La medicina que viene/ Medicus

Mayor atención ambulatoria y reducción de las internaciones 

14 junio, 2019

Por Rocío Bravo

En Argentina “hay un esbozo incipiente de aplicación de algunas de las herramientas que aumentan la precisión y que dejan entrever una medicina más ligada con el individuo que con los grandes grupos que forman las estadísticas poblacionales”.

 

José A. De All

Los nuevos y tremendos desafíos en el campo de la salud plantean un gran interrogante: ¿estarán los médicos capacitados para actuar en el nuevo contexto?  Para José A. De All, médico –MBA y director ejecutivo del Sanatorio Otamendi–, lo cierto es que “si bien se considera a la medicina una ciencia tradicional, gran parte de los avances de los que hablamos los han desarrollado, motorizado e implementado los mismos médicos.

La apertura al cambio de paradigma que existe en la profesión es mayor a la percibida”.  Sobre si la aplicación de este tipo de medicina llamada de precisión, conducirá a obtener mejores resultados con costos inferiores para el paciente y para el sistema de salud, De All aclara: “Es cierto que no toda nueva tecnología aumenta los costos de la atención.

Sin embargo, separar nuevas tecnologías costo eficiente de las superfluas, no es algo sencillo. En esta tarea de evaluación de tecnologías se combinan, obviamente, múltiples incentivos y situaciones. Además, es difícil predecir a qué ritmo una nueva tecnología considerada hoy como ‘costosa’ se volverá asequible mañana”. “Lo que si podemos afirmar es que no todas las nuevas tecnologías introducidas bajo el mantra de que mejoran el estado de salud o que ayudan a bajar costos logran esos cometidos.

Al mismo tiempo, la velocidad de dispersión de las supuestas mejoras hacia el sistema de salud y los pacientes tampoco es lineal y sigue una dinámica idiosincrática y específica de cada caso”. Sobre los cambios que atraviesa la medicina tradicional, y acerca de si la tecnología será o no disruptiva en este ámbito, desencadenando su personalización, el especialista entiende que la verdadera medicina personalizada nace de la relación médico-paciente.

“Nos hemos formado una idea del futuro en base a la ciencia ficción en donde máquinas realizan diagnósticos por sí mismas”, expone. “Sin embargo, la capacidad de abstracción y de sentido común que se puede insertar en un código binario es casi nula, como lo explica el autor Michio Kaku en su libro Física de lo imposible”.

Siempre de la mano del médico “Por lo tanto, la personalización de la medicina parte del entendimiento que el médico realiza del paciente y su contexto bio-psico-social. No hay máquina ni software que puedan lograr esa integración y abstracción”.  Luego, en referencia a las herramientas que estén a mano de los médicos, dice el profesional, “sí, es posible que haya cada vez instrumentos más precisos que, en las manos idóneas, permitan entender mejor esos contextos y aplicar cuidados más específicos a cada paciente, pero siempre de la mano del médico”.

Por otro lado, en términos de cómo se evolucionará en términos de prevención, sobre todo en lo que a enfermedades genéticas se refiere, “seguramente se avance en este sentido y tengamos un nivel mucho mayor de precisión en cuanto a desórdenes genéticos o propensiones genéticas a tal o cual condición”.

Hay quienes sostienen que el médico se convertirá en una especie de asesor quien, usando información absolutamente personal, ayudará a su paciente a hacer buenas elecciones de vida o le dará más conocimiento sobre servicios para prevenir y administrar ciertas enfermedades. Al respecto, para José A. De All, es cierto que el rol del médico deberá incorporar cada vez más los aspectos individuales preventivos.

“Quizás es una cuestión de matices, algunos imaginan al médico solo en un rol consultivo excluyentemente, mientras que otros opinan que la proporción y el mix de temas de consultas seguramente variará hacia un mayor énfasis en prevención y promoción de la salud, pero no de forma excluyente”, agrega.

Por último, frente a las estimaciones de que en las próximas décadas se irán reduciendo los hospitales, quedando sólo centros de excelencia para atender a aquellas personas con necesidades más urgentes, el médico coincide en que los avances de la medicina llevarán a una mayor atención ambulatoria y a la reducción de las internaciones. 

“Veremos esta tendencia afianzarse con el paso de las décadas”, asegura. “La introducción de tecnología hoy en hospitales y sanatorios ya cuenta con herramientas como algoritmos predictivos. En el Sanatorio Otamendi, por ejemplo, estamos implementando, junto con Hill-Rom, el monitoreo de signos vitales con predictores de deterioro de pacientes en piso. Esta herramienta nos permite detectar muy tempranamente pacientes cuyo estado de salud evolucionará negativamente con el paso del tiempo, y así intervenir mucho antes de que esto suceda”.

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