<p>Sobre este tema, la recuperación, los expertos se inclinan por diferentes escenarios. Están los que creen que tendrá forma de V, otros que dicen que será como una U, y finalmente los que sostienen que tendrá la forma de una W. En el primer caso, la recuperación será vigorosa, empujada por una demanda fuerte. En el segundo, la reactivación será lenta y más débil en sus tramos iniciales. En el tercero, habrá crecimiento algunos trimestres, seguido por otra caída, y finalmente, otra vez recuperación.<br />
Según Oxford Analytica, (una prestigiosa firma consultora especializada en geoestrategia y análisis macroeconómico) hay un rebote del aparato industrial, en general, impulsado por la reposición de stocks y por los incentivos implementados por los Gobiernos. Pero con poca incidencia por el lado de la inversión, el consumo y la demanda.<br />
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Este rebote observado es mucho más vigoroso en Asia que en Europa o Estados Unidos. Lo que permite prever crecimiento en la primera región durante los próximos meses.<br />
En Estados Unidos, la contracción fue más leve en el segundo trimestre de este año que en los dos anteriores. Esa falta de crecimiento, cada vez más tenue, continuará durante este tercer trimestre para mostrar signo inverso –positivo– recién en el cuarto trimestre.<br />
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Con la gente tratando de consolidar ahorros, el consumo sigue débil, tendencia alentada por el persistente desempleo que torna más prudentes a los consumidores.<br />
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Parecería que el mercado inmobiliario –que tanto contribuyó al punto crítico de la recesión– comienza a estabilizarse. <br />
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La impresión generalizada (reforzada por todos los indicadores) es que la recesión se terminará en los próximos meses. Aunque se espera una modesta recuperación en el gasto de los consumidores.<br />
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El indicador del Producto Bruto caería 0,7% en el tercer trimestre. Para todo el año, el PB será negativo en –2,8%.<br />
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En el caso de Japón, la economía cayó 4% en el primer trimestre de este año, pero creció 1% en el segundo, debido a la reactivación del sector industrial. Es temprano, sin embargo, para concluir que hay ya una recuperación sostenida. La caída del producto en 2009 será de 6%. Para 2010, se aguarda un modesto crecimiento de 0,7%. El desempleo sigue aumentando lo que hace temer por la demanda y el nivel general de consumo.<br />
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En cuanto a la llamada Eurozona (los países con la moneda común, el euro), todo indica que el segundo trimestre ha sido menos negativo que el primero, con una visible recuperación de la producción industrial.<br />
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Para todo 2009 se espera una contracción de 4,8% en el PB, debido al persistente desempleo que no cesa y a un empeoramiento del mercado crediticio. La tasa de desempleo alcanzó 9,5% en mayo, con impacto directo sobre las ventas minoristas que tuvieron una caída de 3,3% en ese mismo mes.</p>
<p><strong>Mercados emergentes</strong><br />
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En casi todos los mercados emergentes relevantes se observan claros síntomas de crecimiento, aunque de distinta intensidad. <br />
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Las grandes usinas exportadoras asiáticas –como Corea, Taiwán, Tailandia– tuvieron comportamientos parecidos en su régimen de exportaciones. Las ventas externas dirigidas a China cayeron brutalmente durante el último trimestre de 2008, mientras las dirigidas a economías tradicionalmente desarrolladas, descendieron mucho menos. Durante este año, las orientadas a China crecieron notoriamente, mientras las otras se siguen deteriorando.<br />
Es China, al menos en la región, la locomotora que impulsa otra vez el crecimiento. <br />
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Otros países emergentes, en cambio persisten en un clima recesivo durante el concluido segundo trimestre de este año. En esa situación se encuentran Rusia, México y Sudáfrica. En el caso ruso, tiene especial incidencia la crisis financiera interna.<br />
Brasil, en cambio, espera una notable recuperación. De una caída de 1,5% en el producto bruto durante este año, pasaría a un crecimiento de 3,8% en 2010.<br />
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Para la Argentina, la previsión de Oxford Analytica es de una contracción del producto de –1% en 2009, y de crecimiento de 2,2 % en 2010, y de 5,6% en 2011. Las estimaciones y expectativas de Economist Intelligence Unit, tienen similaridades y algunas conclusiones diferentes. Esta consultora espera que la contracción de la economía en todo el mundo, sea de 2,4% en 2009, para exhibir un crecimiento de 1,8% en 2010.<br />
Prevén que la economía estadounidense vuelve a crecer durante este tercer trimestre. Para la eurozona se aguarda una contracción de 4,3% en 2009 y un estancamiento cercano a 0% en 2010.<br />
En el caso de China, predicen un crecimiento económico de 8%, tanto en 2009 como en 2010. EIU también vaticina que Brasil crecerá 3,3% en 2010.<br />
En cuanto al precio del petróleo, el cálculo es que el precio promedio del barril de Brent Blend será de US$ 62 en 2009 y de US$ 74 en 2011.<br />
La gran zona de crecimiento será Asia, de 2010 a 2013, a un promedio anual de 6 a 7%, lo que reflejará la fortaleza del proceso en China e India. <br />
En Latinoamérica, las economías especialmente ligadas a la de EE.UU., sufrirán en el corto plazo, especialmente México. Brasil, en cambio, está surgiendo ya con pocas cicatrices y con el beneficio del alto precio en <em>commodities</em>.</p>
<p><strong>Contra la pobreza, lo mejor es empezar por el principio</strong></p>
<p>Por Osvaldo Cado (*)</p>
<p>El Gobierno insiste con planes de alto impacto mediático, con el objeto de tocar la fibra más sensible del consumidor de los <em>mass media.</em> Gran puesta en escena, discursos altisonantes y repletos de conceptos vacíos, vaguedades e imprecisiones. El último conocido es el “Plan de Ingreso Social con Trabajo” ¿Cómo estar en contra de un “plan” que da un “ingreso social” y “trabajo”?<br />
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El término “plan” da una sensación de seguridad, de autosuficiencia, “lo controlamos todo”, “sabemos adonde vamos”. “Ingreso social” (mi preferida), nos hace sentir solidarios, justos, que participamos de algo grande, de algo que nos trasciende. Finalmente, “con trabajo”, que vendría a dignificar este “ingreso social”. No señores, no estamos regalando nada, estamos dando trabajo.<br />
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El arco opositor, aunque con una menor responsabilidad institucional, también hace lo suyo. El “Ingreso Universal Ciudadano a la Niñez” es de los proyectos más justos y equitativos conocidos a discutir. El reclamo por su urgente sanción, aunque legítimo, planteado al margen de la situación fiscal y en paralelo con las demandas de reducción de retenciones y de no aumentar las tarifas, pero sin proponer fuentes de financiamiento alternativas, parece tener también cierta dosis de efectismo mediático.<br />
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Durante el discurso de presentación de este nuevo “plan”, la Presidenta agregó <em>“el problema no es la pobreza, sino la inequidad social”</em>. Una afirmación atendible, a mi entender también discutible pero sobre todo curiosísima, teniendo en cuenta que proviene de la jefa de una administración que tiene en su haber una inflación que acumula 123% en poco más de seis años.<br />
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En cualquier posición del más amplio abanico ideológico, no existe economista que no reconozca en la inflación el impuesto de mayor regresividad conocido, lo que lleva a la cuestión central: ¿Se puede con una inflación de dos dígitos encarar una política social que reduzca la pobreza?<br />
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La preferencia evidente de la clase política por lograr protagonismos mediáticos, algo así como un “minuto a minuto” de la política medido a través de las encuestas, está desplazando al análisis técnico que debiera primar en la toma de decisiones que implican transferencias millonarias. Esta claro: un “Plan de Ingreso Social con Trabajo” o un “Ingreso Universal Ciudadano a la Niñez” son mucho más vendibles al electorado que alentar, por ejemplo, la reconstrucción de un Banco Central autónomo, cuyo objetivo sea mantener la inflación en un nivel que permita a los argentinos olvidarnos de una vez por todas del dólar; es decir, de “pesificar” la economía. La clase política tiende a desconocer o minimizar de manera notable los efectos de una inflación moderada sobre el crecimiento de la economía.<br />
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Con la humildad y certeza de quien no descubre absolutamente nada, digo que cualquier “plan social” que conviva simultáneamente con una inflación de dos dígitos está condenado al fracaso. La dinámica de los precios licua sus resultados e impacta uno a uno sobre el salario del trabajador, beneficiando al Estado y a los estratos sociales más acomodados. En este contexto podemos decir que hoy el Estado no redistribuye nada, tan solo está devolviendo.<br />
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Nos creemos tan creativos y autosuficientes que, en contra de cualquier razonamiento lógico, insistimos en querer empezar por el final. Transitamos los parajes del hiperprogesismo en la abundancia, para volver a la más pura ortodoxia económica en el devenir de las constantes crisis. Que se llevan puesto cualquier atisbo de avance logrado en la etapa anterior, y que perjudican en última instancia a los que menos armas tienen para moverse en este inestable terreno.<br />
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Es la comprobable descripción de la realidad que nos rodea. A pesar de los seis años consecutivos de crecimiento, exceptuando al empleo, el resto de los indicadores sociales (pobreza, indigencia y desigualdad) son iguales o peores que en 2001. Lamentablemente esta es la historia de la Argentina de los últimos 30 años.<br />
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Como final, me permito plagiar a un colega –sabiendo que tampoco él descubrió la pólvora– proponiendo desterrar de una vez y para siempre las tres “i” del subdesarrollo: inestabilidad, incertidumbre e inflación. Es esta la condición necesaria (no suficiente) para encarar de una vez por todas un proceso de desarrollo, afirmación comprobable en base a otra realidad que nos rodea; solo basta con mirar a Brasil, Chile e incluso al pequeño Uruguay.</p>
<p>(*) Osvaldo Cado es economista de Prefinex.</p>
Fin de la recesión, pero ¿vuelve el crecimiento?
Hay coincidencia en que lo peor quedó atrás. La gran recesión, como se ha dado en llamar a la crisis global desatada durante 2008, parece estar terminando en casi todo el mundo. Hay muchos indicadores que refuerzan esta convicción. Lo que no quiere decir mucho más que eso. Todavía no se sabe cómo y cuándo será la recuperación y qué aspectos propios tendrá en cada economía nacional, dentro de la vasta geografía del planeta.