Una asonada en Wall Street

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El “apriete corto” de GameStop ha sido interpretado por algunos como una revuelta contra el capitalismo financiero por parte de personas hartas de la especulación.

Una revuelta en la que un “influencer” financiero colaboró con otros especuladores en los foros de Reddit para apretar a los sofisticados fondos de inversión. Fue una clara demostración de la accesibilidad de los mercados. Varios grandes jugadores experimentaron pérdidas reales pero hasta ahora los mercados no colapsaron y el negocio financiero no tembló.

Por cierto, algunos de los que más se beneficiaron con la intervención de la semana pasada en el mercado fueron las administradoras de capitales como BlackRock, los fondos financieros como Citadel y el gigante de capital privado Silver Lake. Otros grandes inversores se apresuraron a imitar a los usuarios de Robinhood y se metieron en el negocio de GameStop junto con muchos nuevos compradores “del día”. De la forma en que salgan del negocio estos varios jugadores – y si lo hacen con ganancia — dependerá la respuesta de los organismos reguladores a la situación.

Después de que varias agencias de corretaje suspendieran las compras en GameStop y otros activos candentes, rápidamente se difundieron teorías conspirativas acerca de que “los de saco y corbata” intervinieron para impedir que los pequeños inversores jueguen en el mercado. Algunos políticos populistas se sumaron a la montaña de conspiraciones en las redes sociales. La realidad más prosaica es que los brokers online irrumpieron en masa en el negocio para juntar dinero y así poder cumplir con los requisitos de capital impuestos por los reguladores para proteger a inversores de todo tipo.

Esto no es populismo. Aquel “Ocupemos Wall Street”  (el movimiento de protesta contra la desigualdad económica que comenzó en septiembre 2011) no habló con una sola voz, pero después de la crisis financiera de 2008, el 99% de la gente estaba harta de la especulación. Algunas de las demandas que emergieron del movimiento incluye el ingreso básico universal, ayuda para la deuda y un impuesto a las transacciones financieras para reducir la inversión de corto plazo. Diez años más tarde, el sueño de acceso libre a las opciones del mercado quiere hacerse realidad. Algunos “traje y corbata” lo llaman neoliberalismo.

 

 

 

 

 

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