De la Rúa endurece posiciones

¿Quién le teme a Hugo Moyano? - De la Rúa quiere apurar a toda costa la Reforma Laboral. Storani concurre al Senado, en momentos en que arrecian las críticas al Fondo Monetario Internacional y a sus exigencias.

24 abril, 2000

El miedo no frenará la aprobación de la reforma (laboral), dijo desde San Martín de los Andes el fin de semana, el presidente Fernando De la Rúa. No se privó de tirar por elevación contra los dirigentes del ala dura del gremialismo: Yo quiero ver a los dirigentes más cerca de la gente.

Las palabras presidenciales marcan el tono de la jornada que, en horas de la tarde verá al Ministro del Interior, Federico Storani, dialogar con la Comisión de Labor Parlamentaria del Senado. Lo acompañarán el Secretario de Seguridad, Enrique Mathov – blanco de muchas flechas envenenadas dentro del oficialismo – y el Jefe de la Policía Federal, Rubén Santos. La institución ha sido cuestionada por el exceso en la represión de la madrugada del miércoles, pero se defiende alegando órdenes del poder civil, incluso de los fiscales de turno.

La oposición tiene en sus manos una carta de peso, al traspasar al gobierno la imagen de un Estado represor que no condice con los antecedentes y las palabras de los políticos de la Alianza.

Storani, probablemente, se refiere a los aprietes del sindicalismo duro y aluda a maniobras políticas destinadas a minar la imagen oficial.

No se descarta que, a puertas cerradas, la oposición recrimine un excesivo apego del gobierno a los dictados del Fondo Monetario Internacional. Se siente avalada por la catarata de críticas disparadas contra las autoridades financieras mundiales no solamente por los manifestantes que ganaron las calles de Seattle y Washington, sino por economistas y políticos de renombre mundial.

El Premio Nobel de Economía Robert Mundell, declaró que no cree que el FMI esté haciendo un buen trabajo. Como ejemplo destacó que en Asia los periodistas le preguntaron sobre la crisis de la región y “del Fondo Monetario Internacional”. En una reunión con el Presidente, en la Casa Rosada, propició la rebaja de los impuestos, tal como lo preconizan sectores de la oposición política, en abierta contradicción con la exigencias del FMI.

Joseph Stiglitz, ex economista del Banco Mundial, concuerda con aquellos que califican el FMI de arrogante, que no escucha realmente a los países en desarrollo y subraya que sus remedios tornan las desaceleraciones en recesiones y las recesiones en depresiones.

El miedo no frenará la aprobación de la reforma (laboral), dijo desde San Martín de los Andes el fin de semana, el presidente Fernando De la Rúa. No se privó de tirar por elevación contra los dirigentes del ala dura del gremialismo: Yo quiero ver a los dirigentes más cerca de la gente.

Las palabras presidenciales marcan el tono de la jornada que, en horas de la tarde verá al Ministro del Interior, Federico Storani, dialogar con la Comisión de Labor Parlamentaria del Senado. Lo acompañarán el Secretario de Seguridad, Enrique Mathov – blanco de muchas flechas envenenadas dentro del oficialismo – y el Jefe de la Policía Federal, Rubén Santos. La institución ha sido cuestionada por el exceso en la represión de la madrugada del miércoles, pero se defiende alegando órdenes del poder civil, incluso de los fiscales de turno.

La oposición tiene en sus manos una carta de peso, al traspasar al gobierno la imagen de un Estado represor que no condice con los antecedentes y las palabras de los políticos de la Alianza.

Storani, probablemente, se refiere a los aprietes del sindicalismo duro y aluda a maniobras políticas destinadas a minar la imagen oficial.

No se descarta que, a puertas cerradas, la oposición recrimine un excesivo apego del gobierno a los dictados del Fondo Monetario Internacional. Se siente avalada por la catarata de críticas disparadas contra las autoridades financieras mundiales no solamente por los manifestantes que ganaron las calles de Seattle y Washington, sino por economistas y políticos de renombre mundial.

El Premio Nobel de Economía Robert Mundell, declaró que no cree que el FMI esté haciendo un buen trabajo. Como ejemplo destacó que en Asia los periodistas le preguntaron sobre la crisis de la región y “del Fondo Monetario Internacional”. En una reunión con el Presidente, en la Casa Rosada, propició la rebaja de los impuestos, tal como lo preconizan sectores de la oposición política, en abierta contradicción con la exigencias del FMI.

Joseph Stiglitz, ex economista del Banco Mundial, concuerda con aquellos que califican el FMI de arrogante, que no escucha realmente a los países en desarrollo y subraya que sus remedios tornan las desaceleraciones en recesiones y las recesiones en depresiones.

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