En los últimos 40 años la desigualdad económica no dejó de aumentar en Estados Unidos. Los demócratas han presentado varias propuestas para reducirla gravando as los más ricos. Ahora la Senadora Elizabeth Warren propone un impuesto a la riqueza de 2% para los que tengan más de US$ 50 millones y de 3% para los que tengan más de US$ 1.000 millones. La representante Alexandria Ocasio-Cortez ha propuesto un impuesto a las ganancias marginales con una tasa tope de 77% para propiedades valuadas en más de US$ 1.000 millones.
La opinión pública hacia estas propuestas varían. La de Warren es la más popular, 61% de los votantes están de acuerdo con su medida.
El apoyo popular a elevar los impuestos a los ricos refleja la insatisfacción del público con la desigualdad. Dos tercios de los norteamericanosestán insatisfechos con la forma en que el ingreso y la riqueza están distribuidos en Estados Unidos. Entonces, ¿por qué no paga mas este sector de la sociedad?
Sobre la base de la teoría demócrata clásica, se podría esperar que el gobierno responda a las preferencias de la poblacion de gravar más intensamente a los ricos. En los años 80 se pensaba que la creciente desigualdad llevaría a un aumento en los impuestos a los ricos. Pero no ocurrió. En realidad, el impuesto federal promedio al 1% más rico de la población se mantuvo estable desde 1979., entre 25% y 35%.
Algunos sugieren que los funcionarios elegidos responden más a las élites económicas y a los intereses de los grupos empresariales que a los intereses del ciudadano promedio. Este fenómeno se agudiza cuando esos grupos discrepan, dicen Isabel Sawhill y Christopher Pulliam. La creciente desigualdad combinada con políticas que es indiferente al ciudadano promedio marca un ciclo preocupantes en el cual la desigualdad lleva a más desigualdad.
Por eso los norteamericanos, hoy, quieren un sistema impositivo simple y transparente que asegure que los ricos pagan impuestos sobre el dinero que ganan en lugar de usar paraísos fiscales para reducir su responsabilidad impositiva.