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Por el contrario, los pequeños que viven en un hogar monoparental o cuyos padres no tienen un trabajo suelen tener más problemas de conducta y peor comportamiento. El estudio, reseñado por Amalia Rodríguez en Tendencias 21, plantea que <br />
las madres trabajadoras no tienen motivo para preocuparse por el desarrollo personal de su hijo. Según los resultados, el desarrollo personal, tanto social como emocional, de los hijos no se ve afectado por el hecho de que su madre trabaje, incluso cuando lo hace durante su primer año de vida.</p>
<p>La investigación, conducida por la doctora Anne McMunn y en la que también han colaborado especialistas del Centro Internacional de Estudios de la Vida Social y la Salud, concluye que los niños y las niñas que crecen en un hogar constituido por una pareja en la que los dos progenitores trabajan, cualquiera sea la situación económica o el nivel educativo de la madre, logran un mejor desarrollo personal y presentan un mejor comportamiento que los pequeños que crecen en hogares monoparentales en los que la mujer es la única sustentadora de la familia o en los que ambos, padre y madre, están desempleados.</p>
<p>Los expertos midieron la calidad del desarrollo de los niños tras analizar su comportamiento al cumplir los cinco años de edad.</p>
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"Algunos estudios han sugerido que las madres que trabajan fuera de casa durante los primeros doce meses de vida de un niño pueden influir de forma decisiva en el desarrollo personal de sus hijos. Pero en este estudio no hemos detectado ninguna evidencia de posibles influencias perjudiciales a largo plazo que las madres puedan ejercer sobre el comportamiento de sus hijos por el hecho de trabajar", afirma la doctora McMunn.</p>
<p>El estudio determinó, por otro lado, que tanto para las niñas como para los niños el mejor escenario es aquél en el que los dos padres trabajan: “cuando sólo uno de ellos lo hace, el efecto es distinto según el sexo de los pequeños”, indica la responsable del estudio.</p>
<p>Los investigadores encontraron que los niños – y no las niñas– cuya madre era la que proveía el sustento del hogar presentaban más problemas de comportamiento que aquellos que crecían en un hogar donde ambos padres trabajaban.</p>
<p>En las niñas, en cambio, los problemas de comportamiento a los cinco años eran más frecuentes cuando pertenecían a un hogar tradicional, donde el padre era el sustentador principal y la madre era ama de casa.</p>
<p>Como conclusión, McMunn asegura que “en todo caso, los niños no están en desventaja por tener una mamá que trabaje fuera de casa”.</p>
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Estudio sociológico sobre madres que trabajan
Un estudio realizado por el Consejo de Investigación Económica y Social de Reino Unido, y liderado por la investigadora Anne McMunn, afirma que los niños y las niñas que crecen en un hogar formado por dos progenitores que trabajan logran un mejor desarrollo y presentan mejores conductas.