Las bicicletas que estaban arrumbadas y olvidadas en los garajes fueron desempolvadas, aceitadas y remozadas para salir nuevamente a la calle gracias al coronavirus.
La venta de rodados está viviendo un apogeo inesperado mientras los stocks se achican. La mayoría de las bicicletas se fabrican en Asia y el cierre del coronavirus demoró la producción.
En todo el territorio de Estados Unidos se disparó no sólo la venta de bicicletas sino también la de los servicios en bicicleterías: 44% de crecimiento frente al año pasado. Quienes más compran son las familias y los fanáticos del fitness: las ventas de bicicletas recreativas creció 121% en marzo mientras que las bicicletas fijas y las cintas para caminar casi triplicaron el número de unidades vendidas.
El boom podría durar más que la pandemia. Es el tercer gran boom de la bicicleta en la historia de Estados Unidos y podría estar a punto de reconfigurar el plano de las ciudades del país.