Está esa canción de la Bersuit, que dice que los argentinos nos creemos los mejores del mundo. Que ostentamos la birome, el dulce de leche, el gran colectivo, las alpargatas, los alfajores… y ahora podemos ostentar estar también en los primeros puestos entre los mejores países para vivir.
A pesar del gran karma nacional – “¿Qué pensarán de nosotros los países serios del mundo?”- el ranking, que ubica al país en el puesto 17, destaca el clima templado de nuestras pampas, la gran oferta cultural y de espectáculos, la relativa seguridad comparada con otros países de la región y la libertad con la que se ejercen las obligaciones y derechos políticos. Es, además, el mejor para vivir en América Latina.
El principal cambio en el nuevo listado con respecto al de 2010 es que Francia ya no aparece en la primera ubicación, después de haberla ocupado durante cinco años. Ahora es el cuarto país, después de Estados Unidos, Nueva Zelanda y la isla de Malta. Los primeros cinco lugares se completan con Mónaco.
El listado evalúa el índice de calidad de vida y en esta ocasión incorporó dos nuevos criterios: infraestructuras y tecnología. La revista también pondera el costo de vida, cultura y ocio, economía, medio ambiente, libertad, salud, seguridad y riesgo -una categoría que no tiene que ver con el delito y que da bajo puntaje, por ejemplo, a países en conflictos bélicos- y clima. Argentina avanzó nueve lugares para recalar en el puesto 17, logró sus notas más altas en seguridad (100), clima (94), libertad (83), cultura (82) y costo de vida (73), mientras que su calificación mas baja es en el rubro medioambiente (47). Otros países latinoamericanos que figuran entre los 60 mejores son: Uruguay (22), México (38), Brasil (42), Costa Rica (44), Ecuador (46), Panamá (50), Colombia (57), Paraguay (58) y Chile (59).
