La computación como servicio
El tratamiento de la computación como servicio no es novedad, pero recién ahora tiene sentido financiero. Trabajar con la nube es un cambio profundo en el corazón de la tecnología informática.
12 octubre, 2011
<p>Antes de la existencia de Internet, los científicos del MIT concibieron una idea que llamaron computación como servicio. <br />
"Puede que algún día la computación se organice como un servicio, al igual que el sistema telefónico", señaló el profesor John McCarthy en la celebración del centenario del MIT en 1961. "Cada abonado tendrá que pagar solo por la capacidad que realmente utilice, aunque tendrá acceso a todas las características de los lenguajes de programación en un sistema de grandes dimensiones… Determinados abonados podrían ofrecer servicio a otros abonados… La computación como servicio podría convertirse en la base de una industria nueva e importante".<br />
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Esas expresiones describen el actual fenómeno de la computación en la nube. En lugar de comprar sus propios sistemas informáticos, las empresas, los particulares e incluso los Gobiernos pueden compartir tiempo en una infraestructura informática común, consistente en piezas intercambiables que ofrecen cómputo, almacenamiento de datos y comunicaciones. Si una pieza deja de funcionar correctamente o necesita una actualización, los programas y los datos se mueven automáticamente a otra. La seguridad multinivel evita que los usuarios interfieran unos con otros. Resulta más barato hacer funcionar este sistema que una gran cantidad de ordenadores individuales dispersos entre distintas empresas y organismos, ya que tanto el hardware como el personal administrativo se pueden utilizar de manera más eficiente. <br />
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Lo novedoso es la "virtualización" avanzada, capaz de generar sólo los recursos informáticos necesarios en un momento dado, dejando que regresen a un fondo general cuando no se necesitan. Esto permite a proveedores de servicios como Amazon ofrecer a sus clientes un modelo de facturación según el uso que se haga del servicio, y además hacerlo a gran escala. Las consecuencias de este cambio son de largo alcance: una de las más claras es que hoy día las empresas tienen poca necesidad de comprar un sistema informático distinto de PC y computadoras portátiles para los empleados.<br />
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A pesar de estas ventajas, muchas empresas dicen que evitan la nube porque no tienen plena confianza en su seguridad y fiabilidad. El hecho es que muchas empresas no se sienten cómodas cediendo el control. En un estudio realizado en marzo entre administradores de TI, patrocinado por el vendedor de computadoras CDW, un resultado curioso fue que la mayoría de los encuestados señaló que su forma preferida de utilizar la nube sería teniendo una privada. Las nubes privadas ofrecen lo mismo a los usuarios finales, pero son administradas por las propias empresas, no por un tercero como Amazon. No obstante, la construcción de una nube privada no es fácil. Las nubes privadas deben tener todas las capacidades de los sistemas en la nube -una infraestructura de computación virtual, centros de datos con refrigeración y suministro eléctrico redundante, copias de seguridad fuera de las instalaciones, etc- aunque los costes son asumidos por una sola organización, sin el mejor beneficio de la nube: el precio de un servicio. Tal y como señala CDW en su análisis, hacer funcionar una nube privada significa esencialmente "convertirse en un proveedor de alojamiento en la nube", excepto que nunca se recuperan los costes mediante la venta del producto. Las nubes privadas podrían tener sentido solo para organizaciones con cientos de miles de empleados, o datos que sean tan sensibles -como por ejemplo información militar o de transacciones financieras de un banco suizo- que nunca puedan permitirse en un ambiente público dentro de Internet. <br />
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Los hechos son muy simples: a pesar de que esencialmente todas las organizaciones en Internet utilizan algún tipo de servicio basado en la nube, deberían usar más. El factor económico relacionado con la escala es cada vez más impresionante. Quien quiera ir a comprar un grupo de servidores, probablemente no ha hecho bien sus cálculos. <br />
<em>Simson L. Garfinkel </em><br />
Extractado de <em>Technology Review</em></p>
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