Fútbol para Todos sigue, pero con pauta comercial

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El Presidente electo, Mauricio Macri, agendó, en forma temprana, encuentros con los candidatos a manejar la AFA, Luis Segura y Marcelo Tinelli para definir qué hacer con el fútbol y cómo hacer que los cables y los anunciantes aporten a Fútbol para Todos.

Un informe publicado por la edición papel de la revista Mercado de setiembre último, titulado “La pelota a la tribuna”, revela la dimensión que se esconde detrás del negocio del fútbol. Según el informe macroeconométrico de Arklems-Land realizado este año por encargo de AFA, de un PIB sectorial estimado en 5.000 millones de dólares, se filtran hacia rubros conexos pero ajenos al balompié nada menos que 4.500 millones, o sea que se filtra nada menos que el 90% del potencial.

 

Terminados los torneos oficiales del año, la rediagramación de Fútbol para Todos asoma como prioridad y empezaron a tirarse números para que el Estado deje de hacerse cargo de la totalidad de la factura, que ascendía a 1.600 millones de pesos.

 

En un fragmento de la reciente publicación en Mercado se pone de relieve que el mundillo de la Asociación del Fútbol Argentino ya se venía discutiendo cómo sacarle más jugo a esa facturación anual que comprende a toda la actividad y atraer sponsors privados, habida cuenta que hubo una inversión en patrocinios deportivos en 2014 que representó 244,5 millones de dólares por fuera de la transmisión de los partidos que le estaba vedada, según calcula Auditsport.

 

Tanto Auditsport Latam y BB-Business le bajan un par de cambios a las expectativas: coinciden que, en el país, el universo de sponsors está acotado a “más de 50 marcas en las camisetas y unas 20 a 30 que patrocinan los eventos. En total, hay un centenar de firmas en torno del fútbol. En rugby serían como 60. Como potencial puede calcularse 100 marcas por deporte”, según el titular de Auditsport.

 

A lo que su par de BB-Business agrega que tampoco son para todos las oportunidades de negocios con mayúsculas. Están los grandes equipos, con grandes anunciantes, como las automotrices, etc, pero en la B Metropolitana se ven también empresas de menor perfil, locales, donde no falta el transporte, hoteles, líneas aéreas, porque son canjes por uso de servicios. Aunque también hay otros por amiguismos.

 

Los Clemente, Enrique padre y Santiago hijo, aprovechan la información que reúnen para los diagnósticos que piden los clientes de su empresa Auditsport Latam y mapean el negocio potencial que gira alrededor de la televisación del fútbol, tomando como base la transición política actual y sus limitaciones económicas: 1.634 millones de pesos recibe la AFA por lo que queda de los derechos televisivos tras descontar 151,5 millones que La Corte (transmisión nacional 7,5%), TyC (transmisión internacional 3%) y Farolito Internacional (relatores y comentaristas 3%) le facturan. A Fútbol para Todos le queda, proporcionalmente, poco más de 1.400 millones a repartir entre clubes, selecciones, torneos, fútbol amateur.

 

Un esquema que fotografía la contabilidad del Fútbol para Todos circula entre los miembros del comité ejecutivo y del consejo federal sugiere que el gobierno entrante podría compartir con los operadores privados de cable y los sponsors la factura por venir.

Las opciones serían para 660 partidos con un total de 712.800 segundos, si el torneo fuese como el actual de 30 equipos, o de 506 encuentros en 546.480 segundos en total, si fueran los cortos.

 

Si se eliminara el monopolio estatal publicitario y fuera creada una estructura comercial interna o externa a la AFA, podría asegurarse por vía privada un piso de $ 1.785,5 millones que cubriría la TV abierta, los cables y TDA, al que llegaría con sólo vender la mitad de los segundos permitidos por AFSCA con la tarifa virtual de hoy multiplicada por tres, y aun así situada a mitad de precio respecto de las vigentes para los programas de mayor rating, como Las Mil y Una Noches, Elegidos, Esperanza Mía, Viudas e Hijos del Rock, Noche & Día o Guapas, que rondan los 20.000 pesos por segundo.

 

También los patrocinios deportivos vienen con el vector para arriba: pasaron de ocupar el 5,7% de la torta publicitaria en 2009 al 6,3% en 2014, con $2.445 millones sobre un total de $ 129.909,40 millones.

 

El fútbol representa el deporte más atractivo para los anunciantes, ocupa el 43%. Lo sigue de lejos el automovilismo (19%) y después vienen con un dígito básquet, rugby, tenis, vóley y boxeo, en ese orden.

           

Hoy el reparto tiene a Boca y River como las instituciones que más dinero perciben por los derechos de televisación: con 62,4 millones de pesos anuales; mientras que Racing, San Lorenzo, Independiente y Vélez, que integran el segundo pelotón, disponen de 46,8. Los 14 clubes restantes, en tanto, obtienen 34,8 en todo el 2015 y los diez equipos recién ascendidos a Primera División perciben 1 millón pesos por mes.

 

¿En el ascenso? Los clubes de la Nacional que ya integraban la división el torneo pasado ganan 600 mil pesos y los diez ascendidos entre el Torneo Federal A y la B Metropolitana son remunerados con 400 mil. Por último, las instituciones de la Primera B reciben 300.000 pesos.

 

Las cadenas de televisión en Europa tienen similares sistemas de reparto de los derechos televisivos: los grandes se llevan la mitad y el resto va a resultados. En América Latina, sucede algo similar.  

 

Por los clubes

 

No aprieta por igual el zapato al universo futbolero de 134 clubes profesionales (eran 61 en 2009), divididos en cinco categorías (1° División A, 1° División B, Nacional B, 1° División C y Torneo Argentino A), a las que deben sumarse una serie de no profesionales, como la 1° División D, y 217 ligas en todo el país. Sumándoles el resto de las entidades amateurs, la cantidad total de clubes, luego de la federalización, supera los 3.000, con una población de jugadores en actividad, incluida la 1° C, en torno de los 4.500.

 

Claro que la economía de los clubes de divisiones menores, y sobre todo del interior, depende en mayor medida de los derechos de TV como componente fundamental de la caja. Dado el exiguo aporte de socios y ventas de entradas a sus arcas, esperan como el agua el cheque de AFA que les toca por Fútbol para Todos. Los participa, además, en extras como la copa Argentina y las continentales dependientes de la Conmebol.

De modo que, como la necesidad tiene cara de hereje, el poder latente que representa la continuidad de la política del extinto Humberto Grondona cuenta con esas manos levantadas a la hora de las votaciones.

 

No es raro entonces que haya emergido en la dirigencia un comprensible instinto de supervivencia que se opone a la vocación de hacer negocios de empresarios avenidos a la organización, o que forman parte, en general de las instituciones más poderosas.

 

El edificio de Viamonte actualmente se partió en dos alas: una la ocupa el presidente de Argentinos Juniors, Luis Segura, que representa la línea federal y de los clubes chicos, y en la otra, constituyó oficinas un tándem de tiburones del capital privado que abreva de los poderes públicos, como Marcelo Tinelli y el magnate K Cristóbal López, socios en la productora Ideas del Sur. Televisación con comercialización incluida de los derechos del fútbol a los cables, de los espacios publicitarios a las marcas, provisión técnica de los contenidos y monopolio de las apuestas. Estos van por todo y aquellos temen quedarse sin nada.

 

Antes privada y hoy estatal, la televisión, aunque sólo aporta el 20% de lo que entra en las arcas de los clubes, les impone las condiciones a miles de socios y simpatizantes por más que los doblen en participación económica. Su dispersión no les permite ponerse de acuerdo para exigir a los dirigentes, o tener el “enforcement” legal para hacerlo, que antes de sentarse con los poderosos partners de la imagen y el sonido a discutir números cumplan con su parte de mejorar las canchas y organizar espectáculos de calidad para valorar el protagonismo de los actores en la pantalla.

 

Horacio Gennari, titular de BB-Business Bureau y director por AFA de Fútbol para Todos, atribuye a ese descuido que los derechos del fútbol argentino estén tan baratos (1.400 millones de pesos anuales) en relación al potencial de negocios que generan.

 

Pone como ejemplo que las grandes cadenas de la Premier League europea, que se nutren 30/40% de jugadores latinoamericanos, paguen 3.000 millones de euros por los derechos deportivos. La española está en los 2.000 millones.

 

“Si bien estamos hablando de la cuna de la coronación del fútbol, que Argentina reciba 100 millones de dólares (ni el 5%), cuando de acá salen los grandes jugadores, suena a muy poco. Nos quedamos atrás hasta de Brasil, pero es un tema delicado porque interviene el Estado e ir a pedirle plata no es políticamente correcto”, aduce.

 

Proveedor de la dirigencia del fútbol en mediciones televisivas y parte de la misma AFA, Gennari advierte que, “al no permitirse que entren sponsors privados, el negocio no suma. No me caben dudas que una apertura comercial sumaría unos 1.000 millones de pesos, pero para eso el Estado tendría que ceder algo de segundos, cuando debemos reconocer que aprovechó esa plataforma para difundir, a exiguo costo, los actos de gobierno”.

 

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