Pero incluso cuando hemos dormido bien, dormir durante la tarde mejora la atención, desempeño y creatividad además una cantidad de cosas más. Así opina la especialista en sueño Sara Mednick en su libro Take a Nap.
El mejor momento para el descanso vespertino, dice, depende de la hora en que nos despertamos a la mañana. Para tener una idea, quienes se levantan a las ocho, no deberían acostarse antes de las dos de la tarde.
Hacia finales de los 80 se comenzó en Estados Unidos se comenzó a investigar científicamente el sueño diurno y sus ventajas. Lo primero que comprobaron fue que, si se deja al ser humano actuar espontáneamente elige dormir un largo rato durante la noche y uno corto durante el día. O sea, que la Madre Naturaleza está de acuerdo con la siesta.
Otros descubrimientos: una siesta de dos horas o más aumenta notablemente nuestra atención durante las siguientes 24 horas. La siesta preparatoria es más efectiva que la siesta reparadora. O sea, es mejor dormir antes de una trasnochada.
Es tan efectiva una siesta de media hora como una taza de café para prevenir accidentes con el auto.
Duración ideal: entre 10 y 20 minutos de sueño, según estudios.
Despertar: Aconsejan poner el reloj para que no moleste la preocupación de no despertar en hora.
Lugar: Es preciso encontrar u lugar oscuro y silencioso para echarse a dormir.
Café: Un café antes de la siesta parece ser la combinación perfecta, pues se combinan las propiedades de ambas cosas. Como la cafeína no surte efecto hasta 20 minutos después de la ingesta, si dormimos entre 10 y 2 0 minutos, surte efecto después.