<p>En los papeles, Jobs era un árabenorteamericano como Barack Obama, adoptado por una pareja armenionorteamericana. Pero su carácter único era propio e intransferible. A tal punto que se hizo budista y rechazó la cartilla educativa universitaria de Estados Unidos como primer paso hacia el éxito.<br />
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Sus padres adoptivos eran californianos de bajos ingresos. Los biológicos fueron un sirio –profesor de ciencias políticas- y una docente teutona. Ese padre se llamaba Abdulfattah Dyandali, doctorado en Wisconsin, donde conoció a Joanna Carole Schieble. La pareja se casó estando ella embarazada. Tuvo un varoncito en San Francisco (1955) y ambos decidieron entregarlo en adopción debido a sus aprietos económicos.<br />
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Pusieron una condición: los padres adoptivos debían ser graduados universitarios. Ahí aparecieron Paul y Clara Jobs née Hagopian. Luego se supo que Clara no se había recibido y Paul era un mecánico. Carol Schieble primero se negaba a firmar los papeles, pero cedió cuando los Jobs se comprometieron formalmente a que ese recién nacido llegaría a la universidad.<br />
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Mucho tiempo después, Steve abandonará el colegio Reed (Portland, Oregon) entre severos reproches de Paul y Clara. La pareja había ahorrado por años –la educación superior gratuita casi no existe en EE.UU.- para mantener la promesa. El joven siempre fue rebelde, brillante e indisciplinado.<br />
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En el liceo de Cupertino conoció a Steve Wozniak (de origen polaco) y, juntos, inventaron la computadora Mac en el garaje del papá mecánico. Pero sólo Jobs advierte que ese juguete podría ser comercializable. En 1976, fundan Apple –bautizada en honor de los Beatles- aportando US$ 1.300 cada uno. Entre ese año y sus 25 años (1980), Steve se hace millonario y llega a la tapa de Time, revista que trae a colación el paralelo con Leonardo, quien tampoco se graduó de nada.<br />
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En 1986, lo entrevista un detective privado al servicio de una joven nacida de los mismos padres biológicos en 1957. Se llamaba Mona Simpson y su apellido provenía del segundo esposo de su madre. Era una escritora conocida y había publicado ya una novela (Anywhere but here) de carácter autobiográfico. El investigador por fin le lleva a Mona dos noticias. Una, mala, es que Abdufattah era inhallable (después apareció administrando un casino en Reno, Nevada). Otra, excelente, que se había cruzado con un colega en busca de ella misma… por cuenta de Steve Jobs.<br />
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Steven Jobs era una gran ensalada étnica
Los adictos al mito wasp, o sea white, anglosaxon and protestant (blanco, anglosajón, protestante) no llorarán al creador de Apple. Pero los amantes de Leonardo da Vinci exaltan a iJobs como renacentista nato. Poliétnico, para horror del Tea Party.