<p>Las tecnologías rara vez generan valor por sí solas. Lo que suele ocurrir –opinan James Manyika, Roger Roberts y Kara L. Sprague en un informe para la firma consultora McKinsey– es que las empresas crean riqueza al aprovechar la tecnología para crear nuevas formas de hacer negocios. El grupo identificó, con su trabajo de investigación, ocho tendencias derivadas de la tecnología que cambiarán los negocios y las economías de los próximos años.</p>
<p><strong>1. Creación compartida</strong><br />
Internet y las tecnologías relacionadas abren a las empresas nuevas maneras de aprovechar el talento innovador que trabaja fuera de la compañía. En varios sectores de la actividad comercial las empresas involucran a clientes, proveedores, especialistas y contratistas independientes en la creación de nuevos productos. Esa gente hace su aporte mientras la empresa retiene el control final del proceso de innovación. A eso se le llama “creación compartida”, que consiste en tercerizar innovación en socios que trabajan conectándose mediante redes. Es una forma de reducir costos y llevar más pronto nuevos productos al mercado. <br />
Los productos de información ya están maduros para este tipo de innovación descentralizada; el sistema operativo Linux, por ejemplo, fue desarrollado en Internet por una red de especialistas. Pero las empresas también pueden crear productos físicos en esta forma. Loncin, un importante fabricante chino de motocicletas, fija los grandes lineamientos de las especificaciones para sus productos y luego deja que sus proveedores trabajen en colaboración para diseñar los componentes, asegurarse de que todo encaje y reducir costos.</p>
<p><strong>2. Consumidores como innovadores</strong><br />
Los consumidores también pueden crear en colaboración (co-crear) con las empresas. Un ejemplo de servicio o producto creado por sus mismos usuarios es la enciclopedia <em>online</em> Wikipedia. Puede haber co-creación entre empresa y asociados y también entre empresa y clientes. Y entre ellas hay diferencias en la naturaleza y alcance de las interacciones, la economía de hacerlas funcionar y los desafíos de manejo. <br />
A medida que Internet evolucionaba –evolución instigada por las nuevas tecnologías <em>Web</em> 2.0– se fue convirtiendo en una plataforma cada vez más útil para la interacción, comunicación y participación de la gente. Hoy los consumidores buscan encontrarse en la <em>Web</em> con otras personas y organizaciones de todo tipo. Las empresas pueden aprovechar esta oportunidad para relacionarse con sus clientes en beneficio propio.</p>
<p><strong>3. Aprovechar el talento disperso</strong><br />
Las tecnologías de Internet facilitan y abaratan cada vez más el proceso de integrar y coordinar el trabajo de personas que están fuera de la empresa; y cada vez es más evidente para los gerentes que ese recurso les abre infinidad de puertas al talento disponible en el mundo. <br />
A medida que aumenta la complejidad de las interacciones en la <em>Web</em> y que aparecen nuevas herramientas para trabajar conjuntamente y comunicarse, las empresas se ven en condiciones de tercerizar los aspectos especializados de su trabajo sin por ello perder coherencia organizacional. Así como la tecnología permite descentralizar la innovación usando redes de clientes, también permite delegar trabajo en especialistas o en redes de talento.</p>
<p><strong>4. Más valor de las interacciones</strong><br />
Hace ya tiempo que las empresas automatizan y tercerizan sus “actividades transformacionales”, o sea, las de producción o manufactura; y también el trabajo administrativo básico, o “actividades transaccionales”. En consecuencia, lo que va quedando para los trabajadores en las economías desarrolladas son tareas que implican conversaciones, conocimiento y buen criterio: son las llamadas “interacciones tácitas”. Para 2015 se calcula que el empleo con base en esas interacciones representará alrededor de 44% del total de empleos en Estados Unidos (actualmente, 40%). <br />
La aplicación de tecnología ha reducido las diferencias entre la productividad de los “empleados transformacionales y transaccionales”, pero persisten enormes inconsistencias en la productividad de las valiosas interacciones “tácitas”.</p>
<p><strong>5. Aumentar la automatización</strong><br />
Empresas, Gobiernos y otras organizaciones han instalado sistemas para automatizar tareas y procesos: tecnologías de predicción y cadena de suministro; sistemas para planificación de recursos, manejo de relaciones con los clientes y recursos humanos; bases de datos de productos y clientes; y también páginas web. Ahora esos sistemas se interconectan mediante estándares comunes para intercambiar datos y representar procesos de negocios en <em>bits</em> y <em>bytes</em>. Y además, esa información puede combinarse en infinidad de formas para automatizar todo tipo de actividades, desde manejo del inventario hasta servicio al cliente.</p>
<p><strong>6. Desagregar la producción</strong><br />
La tecnología ayuda a las empresas a utilizar sus activos fijos con mayor eficiencia permitiéndoles descomponer sistemas monolíticos en sus componentes reutilizables, o medir lo que cuesta usar cada uno ellos y facturar por ese uso aumentando la eficiencia. A esto se le llama desagregación. Las tecnologías de comunicaciones e información manejan rastreo y medición, dos actividades fundamentales para los nuevos modelos de trabajo pues permiten hacer buena asignación de recursos y capacidad para planificar. <br />
La producción desagregada funciona también en el mundo físico. Hoy se puede comprar tiempo fraccionado en un avión, en un auto deportivo de lujo o incluso para fabricar carteras de diseño.</p>
<p><strong>7. Más tecnología a nivel gerencial</strong><br />
Así como Internet y las herramientas de productividad amplían las posibilidades de los trabajadores frente a una PC, la tecnología está ayudando a los gerentes a aprovechar todavía mayores cantidades de datos para tomar decisiones más inteligentes y desarrollar el conocimiento que crea ventajas competitivas y nuevos modelos de negocios. Los principales actores están aprovechando esta explosión de información con un diverso conjunto de técnicas de <em>management</em>. <br />
La cantidad de información y la capacidad del gerente para utilizarla han aumentado explosivamente no sólo para los procesos internos sino también para la relación con los clientes. Cuanto más sepa una empresa sobre sus clientes, mejor colocada estará para crearles ofertas interesantes, para enviarles mensajes que consigan respuestas y para apreciar el valor encerrado en una oferta. El santo grial del conocimiento del cliente –más segmentación, experimentación barata, y <em>customización</em> masiva– se torna cada vez más accesible mediante innovaciones tecnológicas en recolección de datos, procesamiento y manufactura.</p>
<p><strong>8. Negocios con la información</strong><br />
Los bancos de datos que se acumulan en los sistemas de las grandes organizaciones o que se van recogiendo en muchos puntos diferentes de la <em>Web</em>, conforman la materia prima para nuevas oportunidades de negocios con base en información. <br />
Entre lo que los economistas llaman las imperfecciones del mercado figuran asimetrías en la información y la frecuente incapacidad de quienes deciden para obtener toda la información relevante sobre nuevas oportunidades del mercado, posibles adquisiciones, diferencias de precios entre proveedores y otras situaciones del negocio.</p>
Tendencias en tecnología que cambiarán los negocios
En este ámbito hay signos que comienzan a transformar los mercados. Lo mejor sería que los gerentes que manejan empresas pudieran moldear sus resultados en lugar de someterse a ellos. Internet abre nuevas maneras de aprovechar el talento que trabaja fuera de la compañía. La gente hace su aporte y la empresa retiene el control final del proceso de innovación.