miércoles, 8 de enero de 2025

GlaxoSmithKline necesita calmantes con urgencia

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En realidad, el problema de la segunda farmoquímica mundial involucra antidepresivos y cinco frentes más. Ocurre que, esta semana, un tribunal le falló en contra por la patente de Paxil, su droga de mayor venta en Estados Unidos.

Paxil es un antidepresivo de amplio espectro y más de un nombre porque, en parte de Latinoamérica, se llama Paroxet o Aropax 20. Un dictamen emitido días atrás en Chicago cuestiona la exclusividad de Paxil, fármaco que le ha significado a GlaxoSmithKline ventas por US$ 3.250 millones en 2002. Ahora, la justicia declara que el compuesto pasará a ser “genérico” (o sea, no sujeto a la patente original) y cualquiera podrá fabricarlo a menor costo.

En la legislación estadounidense “genérico” no es sinónimo de monodroga o droga básica y se aplica a especialidades de todo tipo cuyos derechos exclusivos han expirado. Por supuesto, quienes las copian deben respetar fórmulas y proporciones originales.

Desde hace algún tiempo, a GSK le cae una tras otra. Su antibiótico estrella, Augmentin (conocido también por Clavinex, Clavoxilin, Clavulin y Eumetinex) ya compite con genéricos. Durante el quinquenio 2003-7, el antiasmático Advair, otro antidepresivo (Wellbutrin), Avandia (diabetes 1) e Imitrex (migraña) irán perdiendo exclusividad.

Dejando Paxil de lado, los otros cuatro significaron ventas por USD$ 5.630 millones en 2002. En la situación actual, la empresa no está desarrollando ni tiene en proyecto específicos cuyos márgenes potenciales de venta y ganancias puedan ir substituyendo a las cinco “estrellas” en peligro. Ocurre que, sumadas, equivalen a US$ 8.880 millones, vale decir 31,2% de las ventas totales.

Paxil es un antidepresivo de amplio espectro y más de un nombre porque, en parte de Latinoamérica, se llama Paroxet o Aropax 20. Un dictamen emitido días atrás en Chicago cuestiona la exclusividad de Paxil, fármaco que le ha significado a GlaxoSmithKline ventas por US$ 3.250 millones en 2002. Ahora, la justicia declara que el compuesto pasará a ser “genérico” (o sea, no sujeto a la patente original) y cualquiera podrá fabricarlo a menor costo.

En la legislación estadounidense “genérico” no es sinónimo de monodroga o droga básica y se aplica a especialidades de todo tipo cuyos derechos exclusivos han expirado. Por supuesto, quienes las copian deben respetar fórmulas y proporciones originales.

Desde hace algún tiempo, a GSK le cae una tras otra. Su antibiótico estrella, Augmentin (conocido también por Clavinex, Clavoxilin, Clavulin y Eumetinex) ya compite con genéricos. Durante el quinquenio 2003-7, el antiasmático Advair, otro antidepresivo (Wellbutrin), Avandia (diabetes 1) e Imitrex (migraña) irán perdiendo exclusividad.

Dejando Paxil de lado, los otros cuatro significaron ventas por USD$ 5.630 millones en 2002. En la situación actual, la empresa no está desarrollando ni tiene en proyecto específicos cuyos márgenes potenciales de venta y ganancias puedan ir substituyendo a las cinco “estrellas” en peligro. Ocurre que, sumadas, equivalen a US$ 8.880 millones, vale decir 31,2% de las ventas totales.

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