La “extensión corporal” fue construida en el Perceptual Robotics Laboratory (Percro) en la Scuola Superiore Sant´Anna ubicada en los sububios de Pisa, Italia. La máquina permite a los usuarios levantar hasta 50 kg en cada mano, dicen sus fabricantes. Podría utilizas para rabajos en fábricas o para despeja escombros y rescatar sobrevivientes en zonas afectadas por terremotos.
El artefacto tiene brazos y piernas y está suspendido por sogas de una estructura metálica. La única otra atadura que tiene es un grueso cordón umbilical enchufado en su parte posterior.
¿Para qué sirve? Por ejemplo, para hace caminar a un paralítico. El enfermo coloca sus pies en los pies del aparato, sus brazos en los brazos, se abrocha cinturones alrededor del torso, presiona un botón…. camina.
La máquina – que no es otra cosa que un exoesqueleto– recibe el nombre de “extensor del cuerpo” y puede levantar hasta 50kg en cada brazo. El líder del proyecto, Fabio Salcedo, asegura que es el robot usable más complejo que se haya construido jamás en el mundo. “Puede replicar los complejos movimientos del cuerpo humano y también amplificar la fuerza de su operador”.
Las posibles aplicaciones futuras son varias: se lo puede utilizar, por ejemplo, para ensamblar productos muy complejos como un avión. También puede rescatar víctimas de un terremoto pues es lo suficientemente flexible como para intervenir rápidamente sin dañar a la víctima.
El exoesqueleto, o esqueleto exterior, es bastante común en la naturaleza. Las cucarachas, los saltamontes, los cangrejos y las langostas tienen un esqueleto exterior que los protege de los depredadores. Los exoesqueletos robóticos o mecánicos podrían brindar a los seres humanos el tipo de protección y fuerza que se pueden permitir en la naturaleza. El Body Extender es apenas uno más entre la gran cantidad de máquinas que se están desarrollando en los laboratorios de todo el mundo.