El Ministerio de Finanzas de Japón acaba de dar a conocer una lista de las 518 compañías más importantes para la seguridad nacional y nuevas restricciones a la inversión extranjera. Lo que sorprende, por ejemplo, es que una cadena de artículos de golf recibió la calificación tope junto a un fabricante de submarinos y que el banco nacional fue catalogado como de bajo riesgo. Todo inversor interesado en comprar una participación mayor al 1% en cualquiera de las empresas declaradas como de interés nacional, deben pedir autorización al ministerio de finanzas.
El mensaje es claro. Incluso antes de la pandemia Tokio siempre adoptó una visión holística del rol colectivo de las empresas en el interés nacional
Japón es un país que ha visto siempre su economía como un todo, como la suma de todas sus compañías, sus activos tangibles y su propiedad intelectual. Eso ahora evoluciona hacia una visión más explícita de la importancia de cada una de las empresas que integran esa lista para la seguridad del país.
La pandemia del coronavirus, opinan las autoridades japoneses, asestó un duro golpe a la globalización al poner en evidencia las vulnerabilidades de las cadenas de suministro que se suponía eran confiables, fácilmente reprogramables y protegidas por los instintos fundamentales del comercio. La crisis terminó con el cómodo supuesto de que el mercado siempre va a encontrar la forma de entregar lo que se necesita. La crisis amplió la lista de las empresas que de ahora en adelante deben ser protegidas desde las política.
Es posible que con los peligros que plantea la pandemia del coronavirus, otros países adopten este punto de vista, dice hoy Leo Lewis en el Financial Times. Si fuera así, el nuevo grupo de compañías japonesas clave para el interés nacional podría convertirse en la norma de otros países.