domingo, 22 de diciembre de 2024

Igualdad de oportunidades en la gestión empresarial

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América Latina y el mundo están viviendo un momento histórico, en el que los movimientos internacionales y locales que luchan por la diversidad e inclusión se están haciendo oír en las sociedades actuales.

Las mujeres levantaron su bandera en búsqueda de la igualdad de derechos, así como también otros colectivos que se suman a la lucha por la inclusión. Vivimos momentos de profundos cambios de mentalidad acerca del rol de la mujer y tenemos una gran oportunidad para construir comunidades donde la aceptación de las diferencias en sentido amplio sea la regla.

Pero en el mundo corporativo todavía estamos lejos de hacer realidad esos anhelos de igualdad. Según un estudio reciente de la consultora KPMG, que analiza la presencia de mujeres en los directorios de las 500 empresas con mayores ingresos de Argentina, solamente el 8,4% de los cargos directivos se encuentran ocupados por mujeres (288 del total de 3.413 cargos relevados). De las 500 empresas encuestadas, sólo 130 presentan al menos una mujer en sus directorios. Estos datos muestran que, pese a los avances evidenciados en materia de paridad, resta todavía un larguísimo trecho por recorrer y las empresas tienen mucho que hacer para conformar equipos dirigenciales que reflejen la diversidad de la sociedad en la que operan, más allá del género. Desde esta perspectiva es prioritario entonces crear ambientes de trabajo inclusivos y abiertos para todas las personas, adaptando los procesos de selección con el fin de promover la igualdad de oportunidades independientemente de orígenes culturales y étnicos, orientación sexual, identidad de género, así como también capacidades diferentes y diferencias de pensamientos. Esta mirada tiene un sentido más amplio cuando hablamos de igualdad poniendo el foco en que todos tengan las mismas oportunidades de carrera y eso dependerá de sus capacidades, habilidades, motivaciones, compromiso y la formación que constituya a la persona. La responsabilidad de las empresas radica entonces en recrear una cultura inclusiva, que permita a cada trabajador fluir, sentirse cómodo y libre de expresarse de forma genuina, auténtica. Este debe ser un objetivo a lograr para que la igualdad realmente pueda concretarse en el mundo del trabajo. Mientras tanto, corresponde destacar a cada uno que, desde su lugar, continúan luchando por entornos más diversos e inclusivos.

(*) Directora de Recursos Humanos para América Latina en Siemens Healthineers

 

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