Nanocélulas solares: ¿Por fin, una solución barata?

Todos coinciden en que el sol será la fuente clave cuando ya no quede recursos fósiles. Todos coinciden, también, en que los costos de las actuales técnicas son excesivos. Ahora, alguien propone una solución barata: helionanocélulas.

11 marzo, 2003

Salvo que aparezcan tecnologías por hoy inimaginables, la energía
solar parece ser la única fuente capaz de ir reemplazando los combustibles
fósiles (hidrocarburos). A diferencia de ellos, se trata de un recurso
autorrenovable -la estrella amarilla se agota, verdad, pero le quedan varios millones
de años- cuyo volumen supera de lejos al de fuentes hídricas, eólicas
y nucleares.

No obstante, aprovechar a Helios -dios heleno del sol- requiere, al presente,
láminas de silicio cuyo proceso de producción es tan exigente y
costoso como el de chips (sólo que éstos se fabrican en volúmenes
muchísimo mayores y su costos unitario tiende a reducirse). Por hoy, la
energía solar exige diez veces más capital que los hidrocarburos,
para los mismos paquetes de generación. De ahí que sólo resulte
económica para satélites, naves espaciales y otras aplicaciones
"extraterrestres".

Pero el grecoamericano Paul Alivisatos, químico que trabaja en los laboratorios
de la universidad de California (Berkeley), ha tenido una idea. Consiste en apelar
a la nanotecnología para producir materiales fotovoltaicos capaces de desplegarse
y cubrir superficies como si fuesen pinturas. Además, las futuras "helionanocélulas"
podrían integrarse a otros materiales, lo cual reduciría los costos
totales y convertirían los generadores solares en una alternativa rentable
a gran escala.

Salvo que aparezcan tecnologías por hoy inimaginables, la energía
solar parece ser la única fuente capaz de ir reemplazando los combustibles
fósiles (hidrocarburos). A diferencia de ellos, se trata de un recurso
autorrenovable -la estrella amarilla se agota, verdad, pero le quedan varios millones
de años- cuyo volumen supera de lejos al de fuentes hídricas, eólicas
y nucleares.

No obstante, aprovechar a Helios -dios heleno del sol- requiere, al presente,
láminas de silicio cuyo proceso de producción es tan exigente y
costoso como el de chips (sólo que éstos se fabrican en volúmenes
muchísimo mayores y su costos unitario tiende a reducirse). Por hoy, la
energía solar exige diez veces más capital que los hidrocarburos,
para los mismos paquetes de generación. De ahí que sólo resulte
económica para satélites, naves espaciales y otras aplicaciones
"extraterrestres".

Pero el grecoamericano Paul Alivisatos, químico que trabaja en los laboratorios
de la universidad de California (Berkeley), ha tenido una idea. Consiste en apelar
a la nanotecnología para producir materiales fotovoltaicos capaces de desplegarse
y cubrir superficies como si fuesen pinturas. Además, las futuras "helionanocélulas"
podrían integrarse a otros materiales, lo cual reduciría los costos
totales y convertirían los generadores solares en una alternativa rentable
a gran escala.

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