Inmediatamente después del anuncio de Steve Ballmer de que dejará el mando de la compañía en el término de un año, Wall Street respondió con entusiasmo y los papeles que la compañía fundada por Bill Gates subieron 7,2%. Muchos interpretan que Ballmer no supo anticipar hacia adónde se dirigía el mercado tecnológico.

El CEO que reemplazó a Bill Gates a su retiro dejará el mando dentro del próximo año, durante el cual se buscará un sucesor. Así lo anunció la compañía mediante comunicado.

Tras el anuncio, las acciones de Microsoft subieron casi 9% en operaciones anteriores a la apertura del mercado.

El problema con la gestión de Ballmer es que la compañía no mostró iniciativa. La salida de nuevos productos e innovaciones se produjeron como respuesta a innovaciones de los competidores. Pero ni siquiera como respuesta se destacaron por su calidad.

Las ventas de computadoras personales, el motor del negocio de Microsoft, se encuentran en una curva descendente. Las empresas y los usuarios se están cambiando a aparatos y servicios ofrecidos por Apple y Google.

Ballmer intentó en el último año reconfigurar la estrategia global de la empresa y convertirla en proveedor de dispositivos y servicios más que en las ventas de software. Pero los cambios no ayudaron a reactivar el crecimiento de la compañía, aunque su negocio central sigue generando buenas ganancias. Sus acciones no mostraron avances significativos desde el desplome que siguió al estallido de la burbuja de Internet, cuando alcanzó US$58,03. El viernes la acción cerró en US$ 34,75, tras registrar un avance de 7,29% ligado al anuncio de la salida de Ballmer.

El comité para buscar un nuevo presidente ejecutivo será presidido por el miembro independiente de la junta directiva John Thompson, un veterano de IBM. En una declaración, Thompson dijo que la junta está comprometida con la transformación de Microsoft en una empresa de “dispositivos y servicios”.

El futuro

Microsoft, con Ballmer, perdió la carrera de los dispositivos móviles. Allegados a la compañía estiman que el próximo CEO debe tener la visión para prever cuál será el próximo producto exitoso y saber actuar en consecuencia.

Una de las grandes batallas por venir en el mundo tecnológico será el control del espacio de la televisión por Internet. Microsoft posicionó muy bien la Xbox como dispositivo de entretenimiento doméstico para múltiples usos, y ofrece toneladas de streaming de TV, películas y música, no sólo videojuegos. También abrió un estudio para desarrollar su propio contenido televisivo. Si la Xbox One se vende tan bien como su predecesora, esta consola puede tener el poder que Apple desea para sí en la arena de la televisión.

Microsoft también tiene dos comodines con Bing y Skype. Llegó tarde tarde a la fiesta de las búsquedas y trató de promocionar Bing como un buscador tan fácil que hasta los tontos podían usarlo, Se equivocó. Pero se está produciendo una segunda revolución en las búsquedas: la búsqueda semántica. Google, Apple y Wolfram ya están trabajando en eso pero aún no han descifrado el enigma. Microsoft podría aprovechar esa oportunidad.

Con Skype ocurre algo parecido. La mensajería es hoy un territorio fragmentado: están Google Hangouts, Facebook Messenger, Whatsapp, iMessage, Line, Kik y otros más. Microsoft es una de las pocas empresas que tienen un producto de calidad – Skype – disponible en casi todas las plataformas. Encontrar una manera de que Skype sea el nexo para todas nuestras comunicaciones es un camino seguro para recuperar la relevancia de Microsoft.