El mate constituye un elemento central en la cultura argentina, asociado a valores de encuentro, amistad y confianza compartidos por generaciones. Su consumo, extendido a más del 90% de los hogares del país y con un promedio anual superior a 6,4 kilos por habitante, representa un hábito cotidiano y saludable, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM).
El 30 de noviembre se celebra el Día Nacional del Mate, creado por la Ley 27.117 sancionada en diciembre de 2014, en homenaje al nacimiento del caudillo guaraní Andrés Guacurarí y Artigas. Un año antes, el Congreso había reconocido oficialmente al mate como infusión nacional y parte fundamental de la identidad cultural argentina.
El origen del mate se remonta a los guaraníes, quienes valoraban las hojas de Ilex paraguariensis por sus propiedades y las utilizaban como bebida, en rituales y hasta como moneda. Posteriormente, conquistadores y jesuitas adoptaron y difundieron este consumo, que hoy se traduce en una amplia variedad de hábitos y maridajes en el país.
La expansión del interés por productos de mayor calidad representa una oportunidad para panaderías y pastelerías. Según Taste Tomorrow, estudio global realizado por Puratos, el 85% de los consumidores privilegia sabores tradicionales, lo que impulsa la elaboración de propuestas como medialunas rellenas con chocolate, pepas reversionadas, galletitas con chips o budines a base de plantas.
Sofía Mallaviabarrena, Regional Marketing Manager de Puratos, señaló: “Vemos que el consumidor busca cada vez más calidad y autenticidad, y el momento del mate es uno de los escenarios donde esa demanda se vuelve más evidente. Las panaderías tienen hoy la oportunidad de destacarse con productos que acompañen mejor este ritual tan argentino, ya sea desde lo dulce como desde lo salado”.
Entre los alimentos que acompañan al mate, la pastafrola, los bizcochitos y las medialunas se consolidan como opciones habituales en la mesa argentina. Especialistas coinciden en que quesos como Gruyere, Pategrás o de cabra suave y chocolates semiamargos o con leche combinan especialmente bien con diferentes estilos de yerba mate. Para yerbas intensas, se sugieren maridajes más audaces, como Roquefort o Provolone con pasas o dátiles y chocolates con dulce de leche.
La variedad de productos es extensa e incluye criollitos, panes saborizados, chipá de queso, scons, grisines, alfajores con cobertura amarga y budines de banana y chocolate, adaptándose a preferencias y contextos de consumo.
En un escenario donde la demanda por calidad se intensifica, la oferta de maridajes para el mate permite a las panaderías diferenciarse y responder a un público en constante evolución.












