Con un BCRA que mantiene posiciones muy significativas de venta en el mercado de futuros a tipos de cambio del orden de los $10 u $11, los costos en términos de emisión y potencial traslado a precios e impacto en la economía real de una devaluación son elevados, señala el número 7 de la publicación Economic GPS, que edita PwC
Los resultados electorales del domingo 22 que consagraron ganador a la fórmula presidencial de Cambiemos ha disipado en cierta medida algunas incertidumbres en el plano económico, pero la expectativa se central hoy en saber de qué manera se implementarán los cambios.
Los desequilibrios que deberían ser abordados de forma inminente y en conjunto por la nueva administración nacional son: déficit fiscal, que deberá encontrar medios genuinos de financiación y reducir la asistencia por parte del BCRA, acceso al mercado de capitales internacional para obtener financiamiento externo y acceso al mercado de tipo de cambio.
Las maneras de abordar estos puntos podrían ser diferentes en términos de velocidad de implementación por la nueva administración, pero seguramente estarán en su agenda.
Tras el pago del Boden 2015, las reservas del BCRA se han visto menguadas, pasando de US$ 33.257 millones al cierre de septiembre a US$ 27.722 millones el día posterior al pago.
Asimismo, durante octubre y primera semana de noviembre, el BCRA ha venido vendiendo diariamente en promedio entre US$ 100 y US$ 150 millones (de los cuales la demanda por dólar ahorro ronda los US$ 600 millones mensuales, alcanzando entre enero y octubre US$ 5.581 millones), drenaje que de continuar a este ritmo llevaría las reservas brutas por debajo de los US$ 24.500 millones, mínimo que no se veía desde 2006.
Además, el BCRA ha mantenido incesante su asistencia al Tesoro Nacional a través de adelantos transitorios (alcanzando los $ 40.900 millones en los primeros nueve meses del año) y el giro de utilidades (durante los primeros siete meses de 2015, última información difundida por el Banco Central, giró $33.700 millones en concepto de utilidades correspondientes a 2014).
Por su parte, el denominado dólar blue o informal alcanzó su máxima cotización el 19 de octubre en los $/ US$ 16,11, con una brecha en torno al 68% con el tipo de cambio oficial.
En este contexto, el BCRA ha llevado adelante una serie de acciones cuyo objetivo pareciera ser el de mantener sin variaciones significativas el denominado dólar blue y contener el drenaje de reservas.
Así, en septiembre, Argentina Clearing, la única cámara compensadora de derivados del país, había ampliado el límite del BCRA para operar en el mercado de futuros de tipo de cambio para, a partir del 15 de octubre, restringir los límites de operación de los agentes privados y eliminar todo techo de intervención para el BCRA3.
Adicionalmente, el 27 de octubre la misma autoridad emitió el comunicado n°489 donde fija el aumento a partir del 30 de octubre de entre 12% y 16%, según plazo del contrato, en las garantías requeridas para operar en este mercado, para volver a aumentar el 6 de noviembre en los mismos porcentajes.
Con esto, el BCRA gana grados de libertad para operar en el mercado de futuros de tipo de cambio, y se restringe para los agentes privados.
Con estas disposiciones habilitantes, al cierre de octubre, el BCRA se encontraba vendido en el ROFEX en aproximadamente US$ 12.000 millones en distintos futuros (cuya mayor parte se acumula en operaciones hasta junio 2016 con un tipo de cambio promedio de $10,6).
En términos prácticos, esto significa que al momento del vencimiento de cada uno de los contratos de futuros los agentes privados compradores de estos contratos, compran dólares al tipo de cambio preacordado, independientemente de la cotización oficial del tipo de cambio.
Por su parte, el BCRA se compromete a entregar a los agentes privados compradores de estos contratos, el equivalente en pesos de dichos dólares al tipo de cambio oficial del momento en que vencen los contratos.
Así, si el BCRA vende US$ 100 a entregar en marzo 2016 a $10,75, y en dicho momento el tipo de cambio es de $11,00, el BCRA deberá entregar en pesos la diferencia de cotización ($0,25 en este caso) a los compradores de los contratos: en este ejemplo $254, que a priori implicarían nueva emisión por parte del BCRA.
Más allá de que el resultado final de la operatoria se verificará al momento del vencimiento de cada contrato de futuro, si se evalúa la diferencia en la cotización del dólar a futuro en el mercado donde participa el BCRA y las operaciones entre privados en mercados no regulados de futuros de dólar en el exterior se puede estimar que el BCRA debería emitir aproximadamente en los próximos meses $ 66.000 millones, lo que representa un 12% de la base monetaria actual.
Bajo estas circunstancias, el último día hábil de octubre el BCRA y la Comisión Nacional de Valores emitieron dos nuevas resoluciones: la A 5822 el primero y la 649 el segundo, donde ajustaron las garantías requeridas a los inversores al transar los contratos de futuros.
En particular, la garantía para las operaciones sobre contratos de futuros financieros deberá ser constituida exclusivamente en moneda nacional, y ya no en bonos, lo que implica inmovilización de pesos a cero rendimiento (con la constitución de la garantía en bonos se permitía ganar la tasa de interés), debiendo además cubrir el 20% de la posición neta de cada vencimiento.
Asimismo, dos días después de la elección presidencial, el BCRA avaló una suba de tasas de interés de las LEBACS de 300 puntos básicos, lo cual afecta directamente a las tasas de los plazos fijos, ya que rige una tasa mínima para los mismos atados a los intereses de las letras. Este aumento busca aumentar el costo de oportunidad de salirse de inversiones en pesos y trasladarlas a instrumentos en dólares.
A todo esto se le sumó la resolución 39.517/2015 del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, y la Superintendencia de Seguros de la Nación, publicada en el boletín oficial el 27 de octubre, donde las aseguradoras sólo podrán invertir en activos en moneda extranjera para cubrir sus reservas técnicas en la misma moneda.
El 50% de las tenencias por encima de esa necesidad deberá ser liquidado antes del 3 de noviembre, el 75% antes de fin de ese mes y la totalidad del exceso antes del cierre de este año. Estas acciones tienen como efecto reducir las operaciones en el mercado del contado con liquidación.
Finalmente, el BCRA emitió el sábado 21 de noviembre la comunicación A 5837. La nueva norma establece que el límite máximo de la posición general de cambios para las entidades financieras sea de un 5% del equivalente en dólares estadounidenses de la responsabilidad patrimonial computable. El límite máximo anterior era del 15%, por lo que en la práctica las entidades deberán desprenderse del excedente de dólares.
Este paquete de medidas para contener el tipo de cambio y minimizar la salida de divisas, no es independiente de la economía real.
La escasez de dólares tiene entre sus principales causales el deterioro del comercio exterior, donde en los primeros 9 meses del año el saldo comercial se derrumbó un 72% respecto de igual período del año pasado, siendo los US$ 1.552 millones el menor valor desde la salida de la convertibilidad.
Mientras que la caída de las exportaciones se encuentra explicada mayoritariamente por una caída en los precios internacionales, principalmente de las exportaciones relacionadas a commodities, no menor es el efecto que implica la pérdida de competitividad relativa del país frente a otros países de la región.
Así se sucedieron acciones que buscan contener la suba del dólar en sus distintas versiones, el sector externo de la economía real se muestra débil.