El razonamiento que parecen hacer en Naciones Unidas es que quien verdaderamente tiene hambre, los va a comer. Lo cierto es que la ONU promueve la “entomofagia” el nombre científico para referirse a la acción de comer insectos, como un recurso clave para la seguridad alimentaria del siglo 21.
Con la creciente merma ecológica y la población del mundo encaminada a llegar a 11.000 millones para 2040 (hoy es de 7.000 millones) los bichos constituyen una de las fuentes alimenticias más barata, más eficiente y nutritiva que el mundo pone a disposición.
Muchos dirán “qué asco”, pero hay partes del mundo, américa latina incluida, donde la gente come criaturas diminutas y sabrosas desde tiempos inmemoriales. La publicación online GlobalPost destaca cinco:
Gorgojos bebés
En Perú llaman “suri” a las larvas del gorgojo de la palmera, un producto básico en la dieta del Amazonas. De una pulgada o dos de largo este alimento se puede freír, hornear a asar en una plancha de hierro. Los locales en los poblados de la jungla, sin embargo, se los ofrecen a los visitantes no solamente crudos sino vivos y retorciéndose.
Saltamontes con cerveza
Los mexicanos comen todo tipo de artrópodos desde mucho antes que los españoles llegaran en el silo 16. Los chapulines, o saltamontes, tal vez sean los más famosos. Hay varias recetas pero una de las favoritas es original de Oaxaca: fritos en mucho aceite y recubiertos de ají molido picante. Salados y con muchos condimentos, van de maravillas con cerveza helada.
Tacos de larvas de hormigas
Otro clásico mexicano son los escamoles, o larvas de hormigas Liometopum apiculatum que constituyen una exquisitez en la península del Yucatán. Se extraen del cactus de agave que se usa para hacer tequila y mezcal. La gente dice que tienen un sabor a nuez o a manteca y las sirven con tortilla, salsa picante, sal y jugo de lima.
Tarántulas asadas
Una tarántula es lo que en argentina se llama “araña pollito” si bien es cierto que la araña no es un insecto, no parece lógico ignorarla en esta lista. Varias culturas alrededor del mundo comen tarántulas pero la tribu Piura en el Amazonas venezolano tiene la mejor receta: las asan enteras pinchadas en el extremo de un palito. Cocinada de esta manera, la araña gigante, del tamaño de una mano humana es tan crocante como una pata de pollo frito.
Hormigas culonas
En Colombia gustan mucho las hormigas culonas. Ahora hasta las exportan a Europa, donde una compañía las vende cubiertas en chocolate. En Brasil, prefieren la hormiga reina o ica, que tiene varias especies. Las hormigas amazónicas pueden llegar a tener dos centímetros y medio de longitud y muchas son venenosas. Se pueden cocinar de varias maneras o se pueden comer crudas. Quien las prefiera crudas, debe retirar la mandíbula inferior para evitar que lo muerda una vez dentro de la boca.