viernes, 22 de noviembre de 2024

Hay que salir del simplismo que China tiene salarios bajos

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Ana Luz Abramovich, investigadora del Observatorio de la Economía China intenta desentrañar un auténtico galimatías:  el verdadero costo laboral y financiero de los productos que nos exporta el gigante asiático.

Como economista de la Universidad Nacional de General Sarmiento, integra el grupo de pensamiento en AEDA (Asociación de Economía para el Desarrollo de la Argentina) que investiga el comportamiento de la economía china.

-¿Cómo se conforman los equipos de investigación de los que forma parte?

-Desde que comenzó a funcionar en el 2011, el Observatorio AEDA de la economía china concentra equipos de economistas, politólogos y otros investigadores, muchos de los cuales también trabajan en diversos organismos públicos.

Hemos estado analizando la preeminencia que le otorgan ahora a la innovación en ciencia y tecnología, donde la planificación es a 15 años y se proyecta desde la cantidad de ingenieros, los patentamientos, los estudiantes con vistas a los próximos 5/10/15 años, para lo cual trabajan con siete instituciones de ciencia y tecnología que funcionan con rango de Ministerios.

Hay constituidas empresas públicas y mixtas e institutos que investigan y reciben pedidos del sector productivo público y privado.

-¿En qué consiste la investigación que viene realizando el grupo que integra sobre el mercado laboral chino?

-Estamos intentando establecer definiciones de lo que en China se consideran salarios, de consumo. Hay modalidades de trabajo muy difíciles de desentrañar para nosotros, como por ejemplo cuando los obreros están afectados a tareas encadenadas, tipo factorías, y ahí es más dificultoso construir los costos laborales, puesto que el alojamiento es un costo que generalmente también asume la empresa. También aparecen dificultades para el acceso a datos fidedignos, no sólo porque no todas están disponibles en inglés; sino porque la misma variable que utilizamos corrientemente puede tener otro sentido en China. Ejemplos de esto pueden verse en el hecho de que la mitad de las empresas chinas sean del Estado (financieras, de servicios) y con un sistema de contratación distinta, con grupos que se denominan trabajadores en espera. 

-¿Es cierto o es un mito la competitividad china por el salario bajo?

– No pretendemos entender a China, vemos algo con las dificultades que entraña entender las leyes, qué es un distrito laboral, la arquitectura financiera, la innovación, pero sí pretendemos ponernos receptivos para salir del simplismo de afirmar que tienen salarios bajos. 

Estamos desmenuzando el salario promedio industrial para saber qué hay detrás, y nos encontramos con que ni siquiera podemos considerar al trabajo como un mercado, no existe libre movilidad, ni la rotación, y en algunas categorías ocupacionales es difícil para las empresas encontrar trabajadores disponibles.

-¿Y en el aspecto financiero?

-También analizamos la incidencia del otorgamiento de créditos con muy largos plazos de devolución en los que ni siquiera los administradores toman en cuenta que haya que pagarlos.

-¿Qué otras diferencias les han llamado la atención?

-La amortización de las plantas y edificios afectados a la producción de bienes y servicios es otra de las incógnitas, porque al estar las edificaciones construidas sobre el suelo público no es sencillo calcular su valor patrimonial.

-¿Y la presencia energética china en la región?

-Es una de las claves de la relación china con el continente, dada la fuerte necesidad que tienen de abastecerse y la disponibilidad que encuentra en la región. En la actualidad, China cubre 65 % de su demanda interna de energía con carbón, del que se autoabastece. Está inserta la política que aplica en el plan quinquenal mediante el cual se propone modificar la matriz con la progresiva inclusión de tecnologías limpias.

-¿Cómo siguen ese proceso?

-Cotejamos las presiones de la demanda, los documentos de estatización de YPF, cómo garantizar las inversiones en metales con fines extractivos, cómo se funciona la soberanía energética para negociar con jugadores internacionales que tienen mucho poder. Producimos documentos que ponemos a disposición de distintos estamentos públicos para que tengan elementos al momento de elaborar las políticas públicas de desarrollo con inclusión social.

La nueva China

-¿Cuál es el perfil al que deberíamos apuntar?

-China muestra su potencialidad al mundo, aunque por ahora no más de 10 % de la población está en condiciones de consumir al estilo europeo.

Los que pueden se inclinan por alta gama, pero hay una voluminosa clase media en gestación que ocupa como 10 Argentinas. China creció disminuyendo los niveles de pobreza, pero expandió la desigualdad social y regional. También hubo un altísimo costo ambiental que representó el crecimiento a semejantes tasas.

-¿Qué chances le asigna a nuestro país en ese contexto?

-Actualmente, en América latina, la prioridad china es Brasil, debido a su pertenencia a los BRIC y el peso que tendrán estas economías en un futuro cercano en la arena global. 

Pero la condición que deberíamos seguir para asimilar experiencias es no renunciar a la inclusión social en las políticas, promover al sector privado, sí, pero no a cualquier costo. 

En la relación, China presta mucha atención a la cooperación política, es un aliado en los foros internacionales en la reivindicación de los derechos territoriales. Se maneja como si fuera también un país en desarrollo,  emergente.

También China financia el comercio grande  y la existencia de un acuerdo swap de intercambio de monedas entre el peso y el yuan amplía las posibilidades del comercio. La economía china absorbe dólares, bonos de EE.UU. y le vende baratos los productos, lo que colabora en el control de la inflación. EE.UU. y otros países reclaman la revaluación del yuan.

-¿La cooperación incluye proyectos comunes innovadores?

-En materia de innovación existe la posibilidad de desarrollar proyectos conjuntos de biotecnología, energías renovables como la eólica, e intercambios estudiantiles entre ambos países. La relación se basa en la cooperación antes que en la competencia.

-¿Son agresivos los chinos para imponer sus políticas cuando invierten en la región? 

– Adaptan su política de inversiones en América latina a las regulaciones que existen en los territorios donde operan. En Río Negro tienen proyectos de riego que aparentemente están destinados a la frutihorticultura, pero no hay una regulación que contemple producto por producto, y lo mismo existen problemas con la regulación de la minería. Siguen de cerca el avance de las leyes y aceptan las reglas.

-¿Cuándo compran alimentos, se llevan también incluidos valiosos recursos naturales como el agua?

-Nos compran principalmente porotos y aceite de soja, o sea que les exportamos agua, al que estratégicamente consideran un valioso recurso natural sustentable para el medio ambiente. Pero en ese caso China es un espejo que nos devuelve nuestras propias dificultades pendientes de resolver. No son culpables de las debilidades regulatorias. Se guían con la misma lógica que Brasil: se toman su tiempo para pensar y resolver, miran los datos macros, el stock de las reservas, no profundizan las diferencias.

-¿Qué conclusiones sacan del cambio de gobierno?

-El PC chino se renueva y va aportando la visión que surge en su seno a la planificación, la diferencia es grande respecto de lo que sucede en Occidente. China tiene miles de años de historia, convive en su territorio un centenar de etnias, con distintas culturas y marco filosófico. Es una combinación entre una historia mercantil, 30 años de socialismo puro, más otros 35 en el medio de una definición que no termina de catalogarse como capitalismo de Estado.

Qué es el Observatorio de la Economía China

La Asociación de Economía para el Desarrollo de la Argentina (AEDA), compuesta por más de 200 asociados de distintas ramas académicas que, con una mirada multidisciplinaria, apunta a la discusión de ideas para que Argentina alcance una etapa de desarrollo económico sustentable, creó el OEC en 2011 y reclutó ad honorem economistas jóvenes, militantes del kirchnerismo, de distintas universidades y organismos de Estado, que realizan aportes de datos e investigaciones sobre distintos aspectos que interesan para la relación con China, como por ejemplo, determinar los verdaderos costos de los productos que son exportados para América latina.

Rubén Chorny

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