Este hallazgo probablemente haga posible el viejo sueño de tratamiento y fármaco a medida. Pero sin las trabas ni objeciones políticas, éticas ni religiosas involucradas en el uso de embriones humanos.
Ambos equipos llaman a sus descubrimientos “células madres pluripotentes” (CMP) y afirman que semejan las embriónicas y funcionan del mismo modo. Vale decir, como matrices capaces de reproducir todo tipo de célula y tejido del cuerpo.
“Ahora podemos esperar que, llegado el momento, se empleen métodos sencillos para producir células matrices aptas para forma tejidos partiendo de una pequeña muestra”. Así señala Ian Wilmut, del centro para medicina regenerativa, universidad de Edimburgo. “Esto tendrá vastas implicaciones para la investigación y, tal vez algún día, para terapias concretas”. Wilmut estaba entre quienes clonaron la oveja Dolly, en 1997.
El segundo hallazgo paralelo les cabe a James Thomson y colegas en la universidad estadual de Wisconsin y aparece en “Science”. El tercero se debe al genetista japonés Shinya Yamanaka (universidad de Kyoto) y colegas, según publica el boletín especializado “Cell”.
Los tres grupos emplearon cuatro genes para convertir células dérmicas ordinarias (fibroblastos) y generar células madres pluripotentes. “Dentro de poco, estaremos en posición de crear CMP específicas para cada paciente o enfermedad”, indica Yamanaka.
Este hallazgo probablemente haga posible el viejo sueño de tratamiento y fármaco a medida. Pero sin las trabas ni objeciones políticas, éticas ni religiosas involucradas en el uso de embriones humanos.
Ambos equipos llaman a sus descubrimientos “células madres pluripotentes” (CMP) y afirman que semejan las embriónicas y funcionan del mismo modo. Vale decir, como matrices capaces de reproducir todo tipo de célula y tejido del cuerpo.
“Ahora podemos esperar que, llegado el momento, se empleen métodos sencillos para producir células matrices aptas para forma tejidos partiendo de una pequeña muestra”. Así señala Ian Wilmut, del centro para medicina regenerativa, universidad de Edimburgo. “Esto tendrá vastas implicaciones para la investigación y, tal vez algún día, para terapias concretas”. Wilmut estaba entre quienes clonaron la oveja Dolly, en 1997.
El segundo hallazgo paralelo les cabe a James Thomson y colegas en la universidad estadual de Wisconsin y aparece en “Science”. El tercero se debe al genetista japonés Shinya Yamanaka (universidad de Kyoto) y colegas, según publica el boletín especializado “Cell”.
Los tres grupos emplearon cuatro genes para convertir células dérmicas ordinarias (fibroblastos) y generar células madres pluripotentes. “Dentro de poco, estaremos en posición de crear CMP específicas para cada paciente o enfermedad”, indica Yamanaka.