miércoles, 25 de diciembre de 2024

La vida en el Oriente medio después del derrumbe petrolero

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El 13 de julio pasado, los crudos tocaron US$ 147,50 el barril. Por entonces, florecían los fondos soberanos en la península arábiga. El último trimestre de 2008, esa burbuja se pinchó. El desinfle en bienes raíces elimina puestos laborales, provoca la emigración de mano de obra libre y deteriora la demanda real. Ahora, hay que entender el nuevo contexto.

En esencia, ambos sopesan el destino de las especulaciones inmobiliarias en un per&iacute;odo de hidrocarburos baratos. En 2002, el promedio para el Consejo de Cooperaci&oacute;n del Golfo (GCC en la sigla inglesa) rondaba apenas US$ 25 el barril.<br />
El grupo lo forman Saudiarabia, Om&aacute;n, Kuwait, Bahrain, Qatar y la Uni&oacute;n de Emiratos. Entre ese precio y los US$ 147,50 (+ 690%), el producto bruto del grupo pas&oacute; de US$ 350.000 millones a m&aacute;s de un bill&oacute;n (mill&oacute;n de millones) anual (proyecci&oacute;n del Fondo Monetario Internacional a diciembre).<br />
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Hidrocarburos y bienes ra&iacute;ces</strong><br />
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Durante el mismo lapso, el super&aacute;vit fiscal del CCG acumul&oacute; US$ 1,5 billones y financi&oacute;, en parte, la diversificaci&oacute;n econ&oacute;mica en algunos integrantes. Sobre todo, proyectos infraestructurales p&uacute;blicos. Por supuesto, los sectores dominantes fueron extracci&oacute;n de hidrocarburos, energ&iacute;a y transportes. El sector privado, ligado a los clanes reinantes, se dedic&oacute; a turismo y bienes ra&iacute;ces.<br />
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Dos empresas de Dubai &ndash;un emirato hoy en problemas-, Emaar y Nakheel, hicieron punta con la torre m&aacute;s alta del mundo, un hotel siete estrellas, una isla artificial y hoteles dignos de las &ldquo;Mil noches y una noche&rdquo;. Pero el ciclo auge-contracci&oacute;n, con crudos a m&iacute;nimos de US$ 37 (casi los de 2002 a d&oacute;lares constantes), tiene sus costos.<br />
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Los peores efectos golpean fuerte a Dubai. Varios analistas ofrecen una explicaci&oacute;n: ese emirato pas&oacute; de una econom&iacute;a comercial a una inmobiliaria. Pero eso implic&oacute; un sistema de cr&eacute;ditos apalancados, sin el cual era imposible ganar dinero. Dubai, el miembro m&aacute;s poblado de la UEA, debi&oacute; ser rescatado por el m&aacute;s extenso Abu Dhabi, cuyo modelo financiero es m&aacute;s prudente.<br />
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<strong>Bolsillos agujereados</strong><br />
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Mientras dur&oacute;, era una fiesta. Los gobiernos canalizaban sus super&aacute;vit a fondos inversores soberanos, que llegaron a tomar participaciones en bolsas occidentales. Entretanto, empresas semiestatales y privadas (o sea, familiares) acud&iacute;an al mercado internacional en pos de financiamiento, confiando en que sus faltriqueras aguantar&iacute;an. Ahora, algunos jeques se tambalean. <br />
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Apostar a f&aacute;ciles negocios inmobiliarios estaba a la orden del d&iacute;a y los valores se inflaban a ritmo febril. Un sector que se supon&iacute;a mero complemento de la diversificaci&oacute;n se volvi&oacute; su clave. Hacia enero de 2008, los proyectos fara&oacute;nicos en gestaci&oacute;n o en marcha totalizaban US$ 1,6 billones. Al a&ntilde;o, la burbuja alcanzaba 2,54 billones, 70% de los cuales en Saudiaraba y la UEA<br />
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Pero la crisis occidental de liquidez congelaba mercados desde octubre y la plata dulce se evaporaba. Levante no es China ni India, econom&iacute;as emergentes que resisten bien. La ca&iacute;da de 75% en precios petroleros deterior&oacute; la confianza de prestamistas, inversores y especuladores. Este invierno boreal vio esfumarse el turismo, castigado tanto en su origen (las econom&iacute;as centrales) como en los rumbosos destinos del golfo. De un enero a otro, a liquidez se hizo humo.<br />
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Dado el exceso de proyectos y obras, el veloz declive de hidrocarburos congela o pone en crisis los negocios inmobiliarios. Si bien los grandes bancos occidentales en general no quedaron pegados a esos cr&eacute;ditos, el resto de los actores nunca imagin&oacute; una ca&iacute;da de precios petroleros tan fulminante como la iniciada a mediado de julio.<br />
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<strong>Tres causas</strong><br />
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Tres factores, se&ntilde;ala Knowledge@Wharton-&ldquo;Khaleej Times&rdquo;, explican por qu&eacute; las cosas se desbarrancaron en la pen&iacute;nsula ar&aacute;biga. El desinfle en bienes ra&iacute;ces elimina puestos laborales, provoca la emigraci&oacute;n de mano de obra libre y deteriora la demanda real. S&oacute;lo quedan trabajadores sujetos a la &ldquo;gleba petrolera&rdquo;, que no compran casi nada.<br />
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A todo esto, la pol&iacute;tica monetaria pesa. En Estados Unidos, el gobierno puede emitir billones sin respaldo, apoyados en la segunda econom&iacute;a mundial y en la compra de deuda externa (bonos) por parte de un &ldquo;cuarteto de fierro&rdquo;: China, Jap&oacute;n, Surcorea, Taiw&aacute;n. Ni esos rasgos ni el manejo discrecional de tasas son posibles en el golfo P&eacute;rsico. Por ello se producen cese de pagos como el de Dubai.<br />
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Sin duda, la masa de activos destruida en la regi&oacute;n, inclusive v&iacute;a burs&aacute;til (US$ 600.000 millones en 2008), aleja a los inversores. Una rescate masivo financiado desde fuera es dif&iacute;cil, pues casi todas las monarqu&iacute;as locales son pol&iacute;ticamente impresentables.<br />
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Seg&uacute;n el FMI, el producto bruto interno del CCG subir&aacute; apenas 3%, mucho menos que en 2008 (7%). S&oacute;lo en bienes ra&iacute;ces y servicios financieros, el &aacute;rea afronta vencimientos por US$ 40.000 millones este a&ntilde;o. Mientras, los gobiernos debe ir substituyendo al endeble sector privado &ndash;que enmascara intereses de los propios emires-, si ha de salvar proyectos u obras de pronto il&iacute;quidas.<br />
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A diferencia del anterior auge petrolero (1974/81), los estados del CCG han invertido s&oacute;lo un tercio de sus ingresos y podr&iacute;an apelar a pol&iacute;ticas fiscales antic&iacute;clicas para salir del brete. Tambi&eacute;n los ayuda su escasa deuda p&uacute;blica, salvo el caso de Dubai.<br />
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Sea como fuere, en algunos pa&iacute;ses el &eacute;nfasis para desplazarse de lo inmobiliario a la infraestructura y la educaci&oacute;n, o sea sectores no petroleros ni tur&iacute;sticos, al menos en el largo plazo. Por ejemplo, instituciones terciarias tecnol&oacute;gicas, sistemas de transporte masivo e industrias propiamente dichas. Esto es, creaci&oacute;n de valor agregado.<br />
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As&iacute;, Abu Dhabi proyecta un subterr&aacute;neo de 130 km. en la capital, Doh&aacute;. Por su parte, Om&aacute;n &ndash;el reino m&aacute;s antiguo de la pen&iacute;nsula-, Saudiarabia y Qatar avanzan en proyectos el&eacute;ctricos, petroqu&iacute;micos y de servicios civiles. Pero los inversores del exterior son cautos. Para ellos, el modelo era Dubai &ndash;en teor&iacute;a, un ejemplo de emprendimientos innovadores-, hasta su crisis financiera actual, que puede perjudicar a los fondos soberanos.<br />
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<strong>Fondos soberanos en la picota</strong><br />
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Aun sin Dubai, la crisis sist&eacute;mica en las econom&iacute;as centrales y algunas emergentes (Turqu&iacute;a, Ir&aacute;n y Pakist&aacute;n en el &aacute;rea) pone en tela de juicio el papel o la eficacia de los fondos soberanos (FS). Son enormes cajas controladas por el estado, pero suelen contener activos mixtos. En t&eacute;rminos de producto bruto interno, parte de los mayores reside en el CCG.<br />
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Su muestra t&iacute;pica es la autoridad inversora de Abu Dhabi (ADIA en la sigla inglesa), con activos por US$ 875.000 millones a fin de 2008. Tanto ella como otras similares en la regi&oacute;n han dejado de invertir o se han tornado remisas al riesgo. <br />
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Por tanto, se han vuelto hacia dentro de sus econom&iacute;as en peligro y reducen la compra de activos en el exterior. La necesidad de expandir el gasto p&uacute;blico para moderar los efectos de la crisis y la baja de hidrocarburos -am&eacute;n de los menores ingresos por exportaci&oacute;n- absorbe casi todos los excedentes fiscales. <br />
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Hist&oacute;ricamente inversores pasivos poco inclinados a interactuar con los propios objetos de sus colocaciones, los fondos soberanos musulmanes han tendido a estrategias conservadoras y de largo plazo. Pero, como se sabe, el manejo de reservas en d&oacute;lares, o en letras del tesoro norteamericano, por parte de los bancos centrales del CCG ha generado p&eacute;rdidas.<br />
Sin embargo, el modelo de los fondos jubilatorios (60% en acciones, 40% en bonos) sol&iacute;a ser m&aacute;s rentable que la opci&oacute;n anterior Hasta la crisis desatada desde Estados Unidos. Los fondos soberanos que emularon este modelo han tenido mejores retornos, no lejos de las colocaciones vinculadas a los hidrocarburos. <br />
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No obstante, las presentes turbulencias ponen en evidencia que los FS conservadores &ndash;que invirtieron en activos m&aacute;s l&iacute;quidos y seguros- se desempe&ntilde;an mejor, en estas circunstancias, que las carteras m&aacute;s audaces. En s&iacute;ntesis, la mayor&iacute;a de los fondos soberanos en el &aacute;rea del golfo P&eacute;rsico, como sus equivalentes en otros lugares del planeta, tal vez hayan perdido 30% de sus activos durante la precipitada licuaci&oacute;n de los mercados accionarios.<br />
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<strong>Geopol&iacute;tica<br />
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Este proceso reci&eacute;n ahora da se&ntilde;ales de revertirse, aunque a ritmo moderado, especialmente en Kuwait, Qatar y Abu Dhabi. &Eacute;ste es el &uacute;nico de los tres que integra la Uni&oacute;n de Emiratos &Aacute;rabes. Son en realidad siete, pero s&oacute;lo Abu Dhabi y Dubai pesan. <br />
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En cuanto al porvenir, parece prematuro formular pron&oacute;sticos sobre flujos de capital, evoluci&oacute;n de los crudos y situaci&oacute;n de econom&iacute;as como la de Dubai. Adem&aacute;s, surgen en el golfo P&eacute;rsico dos factores geopol&iacute;ticos.<br />
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Uno es el paulatino retiro de tropas norteamericanas en Irak, con la consiguiente normalizaci&oacute;n de actividades a mediano plazo en lo que fuera el cuarto exportador del mundo. Otro es la posibilidad de menos tensiones entre Ir&aacute;n y Estados Unidos. <br />
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La reaparici&oacute;n de Irak y su mayor&iacute;a shi&rsquo;ita es un problema para Kuwait, pues Bagdad nunca desisti&oacute; de sus reclamos territoriales (el emirato era parte de la provincia de Basora en tiempos del imperio Otomano). Tambi&eacute;n se complicar&aacute; la posici&oacute;n hegem&oacute;nica de Saudiarabia en el golfo P&eacute;rsico.

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