Una persona adquiere un producto en el sitio on-line de una importante cadena de retail. Antes de llegar a la sucursal para retirarlo, una notificación en su celular le avisa que la compra que realizó combina con otra y, si oferta en ese momento, obtiene un descuento del 30%.
Por Federico López (*)
Si bien esta situación parece futurista, nos encaminamos a que sea una realidad, gracias a la cantidad de datos que se generan.
Capturar y capitalizar este volumen de información para agregar valor real al negocio es el objetivo que persiguen las compañías en el actual contexto de competencia y a la necesidad de mejorar los procesos de negocio. Frente a este panorama, las nuevas técnicas de Inteligencia Artificial (IA) y Computación Cognitiva se presentan como las aliadas para convertir los simples datos en acciones concretas para las empresas.
Los ejemplos son variados y todos buscan el mismo resultado: potenciar las ventas –especialmente en los canales digitales– y reducir los costos operativos, mediante el aprendizaje continuo a partir de los datos.
Según la consultora especializada IDC, en América Latina, el 30% de las iniciativas de transformación del negocio utilizarán algún servicio de IA en 2019 y prevé que para 2021, al menos el 40% del PBI de la región se digitalizará. A pesar de los beneficios que brindan, en la actualidad, son pocas las empresas que localmente aprovechan estas herramientas para la transformación de sus productos y servicios. Incluso, este tipo de iniciativas, en muchos casos, son postergadas o demoradas por no contar con un presupuesto necesario para su ejecución.
Debido a esto, la automatización robótica de procesos (Robotic Process Automation o RPA, por sus siglas en inglés) funciona como la puerta de entrada para conocer los beneficios en la reducción de costos y ver en operación un estado funcional de IA. RPA replica las acciones de un ser humano interactuando con la interfaz de usuario de un sistema informático, realizando clicks y navegando por la web como lo haría una persona.
Por ejemplo, para mandar información a los clientes, una persona tiene que entrar a la página de la AFIP, loguearse, ingresar al servicio correspondiente, hurgar hasta encontrar la información deseada, descargar los formularios uno por uno, editarlos manualmente y, finalmente, enviarlos.
Gracias a RPA, todo este proceso se realiza de manera automática, con la persona viendo cómo se mueve el mouse y se escriben los datos en pantalla de manera automática, mientras se toma un café. Es decir, es una gran alternativa para reducir o eliminar la carga de trabajo en procesos voluminosos de back-office y se integra de manera poco invasiva con prácticamente cualquier aplicación existente en los entornos de IT de las empresas. Esta tecnología abre enormes oportunidades para las empresas. El reporte “Global Robotic Process Automation (Tools, RPA Services) Market 2017-2022“, afirma que la demanda de RPA se incrementará 60% anualmente hasta el 2020, posicionándose por encima de otras tendencias tecnológicas como Cloud, IoT y Blockchain y será el foco de la inversión corporativa en búsqueda de la eficiencia operacional.
Para mencionar algunos casos concretos, en el país, una importante cadena de retail adoptó RPA y en la actualidad cuenta con un área entera dedicada al tema.
Al automatizar cientos de procesos internos en paralelo liberaron recursos para realizar tareas de mayor valor agregado para su negocio. Asimismo, una compañía de telecomunicaciones redujo un proceso de 80 horas mensuales a dos horas utilizando un sólo proceso automatizado. Ambos casos muestran cómo esta tecnología, agnóstica al tipo de industria, puede replicarse en cualquiera y lograr importantes beneficios.
Las oportunidades son ilimitadas y queda del lado de los tomadores de decisiones en las empresas estar preparados para embarcarse en Computación Cognitiva e IA y sacar una ventaja competitiva de la cantidad de datos que diariamente se generan y que duermen en un servidor.
(*) Practice Manager, Cognitive Computing, Baufest.