Toma en cuenta que el 2020 concluyó con un alza del indicador del 36,1%, luego de haber trepado al 53,8% en 2019.
Al respecto, Víctor Beker, director del CENE, sostiene que “la pandemia y su secuela, la cuarentena, así como los controles de precios implementados, condicionaron el comportamiento de la inflación, lo que se observa en la gran dispersión en los precios relativos”.
En efecto, los precios de los productos estacionales -que incluyen alimentos e indumentaria, entre otras categorías- subieron un 64,4%, casi el doble del promedio. Mientras tanto, los precios regulados -que abarcan a la mayoría de los servicios públicos- lo hicieron apenas un 14%.
No obstante, el Beker advierte que “el año concluyó con un repunte inflacionario. La variación del Índice de Precios al Consumidor de diciembre fue la mayor, con un 4%, proyectando un preocupante arrastre sobre enero de 2021”.
Como consecuencia, el economista subraya que el logro de la meta prevista en el presupuesto aprobado por el Congreso Nacional, que prevé una inflación anual del 29% para este año, “resultará bastante dificultoso por diversas razones”.
“En primer lugar, debe tenerse en cuenta que la reducción de la inflación en 2020 tuvo mucho que ver con el congelamiento de las tarifas de servicios públicos durante buena parte del año. ¿Podrá sostenerse un esquema similar en 2021?”, se pregunta el director del CENE.
“La recuperación de los precios internacionales de nuestras exportaciones, por otra parte, es una buena noticia para el comercio exterior. Pero genera una mayor dificultad para el frente inflacionario. ¿Podrán desacoplarse los precios internacionales de los internos sin poner en riesgo el volumen de exportaciones y los ingresos de divisas?”, insiste Beker.
“En igual sentido debe computarse una eventual recuperación del consumo, cuyos bajos niveles en 2020 quitaron presión sobre algunos precios. También debe tenerse en cuenta el resultado de las paritarias, si no resulta exitosa la propuesta gubernamental de un acuerdo de precios y salarios”, continúa.
Finalmente, el director del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano analiza que el frente monetario es el que debería presentar menos dificultades para el logro de la meta oficial.
“Tras una rápida expansión de los agregados monetarios en el primer semestre del año pasado, por efecto de la demanda de recursos por parte del gobierno nacional para hacer frente a los efectos de la pandemia, en el segundo semestre este requerimiento fue declinando para concluir el año con una expansión de la base monetaria del 30,3%, menor a la tasa de inflación e inferior al 35,8% registrado en 2019”, completa.