viernes, 5 de diciembre de 2025

Supermercados: el consumo en volumen se enfría mientras crecen las ventas nominales

En septiembre de 2025, las ventas de los supermercados crecieron 23,8% en pesos corrientes, pero el indicador a precios constantes retrocedió 0,8% interanual. El consumo acumula un alza real de 2,7% en los primeros nueve meses del año, con fuerte peso de las tarjetas, avance del canal online y marcadas diferencias regionales, según la Encuesta de Supermercados del INDEC.

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La última Encuesta de Supermercados del INDEC confirma una foto dual del consumo masivo argentino. En septiembre de 2025 las ventas totales a precios corrientes sumaron 1,96 billones de pesos, un aumento interanual de 23,8%. Pero, una vez descontado el efecto de los precios, el índice de ventas a precios constantes marcó una caída de 0,8% frente al mismo mes de 2024. El acumulado enero-septiembre todavía muestra una mejora real de 2,7%, aunque con un perfil descendente: la serie desestacionalizada cayó 0,2% contra agosto y la tendencia-ciclo retrocedió 0,4%. 

El informe también registra un ticket promedio de $30.099, 31,2% superior al de un año atrás, y ventas por metro cuadrado de $580.046, con una variación interanual de 23,5%. El sector emplea 99.552 asalariados, apenas 1,1% más que en septiembre de 2024, un dato que habla de una estructura de personal prácticamente estabilizada. 

La canasta que más se mueve

Al mirar por dentro de la góndola, el crecimiento no es homogéneo. Entre los grupos de artículos, los aumentos más fuertes se registran en indumentaria, calzado y textiles para el hogar (+53,4% interanual), carnes (+45,2%), alimentos preparados y rotisería (+35,2%) y la categoría “otros” (+34,8%). 

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Sin embargo, la estructura de ventas sigue dominada por los productos típicos de consumo masivo:

  • Almacén concentra el 28,1% del total.
  • Artículos de limpieza y perfumería, el 13,6%.
  • Lácteos, el 12%.
  • Carnes, el 12,9%.
  • Bebidas, el 10,8%.  

El comportamiento de la canasta sugiere que el consumidor prioriza alimentos básicos y productos de higiene, mientras posterga bienes durables: la categoría “Electrónicos y artículos para el hogar” apenas crece 5,5% interanual y representa el 3,8% de la facturación.

Dominio de las tarjetas y auge de las billeteras

La encuesta muestra, además, la creciente financiarización del consumo. En septiembre, las ventas abonadas con tarjeta de crédito sumaron $865.406 millones, el 44,1% del total, con un aumento de 20,5% frente a un año antes. Las operaciones con tarjeta de débito alcanzaron $517.529 millones, el 26,4% de la facturación y una suba de 21,6%. 

El efectivo queda relegado al 16,2% de las ventas, con $318.446 millones y una variación de 17,5%. El dato más dinámico está en la categoría “otros medios” —billeteras virtuales, códigos QR, vales, gift cards y tickets canasta, entre otros— que ya explican el 13,3% del total, con un salto de 53,2% interanual. 

Para las cadenas, este mapa implica desafíos en materia de costos financieros, acuerdos con emisores y gestión del riesgo de crédito, pero al mismo tiempo ofrece herramientas para fidelizar clientes y segmentar promociones.

Salón de ventas fuerte, online en expansión

Pese al avance del comercio electrónico en otros sectores, el supermercado sigue siendo un negocio eminentemente presencial. El 96,5% de las ventas se realiza en el salón de ventas, por un total de $1,89 billones, con una variación de 23,4% interanual. El canal online (compras por internet y por teléfono) representa el 3,5% restante, unos $68.332 millones, pero crece 34,8% frente a septiembre de 2024, por encima del promedio del sector. 

Para las empresas, el dato es doble: el canal digital todavía es pequeño en peso relativo, pero es el que más rápido crece. La integración entre tienda física, aplicaciones y plataformas de terceros se vuelve así un eje competitivo clave.

Escala, territorio y brecha per cápita

El panel de la encuesta está compuesto por 94 empresas y 3.151 bocas de expendio. Las grandes cadenas —aquellas cuya superficie total de salón de ventas supera los 100.000 m²— concentran el 85,2% de la facturación y generan ventas por $589.612 por m², 23,2% más que un año antes. Los supermercados de menor escala (superficie total menor o igual a 100.000 m²) explican el 14,8% restante, con $530.407 por m² y un aumento de 24,7%. 

En términos geográficos también se observan contrastes. Las jurisdicciones con mayores subas nominales de ventas son Catamarca (+35,3%), Neuquén (+30,4%), Río Negro (+29,8%), el resto de la provincia de Buenos Aires (+27,8%) y Tierra del Fuego (+27,1%). 

Si se mira la venta por habitante, la desigualdad es todavía más marcada. El promedio nacional se ubica en $41.336 por persona, pero Tierra del Fuego llega a $137.531, Neuquén a $126.576 y la Ciudad de Buenos Aires a $113.132, mientras Santiago del Estero queda en $10.967 y Chubut en $13.123. 

Para la gestión de las cadenas, estos datos son una guía para definir dónde expandir tiendas, ajustar surtidos y revisar políticas de precios según el poder adquisitivo local.

Empleo y salarios en el sector

En el plano laboral, los 99.552 asalariados del panel se distribuyen en 10.978 cargos jerárquicos (11% del total) y 88.574 cajeros, administrativos, repositores y otros (89%). El costo laboral de septiembre ascendió a $211.289 millones, un aumento de 55,3% frente al mismo mes de 2024.

Dentro de ese costo, los sueldos y salarios brutos sumaron $167.800 millones, con una variación de 52,7%, mientras que las contribuciones patronales treparon a $43.489 millones, un 66,4% más que un año antes. El salario bruto promedio fue de $1.685.552, con un incremento de 51,1% interanual. Los puestos jerárquicos percibieron en promedio $3.718.955, y el resto del personal $1.433.529, con subas de 50,4% y 51,4%, respectivamente. 

La combinación de costos laborales en alza y consumo real estancado obliga a las empresas a ganar eficiencia operativa, automatizar procesos y revisar estructuras, sin perder de vista el servicio al cliente.

Un termómetro clave de la economía cotidiana

La Encuesta de Supermercados es, en definitiva, un termómetro de la economía de los hogares. El dato de septiembre sugiere que, tras un rebote moderado en el primer semestre, el consumo masivo enfrenta una nueva fase de enfriamiento en volumen. La expansión nominal ya no alcanza para ocultar la tensión entre ingresos y precios.

Para las cadenas, el desafío será administrar este escenario con foco en tres frentes: sostener márgenes en un contexto de competencia intensa y alta carga financiera; acelerar la adopción de herramientas digitales, tanto en pagos como en ventas; y adaptar surtidos y estrategias regionales a un mapa de poder adquisitivo cada vez más fragmentado.

 

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