Las exportaciones argentinas de bienes exhiben una inquietante debilidad desde 2011. Efectivamente, mientras en ese año se lograron 84.298 millones de dólares por las ventas externas, ni en 2012 ni se 2013 se obtuvieron cifras equivalentes, ni -obviamente- mayores (en ambos años). Las exportaciones obtuvieron desde ese momento siempre cifras menores a las de 2011, y en particular en el reciente 2013, llegaron a apenas (después del reciente ajuste en las estadísticas respectivas efectuado por el INDEC) 81.660 millones de dólares.
Estos resultados, que muestran amesetamiento, debilidad y falta de competitividad, ya se están transformando en un problema crónico (las exportaciones en los últimos meses medidos están arrojando las cifras más bajas en 40 meses) y están exhibiendo una falta sistémica de competitividad de numerosos sectores.
De tal modo que puede aseverarse que es el conjunto de la economía que exhibe problemas de acceso a mercados externos.
Si se evalúan todos los rubros transables, las exportaciones caen en el 80% de los casos
Una muestra de lo antes expuesto surge de la evaluación de los resultados de las exportaciones en los diversos sectores.
De los 21 capítulos que componen el nomenclador arancelario, en el que están reunidos todos los rubros exportables, la Argentina logró en el reciente 2013 una cifra mayor a la que años antes logró alcanzar (esto es: creció en sus exportaciones en relación a años anteriores) solo en 4 (el 19% del total). En 7 capítulos la Argentina no logra un récord en exportaciones desde 2011, mientras que en otros 7 no logra exportaciones superiores a las de 2010 en ningún momento posterior a ese año, y en 3 casos logró los mejores resultados en los últimos años en 2012.
Es notable, al respecto, que hay 7 capítulos del nomenclador (un tercio del total) en los que Argentina no supera las exportaciones logradas en 2010, y que en 14 de los 21 capítulos (dos tercios) no logra resultados mejores desde 2010/2011.
Esto muestra la notable debilidad en la competitividad internacional: sólo 43% de las exportaciones argentinas en 2013 (35.216 millones de dólares) surgen de rubros en los que en ese reciente año pasado se han exhibido crecimientos en relación a las cifras obtenidas en años anteriores.
En particular, sólo la Argentina logó en 2013 alzas en relación a los años anteriores en productos del reino animal, productos alimenticios, pieles cueros y sus manufacturas, y material de transporte. Esto es: solo en algunos productos de origen agropecuario y en los automóviles que ingresan en el Mercosur (en particular Brasil) por un régimen especial de preferencias.
Así surge del cuadro que a continuación se exhibe (se excluye la información referida a 2010 por cuestiones de espacio):
En particular, la Argentina nunca logró repetir las cifras de exportaciones de 2010 en minerales (donde se incluyen los combustibles minerales, entre los que si se los considera solos y excluidos de los restantes minerales que conforman el capítulo se observan cifras que muestran que desde que se inició la presente década nunca se logró equiparar las exportaciones de 2009, cuando exportó 5.656 millones de dólares), plástico, madera, pasta de madera, metales comunes y sus manufacturas, armas, municiones y objetos de arte.
Por otro lado, las empresas de nuestro país nunca pudieron repetir exportaciones logradas en 2011 en productos vegetales, grasas y aceites, químicos, textiles, piedras yeso y cemento, máquinas y aparatos eléctricos y sus partes, y aparatos de medicina.
Y, a su vez, en 2012 las empresas exportadoras argentinas logaron cifras que luego no pudieron ser repetidas en calzados, perlas y piedras preciosas y en el capítulo que se refiere a objetos diversos no incluidos en el resto (de escasa relevancia).
Un caso particular: La industria, exportaciones en descenso.
Una cuestión de relevancia es que si se suman todas las exportaciones industriales (químicos, plásticos, textiles, calzados, metales, máquinas y aparatos, automotores, instrumentos médicos, armas, municiones y otros), las exportaciones argentinas en 2013 fueron más bajas que las de 2011 (mientras en 2011 se exportaron 26.494, en 2013 se exportaron 25.999 millones de dólares). Efectivamente pese a que así suele considerarse, no es solo en los combustibles donde la Argentina ha caído en sus exportaciones.
Así, si se analizan las ventas externas de los principales rubros, se observa el contraste que surge de que mientras las exportaciones de los alimentos elaborados crecieron en 2013 y llegaron a un récord de 17.625 millones de dólares, la industria manufacturera tradicional obtiene resultados inferiores a los de 2011.
Es de destacar que las exportaciones de material de transporte (ampliamente influidas por las ventas a Brasil, amparadas por el régimen del Mercosur que le concede preferencias) llegaron en 2013 a 11.594 millones de dólares, superando cualquier récord anterior; pero ninguno de los productos que componen las demás ventas externas industriales logró repetir o superar las cifras de 2011. Sólo las empresas que operan en Argentina lograron en 2013 alzas en relación a los años anteriores en productos del reino animal, productos alimenticios, pieles cueros y sus manufacturas, además del referido material de transporte.
Conclusión: un escenario crónico de dificultades estructurales
Todo lo antes referido exhibe los problemas de competitividad de las exportaciones manufacturadas tradicionales argentinas, problemas que no parecen ser sólo momentáneos (por ello se habla al inicio de este trabajo de cierta tendencia a la cronicidad), que muestran que, si desde hace muchos meses no se pueden equiparar resultados que hace una buena cantidad de meses antes –en no pocos casos, años- se obtuvieron, nuestro país se encuentra ahora ante un permanente (más que coyuntural) estado de saturación que le impide generar oferta exportable, entre otros motivos por escasa inversión, excesiva presión fiscal, sobrerregulación comercial, pérdida de competitividad cambiaria, alta inflación de cotos, escasa productividad de los factores, insuficiencia del financiamiento para los sectores transables e inadecuada política comercial internacional.
Todo ello, por lo demás está también influyendo en los malos resultados que las ventas externas están exhibiendo ya en el primer trimestre de 2014 y dada la complejidad expuesta y la exhibición de resultados que superan lo que podría considerarse “un mal año”, pone ante las autoridades actuales y futuras ante el desafío del diseño de un nuevo y permanente marco de referencia económico, político y normativo para los sectores exportadores.