Así, la globalización muta: avanza en algunos aspectos y retrocede en otros, dando cuenta que el carácter del momento es el del movimiento permanente y el de la incertidumbre.
La globalización es un fenómeno complejo signado por la interdependencia entre los Estados, a partir de un intenso crecimiento del comercio, de los flujos de capital, de la circulación del conocimiento y tecnología y de los flujos migratorios; en el marco a su vez de determinado orden político-ideológico global.
Todos estos elementos, que habían sido entendidos como mantras casi irreversibles durante los 90’s y primeros años de los 2000, comenzaron a acelerarse y generar fricciones entre sí a partir de mediados de la década pasada. Mientras que la elección de Donald Trump y el proceso del Brexit suelen nombrarse como inflexiones que marcan el resquebrajamiento político de la globalización, la integración de los indicadores económicos se ha mantenido bastante robusta.
El “made in the world” siguió siendo un elemento sustantivo en el funcionamiento de los mercados, aunque los ritmos de esa dinámica no fueron ajenos al crecimiento de los nuevos proteccionismos. En ese escenario de un menor crecimiento del comercio global pero de sostenidas interdependencias tiene lugar la pandemia por COVID-19.
Se espera una caída muy significativa en el PBI global y el comercio de mercancías a escala mundial. Algunos sectores económicos cuya rentabilidad se encuentra muy afectada por las medidas sanitarias es probable que no se recuperen; y ello termine repercutiendo en la demanda global. Encadenado a ello, se puede esperar una mayor concentración del comercio global en pocos actores claves.
En ese contexto, acontece también un menor grado de cooperación internacional. Hay una mayor politización y securitización del comercio internacional, que excede a la guerra comercial entre EE.UU. y China. Un nuevo proteccionismo asoma, y las instituciones globales parecen poco sólidas para sostener la cooperación sin atravesar procesos de reforma que permitan ajustarse a la nueva normalidad.
Relocalizaciones
Otros fenómenos para prestar atención son el de las transformaciones en las cadenas globales de valor, donde una parte del capital comienza a relocalizarse en función de cambios en la estructura productiva asociados a la robótica y teletrabajo, pero también vinculados a la aversión al riesgo político, ambiental y sanitario.
En consecuencia, los términos nearshoring y reshoring se hacen cada vez más conocidos.
Los países pujan por obtener una tajada de las decisiones empresaria a través del anuncio de paquetes de incentivos fiscales. En esta disputa queda de manifiesto el complejo vínculo entre Estados y Empresas Multinacionales que es propio de la globalización. Cuando las empresas pertenecen a sectores estratégicos, como resultan los laboratorios farmacéuticos y proveedores de insumos médicos, la geopolítica asoma y los límites entre Estado y mercado ya no son tan claros.
Por último, en el plano financiero la globalización muestra su lado más peligroso. En el marco de la pandemia se observa un desacople de los mercados financieros con los mercados productivos, a la vez que se desarrolla un incremento inédito de la deuda pública mundial, y un deterioro de las condiciones financieras mundiales. A ello debe sumársele los movimientos en los mercados monetarios, donde gran parte de los países en desarrollo vieron depreciarse sus monedas.
Los riesgos de una crisis financiera global parecen crecientes y los recursos para sostener el sistema cada vez más difusos.
Una cooperación internacional más sólida resulta un imperativo para brindar certidumbre a la economía global y reducir los costos sociales que estos procesos de transformación implican.
La globalización está siempre en movimiento y requiere tanto de una pata política como una económica para funcionar en armonía. Cada tanto, también tropieza. La conflictividad-cooperación en la relación entre EEUU y China, la supervivencia y relevancia de los organismos multilaterales, la vigencia de órdenes democráticos, y la prolongación en el tiempo de episodios como la pandemia son los resortes que darán forma a los interrogantes que este caminar de la globalización plantea.
(*) Profesora en la Licenciaatura en Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario. Investigadora en el CONICET.