Los cálculos que hace en Estados Unidos el Doctor Anthony Fauci, del National Institute of Allergy and Infectious Diseases hablan de 12 a 18 meses para que esa vacuna sea una realidad.
Es un cálculo que muchos científicos califican de optimista, pero posible. El desarrollo tradicional de una vacuna es un proceso largo y complicado y solo 6% de las candidatas son aprobadas para uso público. El proceso suele llevar un promedio de 10,7 años.
Pero como estos no son tiempos tradicionales, en todo el mundo hay investigadores innovando en el proceso de desarrollo para tener una vacuna lo antes posible.
El proceso paso a paso
Las vacunas impiden la enfermedad reforzando la respuesta inmunológica natural de la persona a un microbio que todavía no conocen. Hay muchos tipos de vacuna en desarrollo para el SARS – Cov-2 y todas se enmarcan en una de tres categorías: 1) vacunas tradicionales para matar virus, 2) vacunas basadas en proteínas y 3) vacunas basadas en genes.
Cualquiera sea el tipo al que pertenezca, toda candidata debe atravesar el mismo proceso de escrutinio antes de que se la pueda usar.
Una vez que los investigadores han desarrollado una posible candidata, comienzan el primer paso de testeo en laboratorio. A eso le llaman estudios preclínicos. Los científicos usan animales de laboratorio para estudiar si la vacuna candidata induce una respuesta inmune al virus y controlar si causa problemas médicos evidentes.
Una vez que demuestra ser segura en animales los investigadores comienzan el testeo en humanos. Aquí es donde la Food And Drug Administrations (FDA) comienza a regular el proceso.
En la Fase 1 se da la vacuna a un pequeño número de seres humanos. Comprueban si hay problemas médicos y si genera respuesta inmune.
En la Fase 2 los investigadores dan la vacuna a cientos de voluntarios para decidir la composición óptima de la vacuna, dosis y frecuencia.
El último paso antes de que la vacuna sea aprobada por la FDA para uso general es la fase 3, que involucra a miles de voluntarios y aporta datos sobre la eficiencia de la vacuna en prevenir la enfermedad. Esos amplios tests buscan efectos secundarios más ratos o problemas de salud que podrían no haber aparecido en las primeras pruebas.
Si en alguna de esas fases la vacuna candidata muestra que no es eficaz, los investigadores deben empezar de nuevo con otra candidata.
Después de que una candidata completa con éxito las tres pruebas clínicas, un panel médico en la FDA busca pruebas y si la vacuna es eficaz y segura, la aprueba para uso general. Los expertos estiman que todo el proceso cuesta entre US$ 1.000 y US$ 5.000 millones.
Pero la aprobación no es el único obstáculo. Tan importante como que haya una vacuna que funciona es producirla en cantidad como para abastecer a todos los que la necesitan. Entonces, eficacia clínica y facilidad de producción son dos aspectos fundamentales a considerar cuando se pregunta cuándo habrá una vacuna para combatir el coronavirus.
Candidatas prometedoras
Hasta el 30 de abril había ocho vacunas candidatas en pruebas clínicas de Fase 1/Fase 2 y 92 candidatas en estudios pre-clínicos.
Tres de las ocho son vacunas tradicionales que usan virus muertos o inactivos. Dos de las otras son vacunas basadas en proteínas que usan un virus frío modificado para generar la proteína que estimulará la respuesta inmune. Las otras tres, en pruebas de Fase 1 o 2, y las dos únicas en Estados Unidos, son vacunas basadas en genes. Estas vacunas, para algunos las más prometedoras, contienen un gen o parte de un gen del virus que causa el Covid-19, pero no el virus mismo. Cuando se inyecta una de estas vacunas a una persona, sus propias células leen el gen inyectado y hacen una proteína que es parte del coronavirus. Esta proteína no es peligrosa en sí misma pero debería disparar una respuesta inmune que llevaría a la inmunidad frente al coronavirus.
Las tres vacunas basadas en genes y las otras cinco candidatas tienen todavía muchos desafíos para superar. Que estén en pruebas de fase 1 o 2 es alentador pero la razón de las pruebas clínicas es revelar cualquier problema con la vacuna.
Entonces, ¿cuánto falta para que tengamos una vacuna? Ninguna de las candidatas pasó todavía las pruebas de la Fase 1 y 2 y las pruebas de fase 3 llevan, por lo general, entre uno y cuatro años. Si hay suerte y alguna de las cinco demuestra ser segura y efectiva, todavía estamos a un año de saberlo.
Información extraída de The Conversation