Según la última encuesta Digital Trust Insights de PwC, el 76% de las empresas están moviendo rápidamente sus operaciones a la nube en búsqueda de sistemas dinámicos y ágiles integrados a la red, y más de un tercio de los ejecutivos concuerda en que ello es fundamental para la próxima generación de soluciones empresariales dentro de su organización. Gartner pronosticó para 2020 un crecimiento del mercado de servicios de nube pública del 17% (US$ 266,4 mil millones) donde se destacan los grandes jugadores como Amazon Web Services (AWS), Microsoft Azure y Google Cloud Platform.
Diego Taich, Managing Director de Consultoría en Ciberseguridad & IT de PwC Argentina indica que, “este año, con la pandemia actuando como acelerador de la digitalización de las organizaciones, el crecimiento general será aún mayor, haciendo hincapié en establecer canales para revincularse con los clientes que puedan reemplazar a los presenciales tradicionales”.
En los últimos meses se ha visto un gran despliegue de soluciones de e-Commerce, CRM, Contact-Center que han contribuido aumentando la demanda de capacidad de procesamiento, transmisión y almacenamiento de datos, generando un impacto directo en el uso de la nube. Muchas organizaciones (incluidas las Pymes), han adoptado soluciones SaaS para su negocio, ya que es una forma sencilla y ágil de desplegar un sistema y soportar los procesos de venta, comerciales, etc.
En Argentina aún existen obstáculos para la adopción de la nube ya que en algunos segmentos de la población falta acceso a tecnología adecuada (smartphones, tablets, laptops) para poder interactuar con aplicaciones allí alojadas. Los problemas de conectividad son también un impedimento en determinadas locaciones, lo que impide tiempos de acceso y respuesta razonables. El país registra también carencia de proveedores de nube pública que puedan proveer los servicios y facturarlos en moneda local.
En ciertas empresas, todavía persiste una resistencia al cambio, debido a lo que significa para las áreas de sistemas dejar de administrar elementos tradicionales como hardware o sofware de base, y la necesidad de reconvertirse hacia nuevas habilidades y conocimientos para poder gestionar los proveedores y entornos Cloud. También algunas creencias -infundadas en general- de que la seguridad de la nube pública no será tan buena como la del Data Center tradicional.
La industria del retail y la medicina seguirán en el camino de despliegue de soluciones digitales, para poder brindar servicios y generar ofertas a sus clientes. La financiera ya ha comenzado y continuará en el corto plazo en el camino de desarrollar una oferta cada vez mayor de alternativas de medios de pago y billeteras virtuales. Asimismo, a futuro, el próximo despliegue de tecnologías 5G, el avance del IoT, realidad aumentada y el uso de soluciones de Inteligencia Artificial, requerirán cada vez más de una capacidad de cómputo flexible, escalable y segura, dónde la nube puede ser un gran habilitador.
La mayoría de las empresas han sufrido el impacto de la pandemia y muchas de ellas tuvieron que pasar de la estrategia a la “urgencia digital”, desplegando en muy poco tiempo, sistemas y canales acordes. De esta manera, el trabajo remoto impulsó fuertemente la adopción de soluciones de correo, videoconferencia y colaboración y en este sentido, la nube permitió desplegar ambientes de colaboración y trabajo remoto con la flexibilidad y velocidad que se requería para la nueva situación.
Para finalizar, Diego Taich señala, “el uso del “cloud computing” – junto a otras tendencias de procesamiento como el “edge computing”, seguirá creciendo en los próximos años. El nuevo contexto impulsó en muchas empresas un cambio en el uso de las oficinas, migrando al trabajo remoto. La utilización intensiva de Internet y aplicaciones desde los hogares requiere de capacidades flexibles y ágiles para el despliegue de soluciones. Es en este escenario donde los servicios de computación en la nube, por sus características, tendrán un rol cada vez más relevante”.