Ahora, Barack Obama rompió con la línea de George W.Bush en el tema, prometiendo acentuar la vigilancia, en particular sobre compañías dominantes. Su ejemplo es la Comisión Europea, cuya comisaría antimonopolio –la holandesa Neelie Kroes- acaba de imponer a Intel una multa sin precedentes, € 1.150 millones. Motivo: abusar de su poder en el mercado de microprocesadores, en supuesto desmedro de Advanced MicroDevices. <br />
<br />
Ahora, muchos ojos se posan en Google, cuyo poder asciende en la economía de Internet. Las flamantes autoridades en materia antimonopolios tenderán a escrutar redes y plataformas tan omnipresentes que todos deben enchufarse en alguna de ellas. Las ventajas de quienes controlan el acceso aumentan exponencialmente al atraer más usuarios, avisadores y desarrolladores. <br />
<br />
Búsquedas y publicidad en la Web, ya monitoreadas, son casos parangonables al software operativo mismo. En ese plano, Google es tan dominante como Microsoft. En cuanto a competencia, se torna posible sólo si todos tienen posibilidades parecidas, lo cual es difícil en entornos como los de Microsoft o Intel. Por eso Sun Microsystems cayó en manos de Oracle. <br />
<br />
En rigor, las políticas de Google se hallan ya en observación. En 2008, la firma debió desistir de asociarse al segundo de su sector, Yahoo: el departamento de justicia señaló que bloquearía la fusión porque implicaba un avance hacia el monopolio. Por entonces, Google dominaba 64% del mercado para búsquedas, contra 21% de Yahoo y apenas el 8% de Microsoft. <br />
<br />
En semanas recientes, el gobierno estadounidense ha abierto dos indagaciones. Justicia examina el arreglo de Google con autores y editores, referido a su servicio de búsqueda de libros, para verificar si transgrede leyes antimonopolio. Simultáneamente, la Comisión Federal de Comunicationes (CFC) investiga por qué Google y Apple comparten dos directores, pues ambos ofrecen buscadores y sistemas operativos telefónicos. <br />
<br />
El poder de Google inquieta en muchos sectores, entre ellos medios, publicidad –aunque aún se ignoren sus alcances en la Red-, telecomunicaciones y software. Pero ser grande, exitoso y ambicioso no va contra las leyes: para ello es preciso ser grande y malévolo. Aun en el asunto Microsoft, su hegemonía en sistemas operativos para PC no fue el problema. Sí lo eran sus tácticas empresarias, inclusive manipulación de contratos e intimidación para anular competidores (Sun fue uno de ellos), que quebrantaban las leyes en EE.UU. y la Unión Europea. Hasta ahora, Google no la emula. <br />
<br />
Sin embargo, hay áreas que ameritan seguirse de cerca. Una es el posible aprovechamiento del motor de búsquedas para captar negocios adicionales. En abril, por cierto, la firma anunció que Google Profiles –un servicio que da a la gente una página para difundir fotos y datos personales- aparecerá bajo los resultados de cada búsqueda cuando alguien teclee el nombre. Esto puede dar ventajas a GP sobre Facebook y otras redes sociales. A menos que WolframAlpha acabe dando vuelta los tantos. <br />
<br />
<br />
<br />
<br />
Google en la mira por la atmósfera antimonopolio
Por decenios, los grandes casos por monopolio se centraron en compañías tecnológicas o farmoquímicas. Eran esfuerzos para contener el desmedido poder de American Telephone & Telegraph, International Business Machines o Microsoft.