UE y pruebas de solvencia demasiado buenas para creer
Los presurosos ensayos sobre 91 bancos privados en la Unión Europea, se supone, muestran que el sector financiero privado podría superar fuertes desmejoras económicas sin acudir al estado. Pero sus resultados no convencen: sólo bocharon a siete.
2 agosto, 2010
<p>Un grupo de analistas escépticos en Gran Bretaña, Holanda y Suecia temen que las pruebas hayan sido apuradas y por demás tolerantes en cuanto a condiciones impuestas. Por ejemplo, el consultor Nouriel Roubini y el Nobel 2008, Paul Krugman, un liberal, coinciden con críticos europeos en objetar los ensayos en la UE y también los de 2009 en Estados Unidos.<br />
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Hasta el momento, empero, las pruebas de la Reserva Federal sobre dos docenas de bancos no muestran grietas. Pero las europeas exhiben tres diferencias preocupantes. Para empezar, se hicieron en términos de sus acreencias respecto de veintidós de veintisiete miembros de la UE (se excluyeron Grecia, España, Portugal, Hungría y Letonia, dato no menor). Además, corrió prisa y el Banco Central Europeo no tuvo un papel protagónico como el de la RF.<br />
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Al comité de Basilea, por ejemplo, no le gustó que las pérdidas potenciales se limitasen a inversiones de cartera (trading books) en títulos soberanos. No computaban, pues, acreencias firmes sobre instituciones en riesgo.<br />
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En realidad, estos ensayos sindican como prestamistas de última instancia a bancos de la Eurozona, que pueden tener problemas de pagos, y bancos centrales. En este plano, surge otro efecto pasado por alto: el volumen de cada banco no ha de exceder la economía de su país. Como si los factores en juego no fuesen bastantes, rondan en el horizonte instituciones ajenas a la UE: Islandia, Noruega, Suiza, Croacia, Bosnia-Hertsegóvina, Serbia, Montenegro, Macedonia y el bloque liderado por Rusia.</p>
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