Carl Dietrich, un estudiante de 29 años que actualmente cursa un doctorado en el MIT y además es CEO de la startup Terrafugia (“escapar de la tierra”), describe su creación no tanto como un auto volador sino más bien como un avión rutero. Se trata de un avión con asiento para dos que pliega sus alas al final de su vuelo para llegar a destino circulando por autopistas, caminos y calles. Por ahora, existe solo en el tablero de dibujo.
El diseño — por ahora existe sólo en el tablero de dibujo — le significó a su inventor obtener el prestigioso premio Lemelson (US$ 30.000) que el MIT otorga a sus estudiantes.
Terrafugia se encuentra en conversaciones para reunir entre 2 y 3 millones de dólares y ya ha contratado a dos veteranos de la McDonnell-Douglas para tener el prototipo construido para 2008.
El objetivo es llegar al mercado con los primeros Transitions para 2009, a un precio minorista de US$ 148.000. El avión fue diseñado pensando especialmente para el descuidado mercado de las distancias cortas, que seguramente va a crecer a medida que las aerolíneas sigan abandonando las rutas de corta distancia, poco rentables. Dietrich estima un mercado potencial de 178,000 clientes en Estados Unidos. El creador estima que invención podría provocar interés entre pilotos activos y pasivos.
Carl Dietrich, un estudiante de 29 años que actualmente cursa un doctorado en el MIT y además es CEO de la startup Terrafugia (“escapar de la tierra”), describe su creación no tanto como un auto volador sino más bien como un avión rutero. Se trata de un avión con asiento para dos que pliega sus alas al final de su vuelo para llegar a destino circulando por autopistas, caminos y calles. Por ahora, existe solo en el tablero de dibujo.
El diseño — por ahora existe sólo en el tablero de dibujo — le significó a su inventor obtener el prestigioso premio Lemelson (US$ 30.000) que el MIT otorga a sus estudiantes.
Terrafugia se encuentra en conversaciones para reunir entre 2 y 3 millones de dólares y ya ha contratado a dos veteranos de la McDonnell-Douglas para tener el prototipo construido para 2008.
El objetivo es llegar al mercado con los primeros Transitions para 2009, a un precio minorista de US$ 148.000. El avión fue diseñado pensando especialmente para el descuidado mercado de las distancias cortas, que seguramente va a crecer a medida que las aerolíneas sigan abandonando las rutas de corta distancia, poco rentables. Dietrich estima un mercado potencial de 178,000 clientes en Estados Unidos. El creador estima que invención podría provocar interés entre pilotos activos y pasivos.