Un grupo de parisinos ha lanzado una campaña para que la UNESCO otorgue estatus de patrimonio cultural de la humanidad a los bistros y cafés de la capital francesa.
Algunas de las 130 personas asesinadas durante los ataques terroristas de hace tres años fueron baleadas mientras se encontraban en esos clásicos lugares de esparcimiento.
Una asociación, integrada por dueños de bistros, actores e individuos particulares, redactará un documento donde solicita a la UNESCO que otorgue a los bistros y cafés callejeros el estatus de “protegidos” y los incluya en la lista de valores culturales intangibles.
El documento será entregado en septiembre al Ministerio de Cultura, que es responsable de presentar esas solicitudes ante la UNESCO.
La asociación ha dicho que desea crear conciencia, tanto en Francia como en el extranjero “del rol de los bistros y cafés con mesas sobre la acera en la mezcla de culturas y en el encuentro de lo intelectual con lo artístico.
La nueva asociación argumenta que luego de los ataques del 13 de noviembre de 2015 “los parisisnos se reunieron en los cafés para mostrar que los consideran lugares de fertilización cultural, de libertad y del arte de vivir”.
Agrega que la cultura de los cafés de París, mundialmente famosos, está cada día más amenazada no solo por los alquileres cada vez más altos en la capital, sino también por las poderosas multinacionales en el sctor alimentos y bebidas.
“En una sociedad que ese está volviendo cada vez más estandarizada, sigue habiendo lugares que permiten que las familias hagan una vedadera contribución a la cultura popular”, dijo Alain Fontaine, jefe de la asociación y dueño del bistro Masturet, ubicado cerca de la Bolsa de Valores.
