Cuando viajamos en un avión comercial, es muy probable que cada una de las turbinas del jet tenga una copia virtual alojada en una computadora en tierra firme. Esa copia, conocida como gemelo digital, es actualizada constantemente con información proveniente de sensores que miden el comportamiento del motor y controlan señales de desgaste. Los gemelos digitales permiten a los ingenieros hacer el mantenimiento a las turbinas cuando lo necesitan y no cuando les toque según un cronograma previamente fijado. La idea es hacer mantenimiento preventivo para arreglar las cosas antes de que se rompan. Cada vez se los usa más, no sólo en la industria aeroespacial sino también en la automotriz, en la construcción y en la planificación de fábricas.
Si un equipo internacional de investigadores logra su propósito, gemelos parecidos pronto van a vigilar otra pieza de equipamiento importante: el corazón humano.
Para crear un gemelo digital del corazón de un paciente primero habría que colocarle a la persona una serie de sensores. Los datos de esos sensores serían enviados a un software especial en un simulador del órgano bombeador. Esa simulación mostraría la información detallada sobre el funcionamiento del corazón y la forma en que la sangre está circulando en su interior. Y así como los ingenieros utilizan los gemelos digitales en la industria, esos corazones virtuales serían usados por médicos para diagnosticar y determinar qué tratamientos habría que hacer. El gemelo luego podría vigilar la forma en que el paciente responde a esos tratamientos.