Por Eduardo De Bonis y Juan Tripier (*)
Por supuesto que todavía quedan muchos desequilibrios por resolver, y la llegada de las inversiones ha sido lenta. Esto era esperable: en un país que está en una etapa de transición, las inversiones a largo plazo no son inmediatas, y en general las primeras en llegar son las de corto plazo, de orden más especulativo.
El renovado interés que ha despertado Argentina se refleja en el cambio de tendencia en el campo de fusiones y adquisiciones (M&A según sus siglas en inglés). El monto operado casi se duplicó con respecto a 2015, alcanzando los US$ 3.000 millones, en 28 transacciones completadas. Más de un tercio fueron acuerdos por montos arriba de los US$ 100 millones.
Un patrón que probablemente continúe. Si bien todavía se está por debajo de los picos históricos de actividad, es una señal auspiciosa y el 2017 se proyecta como un año muy activo. Hay que tomar en cuenta que varios procesos de inversión se han comenzado bien iniciado el nuevo gobierno, y por el curso de maduración normal de los mismos, se espera que se concreten el año próximo.
En cuanto al origen de los compradores, si bien continúa el posicionamiento de jugadores locales más conocedores de la coyuntura local, aun en un año que fue casi recesivo, también es para destacar la mayor participación de actores del exterior, que representaron cerca de 50% de las operaciones del año. Ahora el mercado es más abierto y el abanico de potenciales socios / inversores es global.
Asimismo, hay un mayor protagonismo por parte de los compradores del tipo financiero. Como dato relevante, a nivel de LATAM, en promedio, en 1 de cada 5 operaciones participa un grupo de private equity. Es un tipo de inversor para estar atentos en el corto y mediano plazo, que está aprovechando las todavía bajas valuaciones de los activos en el país.
En cuanto a las actividades económicas, una de las que tradicionalmente ha generado mayor interés es la de energía & recursos. De hecho, en 2016 representó más de 50% del flujo invertido en M&A, por lo que vale la pena mirar más de cerca algunas de las tendencias que están moviendo a este dinámico sector.
Petróleo & Gas
El principal deal del año fue la adquisición por parte de Pampa Energía de los activos de Petrobras en Argentina, por más de US$ 765 millones. De esta manera Pampa continua su avance sobre el sector de oil & gas local, y al mismo tiempo, se está desprendiendo de algunos activos no estratégicos para financiar esta importante operación, como fue la venta del 50% que posee en TGS, vendida a los grupos Sielecki y Werthein.
Vaca Muerta sigue captando el interés de los inversores y se ha consolidado como el proyecto a largo plazo más importante de Argentina, con impacto en toda la cadena de valor. Sin embargo, factores como la incertidumbre sobre los precios en el mercado local y la falta de competitividad en cuanto a costos frenan su crecimiento.
Cabe destacar también, que en cuanto a adquisiciones, fue el año menos activo de YPF desde su nacionalización. Esto es una muestra que en la medida que se continúe desarrollando Vaca Muerta va a ser necesario reducir la dependencia de YPF que hoy llega a representar directa e indirectamente cerca de 80% del total de inversiones.
Las grandes petroleras internacionales ya están presentes en la cuenca (Chevron, Dow, Petronas, XTO, Shell, entre otras), y es cuestión de asegurar la sustentabilidad de las inversiones en un entorno de precio de barril bajo. Hay espacio también para una mayor participación de las petroleras independientes, que en el caso de EE.UU, estuvieron detrás de muchas de las innovaciones para el desarrollo del shale oil.
Otras transacciones incluyeron:
- El Grupo Sielecki concreto la adquisición de la petroquímica Petroken que estaba en manos de la holandesa Lyondellbasell.
- El grupo de private equity inglés Blue Water Energy adquirió una participación en Galileo Technologies, uno de los principales fabricantes de equipos y sistemas para el tratamiento de gas. En los últimos años, los private equity han sido muy activos en el sector de servicios petroleros en Argentina.
Energías renovables
Sin duda uno de los ganadores del año. Con más de 2.000 MW adjudicados en las rondas 1.0 y 1.5 de RenovAR se esperan inversiones por más de US$ 4.000 millones. Un marco jurídico claro y procesos competitivos diseñados a la medida del sector, contribuyeron para el éxito de las licitaciones, en donde los precios promedio estuvieron por debajo de los 60 US$/MWh (por debajo de precios que se obtuvieron en procesos similares en Chile, Brasil y Uruguay).
El 2017 será un año clave para el sector, ya que el desafío será concretar estas inversiones. En este sentido, probablemente veamos en los próximos meses algunas transacciones orientadas a asegurar el financiamiento de proyectos, que puede incluir desde la incorporación de socios estratégicos hasta el financiamiento estructurado por parte de bancos internacionales.
Uno de los deals destacados del año fue el anuncio de venta por parte de la española Isolux del parque eólico Loma Blanca localizado en la provincia de Chubut, adquirido por un grupo local. El proyecto contempla cuatro módulos de 50 MW, de los cuales uno ya se encuentra en operación.
Sector eléctrico & Utilities
Si bien quedó un poco rezagado por los vaivenes de la eliminación de los subsidios, su potencial sigue latente, y varios grupos en anticipación a los cambios esperados, se han venido posicionando. Un ejemplo reciente es la compra por parte del grupo local Desarrolladora Energética SA de las compañías distribuidoras de energía en la provincia de Buenos Aires Edes y Eden, cuyo propietario era Power Infraestructure.
Otra operación, fue la venta de los activos de Duke Energy en Latinoamérica al private equity focalizado en infraestructura I Squared Capital. Este es un deal de carácter regional, que en Argentina incluye dos plantas de generación eléctrica en la provincia de Neuquén con capacidad de más de 550 MW.
Ahora bien, en este nuevo proceso de apertura y bajo un escenario económico complejo es importante que las empresas busquen aumentar sus niveles de competitividad. Gradualmente comenzarán a entrar nuevos jugadores lo cual puede conllevar a procesos de consolidación en varias sectores, incluyendo energía. Es importante estar preparados y posicionarse ante los cambios. Una recomendación es, ya salido del modo “crisis”, diseñar planes de negocio y crecimiento para el mediano plazo, incluyendo posibles procesos de M&A. Otra, para aquellos que todavía no la utilicen, es evaluar las oportunidades que brinda el Mercado de Capitales, una fuente de financiamiento alternativa al sistema bancario, que ha acompañado el crecimiento de muchos sectores y empresas – en las economías desarrolladas las empresas priorizan apalancarse en el mercado de capitales antes que los bancos.
Finalmente, cabe remarcar la importancia de un plan económico que ayude a reactivar la economía – hoy la principal prioridad. La caída en los niveles de actividad combinado con la inflación y tasas de interés elevadas, han sido un coctel peligroso para las empresas, y en especial las Pymes. En el 2017 el gobierno debe demostrar su capacidad de gobernabilidad y ejecución. A su vez, el sector privado también debe jugar su rol, buscando ser una fuente de influencia y guía. Esto será relevante a la hora de adaptar marcos jurídicos para sectores que sean estratégicos, donde un modelo a replicar puede ser el de las energías renovables.
El 2017 viene cargado de oportunidades y desafíos, hay que trabajar juntos para que sea exitoso.
(*) Miembros de First Corporate Finance.