<p>El informe sostiene que la tendencia internacional a fabricar o tercerizar en países de costos bajos irá acelerándose y consolidándose durante la presente década. Particularmente en industrias y servicios donde India compite con ventajas significativas. Si se aprovechan, las exportaciones de manufacturas pueden incrementarse de US$ 40.000 millones en 2001 a cerca de 300.000 millones en 2015. La cifra equivaldrá a alrededor de 3,5% en el intercambio industrial del mundo.</p>
<p>El ascenso indio en ese campo será a expensas de China, que ha construido su fortuna en tres decenios de manufacturas o tercerizaciones en gran escala y con bajos costos, orientadas al mercado externo. Pero los analistas vienen pronosticando que el gigante irá perdiendo sus bases a otros países en desarrollo, mientras declina la proporción de población activa. Será un proceso de décadas, por supuesto.</p>
<p>De acuerdo con Marshall Meyer (Wharton), “los bajos costos no podrán, solos, alterar el fiel de la balanza. Si tantas empresas occidentales continúan tercerizando en India, es porque a China aún le faltan experiencia y capacidades”. También le falta algo que muy pocos mencionan: el uso cotidiano del inglés como “lingua franca”. <br />
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“Vemos creciente actividad tercerizadora, primordialmente en componentes que requieren grados perceptibles de complejidad”, subraya Ketán Chandarana, de Synergy, una consultoría de Bangalore. Su firma asesora generalmente a multinacionales y, a su criterio, los clientes valoran la sensibilidad india a los derechos de propiedad intelectual o la facilidad de producir volúmenes bajos y medios con altos grados de variación por rubro.<br />
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<p>Muchos años más tarde –también para ese economista e historiador inglés, señala Knowledge@Wharton Asia-, la gente comenzó a especular con una seductora mezcla: la experiencia india en software y servicios con la manufactura china. Ahora se da una vuelta de tuerca, pues Beijing aumenta su presencia en tecnología informática (TI) y Delhi progresa en el campo industrial.<br />
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“India emergerá como fuerte economía física”, pronostica Janat Sha director en el Instituto de Management, Bangalore. Entretanto, Jagdish Sheth –especialista en marketing de Wharton- espera que el subcontinente se convierta en “segundo tercerizador mundial”.<br />
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Hay números que apuntan en esa dirección. En marzo, un informe de Naciones Unidas sobre desarrollo industrial ubica a India entre los diez máximos países industriales del planeta en 2010. “Supera a todas las economías emergentes –salvo China- en textiles, químicos, metalúrgica básica, maquinaria pesada y eléctrica”, señala el documento.<br />
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En automotores, India ha superado a Brasil y sólo la precede México entre los emergentes. El valor agregado sectorial creció el año pasado más de 10%, contra 3,4% en las economías centrales. Cabe agregar la producción anual combinada de China, India y Brasil alcanza a 32%, frente 20% hace diez años.<br />
Abundan los ejemplos. Hace un mes, General Motors India (GMI) se manifestó lista para operar como “vendedora externa” de los motores a fabricar en la nueva planta de Maharashtra (una inversión de US$ 220 millones) y enviar sus partes a sus emprendimientos conjuntos en China. <br />
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<p>Allá podrán producirse hasta 300.000 unidades anuales, que GMI no necesitará de inmediato. En 2010, la firma vendió sólo 110.000 Chevrolet en India, y le queda bastante para exportar hasta cubrir, en 2013, la capacidad total. Así subrayaba Karl Slym, director gerente de la empresa.</p><p>Otro ejemplo es el laboratorio AstraZeneca, que terceriza componentes farmacéuticos activos (CFA) en India, con destino a sus operaciones mundiales. Según el director para genéricos de marca James Chelliah, “durante bastante tiempo, la producción en India aumentaba 100% año a año. Por supuesto, los volúmenes son chicos y no se comparan con el mercado chino (mil millones por año), pero hoy India se adelanta a China en perspectivas tercerizadoras”.</p><p>Otras automotrices no se quedan atrás. Mediante una alianza entre Suzuki y Nissan, la subsidiaria india de la primera, Maruti, fabrica el compacto Pixo para vender en Europa. La misma compañía proyecta integrar pronto vehículos Volkswagen, ya que la empresa alemana compró 19,9% de Suzuki en 2009, por US$ 4.500 millones.</p><p>El potencial del subcontinente fue advertido en 2005 por un informe de McKinsey para la Confederación Industrial India (CII). “En el pasado –apuntaba el trabajo-, este país no explotaba a pleno sus ventajas como exportador. Nuestro aporte puede ser clave para ese fin”. <br />Tendencia que se consolida</p><p> </p>