Macondo obliga a cambiar los ejes del negocio petrolero

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Como resultado del derrame tras hundirse la plataforma Deepwater horizon, el sector hidrocarburos afronta profundas mutaciones de alcances mundiales. No sólo en materia ambiental o financiera, sino en casi todos los aspectos de la actividad.

<p>Mientras parece culminar favorablemente el taponamiento del pozo en el golfo de M&eacute;xico, siguen los esfuerzos para evaluar sus efectos. </p>
<p>Desde los da&ntilde;os ecol&oacute;gicos locales e internacionales hasta las p&eacute;rdidas en turismo o pesca, hasta las demandas judiciales y las consecuencias sociopol&iacute;ticas, hay de sobra.<br />
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Pero, hasta ahora, los efectos del desastre en el negocio de hidrocarburos suelen descuidarse. Tanto en Estados Unidos cuanto en el resto del planeta, la industria sufrir&aacute; alteraciones profundas. Otros ser&aacute;n los tipos de empresa que sobrevivan o fracasen, mientras las formas de operar vayan cambiando con el transcurso del tiempo.<br />
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Para entender los porqu&eacute;s, es preciso mirar m&aacute;s all&aacute; del presente y centrarse en aspectos espec&iacute;ficos del negocio que sean perjudicados por el desastre. Sin duda, los riesgos siempre han sido inherentes a los sistemas, extraordinariamente complejos, para explorar y explotar petr&oacute;leo. Sea en tierra, sea bajo el mar. Para peor, las tendencias sectoriales elevan esos factores, en particular los pol&iacute;ticos. A la saz&oacute;n, los yacimientos m&aacute;s accesibles y rendidores, incluyendo los de Levante y Rusia, son propiedad casi excluyente de compa&ntilde;&iacute;as petroleras nacionales (CPN).<br />
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L&iacute;deres privados (CPP) como ExxonMobil, British Petroleum o Royal Dutch/Shell tienen cada vez menor acceso a reservas de primer nivel.<br />
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En verdad, la necesidad de mejorar posiciones negociadoras lleva a las CPP mayores a tomar riesgos crecientes, operando en &aacute;reas remotas, dif&iacute;ciles o inestables, tipo &Aacute;frica subsahariana, el &Aacute;rtico o altamar. Los ingresos de las CPP, pues, tienden a deteriorarse o exponerse a accidentes, como en el caso de BP.<br />
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En t&eacute;rminos simples, las multinacionales de hidrocarburos deber&aacute;n subir apuestas o poner en juego tecnolog&iacute;as m&aacute;s radicales para detectar y aprovechar reservas. Perforan a 1.500 metros de profundidad o en aguas glaciales exige niveles de inversi&oacute;n equivalentes a los de la exploraci&oacute;n espacial.<br />
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Hasta la crisis sist&eacute;mica de 2006/09, las grandes petroleras gestionaban de dos maneras los riesgos en el entorno. Por una parte, realizaban una serie de ensayos para restringir pr&aacute;cticas peligrosas: la seguridad de personas e instalaciones era prioridad (salvo en el caso de BP). Por la otra, en las pr&aacute;cticas cotidianas, esas mismas firmas adoptaban actitudes &ldquo;mitigadoras&rdquo; y permit&iacute;an a los contratistas directos o a los managers resolver situaciones sobre la marcha.<br />
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Esto ya no ser&aacute; posible, pues el derrame causado por la Deepwater horizon ha agudizado preocupaciones por la seguridad y la calidad del entorno. Por ende, en adelante el acceso a reservas mundiales &ndash;para todas las compa&ntilde;&iacute;as, estatales o privadas- quedar&aacute; constre&ntilde;ido por mayores regulaciones. As&iacute;, en aguas profundas, a las petroleras se les exigir&aacute;n m&aacute;s garant&iacute;as en materia de seguridad y ambiente como requisitos para obtener o prorrogar licencias.<br />
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En Occidente, las sanciones regulatorias por faltas, transgresiones o delitos ya se aplican con m&aacute;s rigor. Desde que, en 1988, la plataforma Piper Alpha explot&oacute; en el mar del Norte, dejando 167 muertos, Gran Breta&ntilde;a instituy&oacute; uno de los reg&iacute;menes m&aacute;s duros en cuanto a seguridad en hidrocarburos. Hace poco, antes del caso BP, Londres anunci&oacute; que doblar&iacute;a la frecuencia de inspecciones en plataformas.<br />
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Una iniciativa de Estados Unidos, reestructurar el servicio federal de miner&iacute;a (FMS) para intensificar la supervisi&oacute;n en los sectores petr&oacute;leo y gas natural, puede ser emulada en muchos pa&iacute;ses. Ello involucra Asia (occidental, meridional, oriental), Latinoam&eacute;rica y partes de &Aacute;frica donde las regulaciones son espor&aacute;dicas o negligentes.<br />
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China es un ejemplo patente. El 16 de julio, es decir a cuatro meses de Macondo, estall&oacute; un poliducto en el puerto de Dalian y gener&oacute; un derrame alarmante. Velozmente, Beijing impuso pautas muy estrictas a las operaciones portuarias.<br />
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En este nuevo contexto, los costos de ubicar y extraer hidrocarburos ir&aacute;n aumentando perceptiblemente. El segmento m&aacute;s vulnerable ser&aacute;n las peque&ntilde;as compa&ntilde;&iacute;as independientes directamente ligadas a la exploraci&oacute;n y la extracci&oacute;n. Muchas hallar&aacute;n demasiado costoso seguir operando en aguas profundas y, quiz&aacute;, muden su capital fuera de ese segmento.<br />
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Tambi&eacute;n las primas de seguros se incrementar&aacute;n (ya ocurre). Igual pasar&aacute; con costos financieros, planeamiento contingente, infraestructura, salvaguardias, sistemas de prevenci&oacute;n contra siniestros, etc. Todos estos aumentos influir&aacute;n en los precios del crudo. Por ejemplo, Deutsche Bank pronostica alzas de cinco a diez d&oacute;lares constantes por barril en corto plazo, a causa del derrame en el golfo de M&eacute;xico.&nbsp; <br />
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