El Presidente Trump está listo para retirarse del acuerdo firmado en París en 2015, que por primera vez unió a casi todo el mundo en la promesa de realizar esfuerzos para controlar y reducir el cambio climático. El acuerdo fue firmado por 195 de 197 países integrantes de Naciones Unidas, con la sola excepción de Venezuela y Nicaragua.
La decisión será anunciada esta semana, y, si es por la abstención, se cree que eso tendrá un efecto dominó entre países que necesitan desarrollarse y, por lo tanto, hacer funcionar todos los motores…. que contaminan. Si uno de los países más grandes del mundo no controla sus emisiones de gases de invernadero, calculan los investigadores, no va a ser posible que el mundo logre mantener el calentamiento global en menos de 2° centígrados.
Si bien un cambio de dos grados no sería notable en el transcurso de un día, representaría un cambio histórico para la Tierra, más rápido que cualquier cambio en el clima desde la última era glaciar que terminó hace 10.000 años.
La decisión de Trump empeoraría las perspectivas porque la temperatura del mundo subiría 3,6| para el año 2100 con respecto a los niveles pre industriales. Eso calcula Climate Interactive, un grupo de científicos respaldados por el MIT.
El acuerdo de París, sellado en 2015, reunió a Estados Unidos y la Unión Europea con las grandes naciones en Desarrollo, India, China y Brasil en la promesa de limitar la polución provocada por la quema de combustibles fósiles y financiar a los países más pobres para ayudarlos a adaptarse al cambio climático.
El retiro de Estados Unidos del acuerdo de París sería un golpe simbólico a la unificación mundial para combatir el calentamiento de la tierra, pero no va a significar automáticamente que aumenten las emisiones. Eso dependerá de una combinación muy compleja de fuerzas de mercado y políticas a nivel federal y estadual. En el largo plazo, las consecuencias dependerán de cómo responden los demás países.