Rebranding personal como manera de diferenciarse

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La marca personal no es lo que uno dice de sí mismo, sino cómo es percibido por los demás. En este mundo competitivo es necesario prepararse para afrontar los retos que depara el mercado laboral.

Bien sea a la hora de buscar un primer empleo, cambiarlo por otro, o cuando se quiere conquistar un nuevo cliente. En este sentido, podemos estar en desventaja frente a quienes estén siguiendo tips sobre “marketing personal” o llevando adelante alguna capacitación sobre el tema. En definitiva, de lo que se trata es de saber venderse a sí mismo, a partir de la construcción de su propia marca.

En el mercado laboral perciben a alguien de la manera en la que se proyecta, lo que se exhibe hacia el exterior tiene un enorme peso, y la mayoría de las veces se adquiere un papel positivo o negativo de cara a los objetivos que se persiguen.

Actualmente, nos enfrentamos a un nuevo contexto, en el que las limitaciones comerciales y laborales impuestas por la crisis sanitaria lentamente van quedando atrás. Es muy posible que esto motive la reactivación de proyectos, nuevos emprendimientos o que simplemente se produzca un impulso al consumo que impacte en la dinámica de la oferta y la demanda, que también marca el ritmo del mercado laboral.

Esta puede ser una buena oportunidad para “relanzar” nuestra marca personal, repasando algunos puntos clave que nos ayuden a mostrarnos como una oferta realmente atractiva. En principio, identificar y, si es necesario, actualizar nuestras habilidades para resaltar aquellas que nos permitan destacarnos, marcar la diferencia, teniendo en cuenta que somos parte de un sistema en el que seguramente otras personas estarán buscando el mismo empleo o cliente al que nosotros queremos alcanzar.

Como si de un catálogo de productos se tratara, también es muy importante actualizar nuestro CV buscando siempre un diseño claro e interesante. Igual importancia presenta actualmente nuestra actividad y presentación en las redes sociales laborales, ya que muchas organizaciones recurren a ellas para conocer más profundamente a sus aspirantes, al igual que sucede con quienes como clientes buscan contratar un servicio o adquirir un producto. Incluir o renovar nuestra foto de perfil, cuidar la redacción, pueden parecer trivialidades, pero sin dudas son todos factores que aportan a la construcción de nuestra imagen.

Llegado el momento, a la hora de afrontar una entrevista o una reunión laboral, tendremos la posibilidad de expresar un valor que resulta irreemplazable y que siempre dejará huella en nuestro interlocutor: la “actitud”. Toda falta de conocimiento o experiencia se puede solucionar con aprendizaje y trabajo, pero quien percibe una mala actitud difícilmente esté dispuesto a “comprar” nuestra propuesta de valor.

Existen numerosos ejemplos de casos exitosos de renovación de marca en la historia reciente, que bien pueden aplicarse al marketing personal. Uno de los más emblemáticos es el del regreso de Steve Jobs a Apple en 1997, quien supo cómo nadie interpretar el contexto social y la innovación que exigían los nuevos tiempos.

Así fue que, través de sus campañas publicitarias, dejó de vender productos para, en su lugar, ofrecer experiencias. Este cambio de enfoque, junto con una renovada imagen minimalista y moderna, hizo que la compañía rápidamente se destacara entre los consumidores y se transformara en la exitosa firma que hoy todos conocemos.

Todo en el ámbito del trabajo es negociación, venta y compra, desde el inicio de las civilizaciones. Aquello que no se muestra, no se vende; aquello que no es conocido, no es deseado. La venta solo sucede cuando hay un comprador, y depende de uno mismo que esto ocurra.

(*) Autor de Dejarse Enseñar y Significación Laboral www.javiercarrizo.com

 

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