Un video colgado en YouTube describe una ceremonia realizada el 16 de octubre de 2005, mientras se disputaba la gobernación de Alaska. “Te pedimos señor que la protejas de Satán y le muestres la senda recta. Promueve aportes a esta campaña en nombre de Jesús”.
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<p>En suma, el “obispo” Thomas Muthí, originario de Kenya (como los Obama) le impuso las manos para que Dios mejore las finanzas electorales. Algo demasiado grueso, aun para la endeble teología de estos pentecostales cuyo centro está en Brasil. Este video subraya los nexos entre la candidata republicana a vicepresidente y un grupo carismático que bautiza en nombre del espíritu santo, profetiza, sana y puede “hablar en lenguas” (o sea, sufrir alucinaciones místicas).</p>
<p>En San Francisco, el clima es más festivo. Circulan allá atractivas botellas de un shiraz marca “Palin”, originario de Chile. Nada que ver con la candidata. Por el contrario, se vendía bien hasta que ella apareció. Como la California de Arnold Schwarzenegger dista eones de la Alaska de doña Sarah, este “vino orgánico” dejó de ser aceptable.</p>
<p>Ahora, al shiraz le quedan dos opciones: o cambia de nombre o apuesta a que la formula McCain-Palin se imponga el 4 de noviembre. Sería más efectivo intentar una imposición de manos sobre una botella del clarete.<br />
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Sarah se exorcizó contra Satán, pero el vino Palin no se vende
Al seguro contra toda forma de brujería y el Malo, pone sus esfuerzos políticos al amparo del nombre de Jesús. Así Sarah Palin fue ungida por la asamblea de Dios, secta Pentecostal de Wasilla, su aldea. Pero no sucedió ahora.