¿Es una oportunidad o una maldición milenaria?

Exportación de productos básicos. Dos visiones antagónicas. Opuestas. Una irradia optimismo; la otra derrama pesimismo. ¿Cómo es posible que una misma realidad sea vista con dos visiones tan contradictorias? El ángulo del observador es importante, pero no definitivo.

28 diciembre, 2009

<p>Son dos visiones antag&oacute;nicas. Opuestas. Una irradia optimismo; la otra derrama pesimismo. &iquest;C&oacute;mo es posible que una misma realidad sea vista con dos visiones tan contradictorias? El &aacute;ngulo del observador es importante, pero no definitivo. Tal vez la diferencia estribe en el arraigo de viejos conceptos que hoy chocan duramente con la realidad.<br />
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La visi&oacute;n negativa sostiene que la Argentina y toda la regi&oacute;n latinoamericana, est&aacute; condenada a depender de sus exportaciones de productos b&aacute;sicos. Productos que por definici&oacute;n son m&aacute;s baratos en t&eacute;rminos relativos que los bienes industriales o que los intangibles. Aunque haya un auge moment&aacute;neo en el valor de los <em>commodities</em>, nada de fondo cambia en la estructura productiva de estos pa&iacute;ses. Y siempre habr&aacute; per&iacute;odos con descenso en esos valores.<br />
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La visi&oacute;n positiva dice que ha comenzado un ciclo largo de alto valor en estos productos y que es la mejor promesa de crecimiento sostenido para esta regi&oacute;n geogr&aacute;fica.<br />
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Como dec&iacute;a <em>Mercado</em> (ver Opini&oacute;n, edici&oacute;n de junio 2008): &ldquo;Lo cierto es que siempre hubo per&iacute;odos m&aacute;s largos donde el valor de los bienes industriales creci&oacute; m&aacute;s que el de las materias primas. Sin embargo, han aparecido quienes sostienen que estamos frente a un cambio definitivo de paradigma. Este no es otro per&iacute;odo de auge de los precios de los productos b&aacute;sicos que inevitablemente ser&aacute; seguido por otro de depresi&oacute;n, afirman. El cambio es estructural y los precios altos se mantendr&aacute;n por todo el tiempo previsible&rdquo;.<br />
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Si esto resultara cierto, deber&iacute;amos convenir en que Ra&uacute;l Prebisch, seguramente el economista m&aacute;s prestigioso de la Argentina y de la regi&oacute;n, estaba solemnemente equivocado. La famosa teor&iacute;a sobre el deterioro de los t&eacute;rminos del intercambio (cada vez los productos industriales valen m&aacute;s que las materias primas) quedar&iacute;a desmentida.<br />
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Prebisch qued&oacute; en la historia como el principal expositor de la teor&iacute;a del deterioro de los t&eacute;rminos del intercambio que explicar&iacute;a por qu&eacute; los pa&iacute;ses subdesarrollados resultan perjudicados en el comercio con las naciones avanzadas. Sostuvo que los t&eacute;rminos del intercambio de los productos primarios tienden a deteriorarse en relaci&oacute;n con los art&iacute;culos industriales. Esa tendencia deriva en un progresivo empobrecimiento de la periferia: los pa&iacute;ses emergentes deben exportar cada vez m&aacute;s bienes primarios para importar la misma cantidad de art&iacute;culos industriales&rdquo;.</p>
<p><strong>El nuevo repunte</strong><br />
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Tras varios a&ntilde;os de alza sostenida en los precios de las materias primas, los precios se derrumbaron desde finales del a&ntilde;o pasado, a tono con la crisis financiera global. Pero la novedad es ahora un repunte importante, que confirma que grandes consumidores de estos productos b&aacute;sicos, como China e India, siguen creciendo a altas tasas y se preservan de la crisis que agobia al mundo industrializado.<br />
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El subcontinente &ldquo;sigue muy susceptible a factores externos, pol&iacute;ticos o econ&oacute;micos. Por eso, de 2002 a 2008 la regi&oacute;n ha prosperado y su producto bruto ha promediado casi 6% anual, pico desde los 70. Los precios de las materias primas fueron claves&rdquo;. <br />
Como se&ntilde;ala Forrest Colburn al principio de un reciente art&iacute;culo en <em>Dissent</em>, ahora Sudam&eacute;rica &ldquo;debe afrontar el debilitamiento (&iquest;coyuntural?) de un relevante socio comercial &ndash;Estados Unidos&ndash; y la crisis sist&eacute;mica occidental. Por supuesto, la inestabilidad de precios &ndash;desde hidrocarburos a cobre y cereales o soja&ndash; genera incertidumbres poco tranquilizadoras&rdquo;.<br />
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Seg&uacute;n Jim Rogers (autor de<em> Hot Commodities</em> y cofundador junto a Soros del Quantum Fund) &ldquo;…durante el siglo 20 hubo tres largos per&iacute;odos donde los precios de los productos b&aacute;sicos estuvieron altos (1906-1923, 1933-1953, 1968-1982)&rdquo;. Cada ciclo, en promedio, dur&oacute; 17 a&ntilde;os. Otro ciclo expansivo en los precios de las <em>commodities</em> comenz&oacute; en 1999. Si se confirma la tendencia hist&oacute;rica, durar&iacute;a 17 a&ntilde;os. Es decir que se mantendr&iacute;an los precios altos hasta alrededor de 2015.<br />
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Seg&uacute;n el ensayo de <em>Dissent</em>, &ldquo;en Sudam&eacute;rica dependen de Estados Unidos unos m&aacute;s que otros; por ejemplo, Brasil depende poco y Chile mucho. Pero peor es depender de un grupo de materias primas como locomotoras de desarrollo. &ldquo;Ya no es as&iacute;&rdquo;, sostienen los optimistas. No obstante, con cotizaciones inestables no es f&aacute;cil que los productos primarios estimulen las econom&iacute;as del &aacute;rea.</p>

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