El informe elaborado por Mauricio Claverí, economista coordinador de análisis de Comercio Exterior y Negocios Internacionales de abeceb.com, señala que la actual Cumbre de Jefes y Jefas de Estado del Mercosur se presenta con turbulencias que empañan la posibilidad de alcanzar esta vez algún resultado significativo, como tradicionalmente ha caracterizado a las presidencias uruguayas del Mercosur, que se concentraban en obtener resultados significativos por contrario sensu a resultados cuantitativos.
No puede decirse que no haya tenido éxito en ello, y solamente por mencionar dos cuestiones de relevancia: bajo su presidencia se logró la reglamentación de la primera etapa de la Decisión CMC Nº 54/04 (eliminación del doble cobro del AEC y distribución de la renta aduanera), lo que constituye un hito que debe destacarse debido a su relevancia estratégica.
También durante la presidencia pro témpore uruguaya se concretó la solicitud de adhesión de Venezuela al Mercosur.
Por otra parte, el 26 de marzo de 2011, bajo presidencia de Uruguay, se cumplieron 20 años de la firma del Tratado de Asunción, que se constituyó en el documento fundamental para la creación de un mercado común para los países del cono sur del continente.
Pero en la anterior Cumbre del Mercosur, bajo Presidencia de Argentina, y ante los hechos conocidos que alteraron el orden institucional en Paraguay, el Mercosur decidió suspender las obligaciones y derechos de este país en el bloque, aunque se mantuvieron inalterables todas sus preferencias y acuerdos en vigencia, ya que en ningún caso la intención de los restantes miembros implicó causarle un efecto económico o comercial.
Siendo Paraguay el único miembro que restaba aprobar legislativamente el ingreso de Venezuela como miembro pleno del Mercosur, se decidió en su ausencia aprobar el ingreso del nuevo socio.
Con estos antecedentes, nos enfrentamos este año con una agenda de trabajo que poco puede preverse se adentre en los temas de fondo, aquellos que sirvan para profundizar la integración del bloque.
El encuentro semestral estaba inicialmente programado para fines de junio en Montevideo, pero se tuvo que postergar porque los desacuerdos comenzaron a teñir el desarrollo de la reunión. Uno de los temas relevantes del encuentro iba a ser la reincorporación de Paraguay al bloque, pero la condición de este país era la adjudicación de la próxima presidencia y la posterior incorporación de Venezuela como miembro pleno, lo que no fue posible en razón de los tiempos y procedimientos.
De esta manera, Paraguay rechazó su reincorporación y la Cumbre se lleva adelante sin su presencia.
También se consideró la posibilidad de postergar la realización de la Cumbre hasta fines de agosto, en espera de la asunción del nuevo presidente electo en Paraguay, pero la persistencia de los problemas de fondo y las dificultades en el acercamiento entre Venezuela y Paraguay impulsaron a desistir de esta alternativa. La exigencia de que el parlamento paraguayo debe decidir la aprobación de la incorporación de Venezuela y la posibilidad de que el presidente Maduro no sea invitado a la asunción del presidente electo de Paraguay a mediados de Agosto, son datos que reflejan la tensión que persiste en torno a este tema.
Así, de terminar el encuentro con la actual agenda programática, Mujica le entregará la presidencia pro témpore a Maduro y Paraguay continuará fuera del bloque por voluntad propia. Aunque, se buscará un mecanismo automático para reincorporarlo luego de la toma de posesión de Cartes.
A este cuadro de tensión política le debemos sumar los problemas entre los dos socios mayores del bloque, que han multiplicado en los últimos tiempos sus conflictos en los campos de comercio e inversiones, lo que también roza la relación con Uruguay.
Un tema bilateral de importancia clave que debería ser resuelto durante agosto es la renovación del acuerdo automotor, ya que actualmente está vencido y entre ambos países prima el libre comercio.
Con este panorama, la tradición uruguaya de lograr algún avance cualitativo de importancia como resultado de su presidencia comienza a verse opacado.
Los temas que tienen un buen desempeño son los que se encuentran en la agenda social, educativa y de salud, mientras que los temas comerciales han quedado relativamente relegados esta vez, concluye el informe de Claveri.