<p>Las imágenes en movimiento pesan muchísimo más que las palabras o los sonidos. Ellas forman pesados ríos de bits digitales cuando circulan por las cañerías y avenidas de Internet y requieren cada vez más ancho de banda. El año pasado, según un cálculo, la página de video YouTube, propiedad de Google, consumió el mismo ancho de banda que la totalidad de Internet en el año 2000. <br />
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En un informe muy comentado que apareció en el mes de noviembre del año pasado, una firma de investigación proyectaba que para 2011, la demanda de los usuarios podría superar la capacidad de Internet. El tema preocupa de verdad. El mes que viene habrá una conferencia tecnológica en Boston cuyo título genera cierta angustia: "¿El fin de la Internet? <br />
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Sin embargo, el aumento del tráfico en Internet representa más un desafío en ciernes que una catástrofe inminente. Ni siquiera los más preocupados anuncian un apagón en la red. Ellos dicen que el usuario particular, podría experimentar la crisis en forma de descargas más lentas y demoras en la recepción de emails con respecto a años anteriores.<br />
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Los más preocupados anuncian una saturación de ancho de banda para 2011 y anticipan que la demanda crecerá 100% para ese año. Otros se preocupan menos, al menos en el corto plazo. Andrew M. Odlyzko, profesor de la Universidad de Minnesota, estima que el tráfico digital en la red global está creciendo a razón de 50% por año basándose en un análisis reciente realizado por Cisco Systems. <br />
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La tasa de crecimiento es impresionante. Pero al mismo tiempo está avanzando la tecnología para manejar el tráfico en Internet. Las computadoras router para retransmitir los datos se hacen más rápidas, la transmisión de fibra óptica mejora y los software para sortear paquetes de datos se vuelven más inteligentes.<br />
Aunque por un lado los expertos debaten la inmediatez del desafío, coinciden en que señala la existencia de un tema más amplio. En la era de Internet, dicen, las redes de alta velocidad se están convirtiendo cada vez más en las cubetas de la innovación científica y económica, que engendran nuevos negocios, mercados y empleos. <br />
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La Internet, aunque una red global, es en muchos sentidos, sorprendentemente local. Es una vasta amalgama de redes pequeñas todas conectadas entre sí. Las preocupaciones sobre congestión de tránsito digital no son realmente sobre las principales líneas troncales de la Internet, equivalentes de las autopistas. El problema está más cerca del hogar, es la capacidad de los conmutadores vecinales, routers y cañerías que entran en una casa. El costo de tender fibra óptica hasta una casa, estiman los analistas, puede ser de US$ 1.000 o más. <br />
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Por eso es que la velocidad de acceso a Internet varía tanto de país a país. Porque depende de patrones locales de inversión corporativa y subsidio del gobierno. En Taiwán, la velocidad de acceso es dos veces más rápida y mucho más barata que en Estados Unidos, donde la inversión requerida para hacer frente al aumento de tránsito es monumental. <br />
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Pero incluso si la inversión se retrasa, no hay que temer un apagón en Internet. La red global sobrevivió a las predicciones de colapso en el pasado. En 1995 Robert M. Metcalfe, pionero y emprendedor de las redes, advirtió en una columna de revista sobre un "colapso catastrófico" de la Internet en 1996. Hubo problemas de servicio, pero nada comparado con las predicciones de Metcalfe, quien debió tragarse sus palabras en una conferencia en 1997. </p>
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Internet saturada
Hace tiempo que se habla del peligro que implica el aumento impresionante de los datos que circulan por Internet. El peligro es causado por la riqueza visual de películas, videoclips, redes sociales y juegos, que son archivos sumamente pesados.