irish, como dicen en la isla– ha perseguido a la familia desde que se instalaron en la zona de Quilmes y empezaron vendiendo lotes rurales y haciendas. Pero rápidamente pegaron un volantazo y abrieron otras unidades de negocios. La más rentable, por su volumen, es emprendimientos donde dan apoyo comercial a varios desarrollos de la zona. “Al poco tiempo de fundar la empresa empezamos con emprendimientos, que en Quilmes fueron los primeros del tipo cerrado. Desde 2003 que nuestro foco son los edificios, principalmente aquellos en pozo que mantuvieron la oficina ocupada cuando otras unidades no crecían tan bien. Los departamentos en pozo pesificados mejoraron el ritmo”, reconoce Ignacio O’Keefe.
En general está opción resultaba muy atractiva para inversores, que ponían su dinero mes a mes para hacerse de un inmueble. Es que el argentino está acostumbrado a pensar en ladrillos. Pero para O’Keefe el perfil de esa clase de comprador ha cambiado. “Inicialmente eran inversores tradicionales que no al no poder deshacerse de activos fijos iban comprando en cuotas. Esa clase de comprador dio un paso al costado y fue migrando a otras opciones, del tipo financiero, como la bolsa o bonos. Hoy quienes más adoptan esta clase de proyectos son del tipo consumidor final que tiene otras necesidades y otras características. Es, en principio, más precavido –se trata, en general, de su única propiedad o de su única inversión– y, especialmente con la escasez del crédito hipotecario de los últimos años, vio en la financiación en cuotas una buena cosa”.
Menos opciones
Sin embargo, en el último tiempo –producto de la incertidumbre del cepo cambiario, principalmente– los compradores de proyectos en pozo decidieron dar un paso al costado. “No sabían si iban a poder pagar la cuota. Entonces el desarrollador tenía que tener buena muñeca para poder adaptar nuevos productos a la nueva realidad de la gente. Especialmente desde la parte financiera. Muchos desistieron de comprar para no comprometerse con las cuotas. Que haya menos opciones de desarrollos en pozo tiene que ver con muchas variables del mercado”.
Con la apertura del cepo, estima, la cosa puede cambiar rápidamente. “Es una medida que no dio muchos beneficios al sector inmobiliario. Fue una complicación porque cambió el negocio tradicional, que siempre fue en dólares, y eso obligó a cambiar las estructuras. Hoy, de a poco, estamos volviendo otra vez a publicar y a ofrecer cuotas en esa moneda. El mercado va a volver naturalmente a eso porque es donde más cómodo se siente. Igual todavía hay muchos productos con cuotas en pesos ajustadas con el índice CAC porque, aunque con algunas limitaciones, permite mantener los costos ajustados al dólar. También los fideicomisos al costo. La verdad es que el que no hace proyecciones claras desde el día uno, se puede encontrar con sorpresas desagradables”.
Como todos, ve un mercado inmobiliario más robusto una vez que el crédito hipotecario vuelva a ser una realidad. Aunque ve con buenos ojos el impacto de ProCre.Ar, las limitaciones que imponía el plan a la hora de comprar un bien eran muchas y la frustración del nuevo dueño, alta. “Mi único resguardo con respecto a planes como Pro.Cre.Ar son las condiciones del préstamo. En su momento era muy difícil encontrar parcelas de terreno para los montos del proyecto. La gente tenía un crédito, iba al mercado, y el mercado no tenía lo que necesitaba. No es solamente dar plata sino hacerlo bien. La verdad es que hay una gran crisis habitacional en la Ciudad de Buenos Aires y en el Conurbano Bonaerense que no se va a solucionar si no se pueden ofrecer opciones para la gente que vive en esas zonas. Con los salarios en pesos que tenemos hoy y el valor del metro cuadrado, es imposible acceder a la primera vivienda”, sentencia.
Tizado
Con medidas económica acertadas, el año 2017 puede ser muy bueno
Enrique Rivanera y Gabriel González Pardo, directores de la empresa, esperan que desde el Gobierno surjan decisiones que aliente la recuperación del sector inmobiliario. Pero asumen que este 2016 será un año que hay que atravesar.
Por Lorena Obiol
Enrique Rivanera
Gabriel González Pardo
En 1979, Roberto Tizado creó Tizado Propiedades como una inmobiliaria de barrio a la que, en el inicio, le costó ocupar un lugar en el mercado pero que luego, a fuerza de trabajo, logró hacerse un nombre. “A medida que comenzaba a consolidarse y que las expectativas eran más que prometedoras, surgió la idea de comenzar a cubrir más territorio y abrir nuevas oficinas en distintas zonas. Así se trazó un plan de crecimiento en el corredor norte de la Capital Federal y Conurbano Bonaerense”, narra Enrique Rivanera, director de la compañía. Con esa estrategia, fue consolidando su presencia en algunos barrios de lo que entonces era la Capital Federal: Palermo, Barrio Norte, Núñez, Caballito. Y desde San Isidro, fue ganando cada vez más espacio en la zona Norte: Martínez, Acassuso, Florida, La Lucila, Olivos, Lomas de San Isidro, Vicente López. Tiempo después, la expansión continuó hacia Pilar y Escobar, al Norte, y siguió rumbo al Oeste. Si bien Tizado tiene una amplia cobertura en bienes raíces en general, su enfoque principal se orienta hacia el área residencial, tanto de propiedades nuevas como usadas.
“Durante los 90, comenzó un proceso de expansión, consolidación y penetración en el mercado inmobiliario, marcado por el acompañamiento de la firma en uno de los proyectos más ambiciosos y significativos para la ciudad de Buenos Aires: Puerto Madero. Proyecto que Tizado acompañó desde sus inicios, participó en la comercialización de grandes emprendimientos que se lanzaron y que hoy, un cuarto de siglo después, continúa manteniéndose como referente inmobiliario y pionero en la zona. Con la llegada del nuevo milenio, Tizado se transformó en un pilar fundamental para el desarrollo del emprendimiento urbanístico más significativo de la época: Nordelta, donde seguimos trabajando actualmente”, sigue Rivanera.
El salto internacional
“En 1991 Tizado dio el salto internacional, desembarcando en las costas uruguayas. Punta del Este fue la ciudad elegida para recibir nuestra firma. Años más tarde sumamos Montevideo. Promediando esa misma década, abrimos la División Emprendimientos, un espacio que logró coordinar a todos los actores que intervienen en un desarrollo inmobiliario: propietarios de importantes terrenos, inversores desarrolladores, estudios de arquitectura, empresas constructoras, comercializadores, bancos, empresas de investigación de mercado y agencias de publicidad”, suma Gabriel González Pardo, también director de la empresa.
Para entonces, también inauguraron Tizado Bariloche y Tizado San Martín de los Andes, con la intención de cubrir un área a la que llegaban grandes inversiones extranjeras. “Hoy, después de 36 años, contamos con oficinas en una gran variedad de zonas y estamos orgullosos de haberlas construido paso a paso junto al esfuerzo de decenas de empleados que se fueron abriendo camino dentro de la organización y que se han convertido en los gerentes de cada local. Pero el crecimiento no solo se refleja a través de nuestras oficinas, sino también en la diversificación de la firma en las redes sociales, a través del desarrollo de la web inmobiliaria más visitada del país, mediante la creación de buscadores online de última generación y respondiendo todas las consultas a través de las distintas plataformas las 24 horas los 365 días del año”, asegura González Pardo.
“Es un momento difícil, porque las crisis afectaron al mercado en general y a todas las empresas del sector, pero es muy bueno para destacarse en el servicio y profesionalizarse ya sea a través de la capacitación o la implementación de nuevas herramientas. En nuestra firma siempre nos destacamos por la innovación y la agilidad para activar los cambios en la organización y eso siempre nos permitió salir adelante. Hoy, nos enfocamos cada vez más en la diversificación de medios online, en las redes sociales y en la utilización de tecnologías nuevas. Confiamos en que este año va a ser bueno, seguramente en el segundo semestre ya que en el primero, en el plano político van a ir apareciendo medidas que pueden generar demoras o incertidumbre en los clientes pero que, finalmente, se consolidarán en la segunda mitad del año. Y, si el mercado se va fortaleciendo a través de medidas económicas acertadas, seguramente tengamos un 2017 muy bueno”, avizora Rivanera.