El secretario norteamericano de Estado sinceró una impresión prevalente al sur del río Bravo: Latinoamérica no es prioridad para el actual gobierno. Pese a un compromiso electoral asumido en 2000 y las recientes expresiones de Bush en la cumbre continental de Monterrey.
El cambio de discurso oficial ocurrió al responder Powell preguntas de legisladores sobre presupuesto 2005 . En particular, una de Roberto Menéndez, representante demócrata por Nuevo Jersey. El diputado manifestó “disgusto porque Bush ha reducido en casi 11% fondos para la región, que totalizarán apenas US$ 512.500.000. En Irak, estamos gastando 1.000 millones mensuales”. Powell admitió las cifras arguyendo que “tenemos prioridades más altas y serias en otras partes del mundo”.
Tras eso, varios legisladores “hispanos” de la bancada oficialista se sumaron a las objeciones de Menéndez. El alto funcionario señaló que “esas reducciones se compensan en buena parte con asignaciones al fondo Reto del Milenio”. Pero se le recordó que este programa se orienta sólo a países con menos de US$ 1.400 de ingreso anual por habitante.
El representante de Nuevo Jersey fue más lejos: “ese fondo es una iniciativa tan pomposa y vacua como su nombre. Sólo sirve para gastar dinero en folletos oficiales sobre tecnologías fuera de alcance para 80 ó 90% de quienes viven en la región”.
Latinoamérica, pues, es la única región del mundo que ha sufrido recortes presupuestarios. Tanto en partidas para desarrollo económico como en ayuda militar y lucha contra el narcotráfico. Por otra parte, hasta ahora el “Reto del Milenio” no ha significado aportes reales a los cinco países teóricamente destinatarios (Haití, Surinam, Ecuador, Bolivia, Paraguay).
El papel de Powell, cuya repartición suele subsidiar medios, comunicadores y bajalíneas “latinos”, dentro o fuera de EE.UU. resulta poco agraciado. Tampoco le resulta positivo a Bush en dos aspectos: el voto “hispano” en los comicios de noviembre y la reacción de varios gobiernos latinoamericanos ante la quiebra de compromisos. Por supuesto, la virtual guerra civil haitiana, más los graves problemas que amenazan a Perú y Bolivia, contrastan con la “indiferencia presupuestaria” de Washington.
El secretario norteamericano de Estado sinceró una impresión prevalente al sur del río Bravo: Latinoamérica no es prioridad para el actual gobierno. Pese a un compromiso electoral asumido en 2000 y las recientes expresiones de Bush en la cumbre continental de Monterrey.
El cambio de discurso oficial ocurrió al responder Powell preguntas de legisladores sobre presupuesto 2005 . En particular, una de Roberto Menéndez, representante demócrata por Nuevo Jersey. El diputado manifestó “disgusto porque Bush ha reducido en casi 11% fondos para la región, que totalizarán apenas US$ 512.500.000. En Irak, estamos gastando 1.000 millones mensuales”. Powell admitió las cifras arguyendo que “tenemos prioridades más altas y serias en otras partes del mundo”.
Tras eso, varios legisladores “hispanos” de la bancada oficialista se sumaron a las objeciones de Menéndez. El alto funcionario señaló que “esas reducciones se compensan en buena parte con asignaciones al fondo Reto del Milenio”. Pero se le recordó que este programa se orienta sólo a países con menos de US$ 1.400 de ingreso anual por habitante.
El representante de Nuevo Jersey fue más lejos: “ese fondo es una iniciativa tan pomposa y vacua como su nombre. Sólo sirve para gastar dinero en folletos oficiales sobre tecnologías fuera de alcance para 80 ó 90% de quienes viven en la región”.
Latinoamérica, pues, es la única región del mundo que ha sufrido recortes presupuestarios. Tanto en partidas para desarrollo económico como en ayuda militar y lucha contra el narcotráfico. Por otra parte, hasta ahora el “Reto del Milenio” no ha significado aportes reales a los cinco países teóricamente destinatarios (Haití, Surinam, Ecuador, Bolivia, Paraguay).
El papel de Powell, cuya repartición suele subsidiar medios, comunicadores y bajalíneas “latinos”, dentro o fuera de EE.UU. resulta poco agraciado. Tampoco le resulta positivo a Bush en dos aspectos: el voto “hispano” en los comicios de noviembre y la reacción de varios gobiernos latinoamericanos ante la quiebra de compromisos. Por supuesto, la virtual guerra civil haitiana, más los graves problemas que amenazan a Perú y Bolivia, contrastan con la “indiferencia presupuestaria” de Washington.